Cosecha y almacenamiento de semilla de ajo

Desde tiempos inmemorables, el ajo es una hortaliza que se usa como condimento importante de alimentos, además de ser considerada una planta medicinal en diversas culturas, formando parte de la medicina tradicional china desde hace más de 5,000 años.

A pesar de ser considerada como una planta muy rustica, su cultivo implica el conocimiento de algunos factores de manejo que hacen la diferencia entre el éxito y el fracaso de su cosecha.

Los estudiosos de la biología del ajo consideran que su ciclo inicia desde el momento de la cosecha, ya que el comportamiento de la planta está influenciado por las condiciones de manejo y almacenamiento de la semilla, dado que incide el grado de madurez al momento de cosecha, el manejo durante el acondicionamiento de los bulbos (conocido como enchufe), la temperatura y la humedad de almacenamiento de la semilla desde cosecha hasta el momento de la siembra.

Cuando cosechamos bulbos que no han llegado a la madurez plena, estos contienen gran contenido de humedad que repercutirá en la disminución del poder de germinación de los dientes semilla, además de dificultar su almacenamiento en condiciones sanitarias, por lo anterior se recomienda que el lote dedicado a la semilla del ciclo siguiente se coseche cuando las plantas presenten un máximo de tres hojas activas (hojas verdes), para garantizar que los dientes o bulbillos estén bien maduros, es justo en ese momento que se debe suspender el riego para esperar que el terreno de punto para proceder a aflojar y engavillar (enchufar) las plantas; es importante, que después del engavillado, las hojas se sequen completamente de tal manera que al realizar el cortes para eliminarlas no exista humedad visible en el punto de corte, esto se logra dejando enchufadas las plantas por al menos doce días en condiciones de cielo despejado y soleado.

El hecho de llevar bulbos con poca humedad a bodega facilita su almacenamiento y disminuye las posibilidades de enfermedades durante el acopio de la semilla, además de favorecer una temperatura homogénea en los contenedores de la semilla.

Es recomendable que la semilla se mantenga en un ambiente seco y fresco, para lo anterior se sugiere que el almacén este bien ventilado para evitar calentamiento de la semilla que se refleje en pérdidas del material o en disminución del poder germinativo de la semilla.

El almacenamiento de la semilla deberá ser a temperatura entre 14 y 16 grados centígrados y una humedad relativa menor al 70% y con poca luminosidad, si la semilla se almacena a temperaturas superiores a las recomendadas se pueden presentar problemas fisiológicos durante el almacenamiento y durante el ciclo del cultivo que pueden repercutir en malformaciones o deficiencias de diferenciación relacionadas con los ajos sin dientes también llamados ajos cebollones o bombones, que merman enormemente el rendimiento y la calidad del ajo cosechado.

Manuel Reveles Hernández y Rodolfo Velásquez Valle – Investigadores del Campo Experimental Zacatecas del INIFAP

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