Fortaleciendo la ovinocultura 5ª parte

“Hacer cruzas entre todo y con todas las razas sin una planeación o meta específica, es demasiado contraproducente dentro de la ovinocultura, pero en realidad eso es lo que pasa en México inclusive aun después de 30 años de estar trabajando en el desarrollo de dicho ramo pecuario, cuando deberíamos tanto técnicos como productores de basarnos en un sistema de cruzamientos establecido por región, norte del país y sur del país, con ello no estaríamos hablando de más de diez sistemas de cruzamiento, pero la verdad es que todavía metemos tostadas con chile, ósea una gran revoltura, y por ahí no es el camino, que aunque no hay una receta exacta deberíamos definirnos y mejorar lo que tenemos de acuerdo a las condiciones propias”; determinación realizada por el Dr. Alejandro Ferrer Aguirre, dentro de su ponencia denominada “sistema de cruzamientos en ovinos”, desarrollada dentro del marco del pasado Foro Ovino.

“Juntamos una hembra pura con un macho puro en cualquiera de las razas y los remplazos son para seguir haciendo crecer el núcleo de F1, ese es el objetivo de esa clase de unidades, de nunca dejar de producir ese tipo de hembras la cuales puedan ser cruzadas con Katahdin o Dorper, manteniendo una línea uniforme media sangre, ese es el chiste de todo esto”.

“Hay pocas razas entre las líneas maternas y tenemos que meterlas, tales como Pelibuey o Black Belly. Dentro de un esquema, el propósito sería mantener el 20 o el 30% del total del rebaño con estas dos líneas maternas para la formación de F1, y no suceda que después de ocho años queramos meter reversa y no tengamos tal conformación; si habláramos de 100 vientres comerciales, yo seleccionaría las mejores fenotípicamente hablando con características de Pelibuey o Black Belly”.

“El propósito es que esos sistemas de cruzamiento con esas razas maternas permanezcan ancladas, bien fijas para que no desaparezcan, ya que las herramientas tecnológicas reproductivas de esas dos razas son muy altas, y ahí es donde está el éxito. Seleccionaríamos hembras Pelibuey o Black Belly F1, las cuales cruzaríamos con machos Katahdin o Dorper, lo cual para mi es el éxito, ya que es un cruzamiento sumamente prolífico del cual podemos llegar a sacar promedios de hasta 1.7 corderos por parto, es fértil durante todo el año, excelente ganancia de peso al destete, resistencia, lo que para mí sencillamente es lo ideal; el problema es que nos perdemos en el camino y dejamos de producir esa F1, encaminándonos a una sola raza, a Dorper o a Katahdin, lo cual también se puede hacer, pero si sacamos números en cuanto a prolificidad que significa kilogramos destetados por ciclo de hembra o por parto, si lo hacemos por año, o por hectárea, o como gusten, es más cuando produzco en un 60 o 70% partos dobles, que si produzco solo un 10%, y la hembra va a comer lo mismo si es uno o si son dos corderos”.

“Dicho de otra forma, si yo adquiriera un rebaño que parezcan Pelibuey, de ahí separo las mejores 30 hembras con el mejor fenotipo de acuerdo a la raza, todo lo demás lo cruzo con lo que sea y lo que resulte todo se va a sacrificio ya que es de origen desconocido, pero con esas 30 hembras que parecen Pelibuey hago un núcleo el cual cruzo con un macho puro, y no estoy hablando de registro exclusivamente, que ese es otro boleto, eso ya depende del bolsillo de cada quien, y empiezo a ir creciendo ese lote de Pelibuey para que toda la hembra que salga de ahí se pueda ya cruzar con un macho Katahdin o Dorper produciendo con ello una media sangre la cual ya no va a ser desconocida, va a ser una F1, 50-50, así esa media sangre ya la voy a poder cruzar con cualquier macho cárnico lo que dará magníficos resultados y será todo un éxito, pero tengo que seguir con todo el relojito para producir las F1 y no perderme o desviarme en el camino; algo sencillo de explicar, pero difícil de hacer”.

Escriba una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *