Cultivo milenario 2ª parte

Posicionado en la 1ª parte de este reportaje como un cultivo estratégico, raíz del equilibrio económico, alimenticio, social e industrial, el maíz representa un ramo agrícola con un amplio abanico de información, razón por la cual se da continuidad en esta la 2ª entrega respecto de dicho tema, gracias al preciado intercambio de experiencias vertido por expertos en la materia, tales como el Ing. Flavio Hernández Hernández, experimentado productor del grano, dentro del Rancho El Fresno localizado en la región conocida como Las Auras, próxima a la localidad del Espejo, del municipio de Calera, Zacatecas, quien entre otras cosas señala que se inicia en tal cultivo como una alternativa para dar rotación al suelo, pero en el camino ha logrado encontrar otros beneficios, como los buenos rendimientos y la importante utilidad que aporta principalmente bajo los esquemas de agricultura por contrato que se manejan en la entidad.

“Uno de los aspectos sensibles dentro del cultivo de maíz, es de cierto modo el problema que representa el control de la maleza, la cual sino se maneja en tiempo y forma puede llegar a ocasionar serias pérdidas de rendimiento y económicas. En nuestro caso para el ciclo agrícola 2016 no se aplicó ningún herbicida y se realizó una sola escarda, la idea era establecer 2, pero no fue posible por las condiciones de elevada humedad en el suelo dada la presencia de intensas precipitaciones; el año pasado, 2017, si nos vimos en la necesidad de aplicar 2 herbicidas específicos, uno para hoja ancha y otro para zacates, esto después de la siembra, aproximadamente como a los 40 días después del establecimiento del cultivo”.

“Otra de las limitantes importantes es el precio, y sobre todo si no se está por contrato se presentan problemas para la venta, teniendo así que esperar a que pase la época fuerte de cosecha para comercializar después, buscando con ello que se incremente o por lo menos se estabilice el valor del producto. La producción de maíz blanco la destinamos principalmente para la industria de la tortilla, y el amarillo hay años que lo molemos para consumo de los animales, otros lo aquintalamos y lo vamos sacando poco a poco, pero generalmente se va para su procesamiento por la industria alimenticia”.

“Dado que el enfoque de manejo agronómico que le hemos dado a nuestra producción está dirigido hacia lograr un programa orgánico, hemos tenido que cambiar un poco las practicas a las que anteriormente estábamos acostumbrados, principalmente en temas como la nutrición y el control de plagas y enfermedades; no obstante de los conflictos que esto pudiese ocasionar, definitivamente es un sistema que nos ha gustado mucho, ya que en rendimiento promedio andamos igual o un poquito arriba en comparación a cultivos con puro químico, y los costos de producción han disminuido, con el gran beneficio que representa el reintegrarle fertilidad a nuestras tierras transformando así a nuestro campo en un medio productivo sustentable, en el que las cosechas sean estables cada año y que su tendencia vaya a la alza, y no que por la constante degradación de la superficie cada ciclo sea menor la producción. En pocas palabras estamos tratando de darle vida a nuestros suelos suministrando bacterias y microorganismos benéficos, materiales biológicos, compostas, reincorporando todos los residuos del cultivo buscando incrementar la cantidad de materia orgánica, rotando los cultivos, entre otras estrategias que hemos ido desarrollando en conjunto con la valiosa asistencia técnica con la que contamos”.

Para finalizar, el Ing. Hernández agregó; “sin duda alguna las condiciones que determinan la productividad han cambiado dada la propia naturaleza evolutiva del planeta, las características que décadas atrás existían hoy han desaparecido o se han transformado, por esa simple lógica es necesario que la agricultura y los productores también evolucionemos, modificando o desarticulando las prácticas tradicionales sobre las cuales nos seguimos conduciendo, pasando así al establecimiento de sistemas modernos capaces de otorgar mayor eficiencia y un mejor cuidado de los recursos naturales, mediante el uso de herramientas tecnológicas de innovación algunas de ellas de reciente generación y otras que llevan años de haber sido desarrolladas y que están al alcance dentro de nuestro entorno, pero que por desconocimiento o apatía, ni las familiarizamos, no las adoptamos y mucho menos las ejecutamos”.

 

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