Entorno ávido de evolución 2ª parte

A pesar de ser delineado como un cultivo prioritario en la primera parte de este reportaje, el frijol y su concepto productivo cada día se han ido deteriorando, ya que sus rendimientos son relativamente bajos al igual que su valor comercial, tanto por una mala organización y planeación así como por una pobre diversificación e innovación, con esquemas de trabajo demasiado tradicionales que hasta cierto punto promueven el daño constante de los recursos naturales; esto entre muchas otras condiciones le dan al tema un amplio rango de acción y de experiencias acumuladas, circunstancia por la cual se da seguimiento en esta la segunda entrega de la crónica, a través del amable intercambio realizado por técnicos y productores quienes coincidieron en señalar la importancia que conlleva el cambio de ideología para un mejor desempeño como base para la obtención de mejores resultados.

“En realidad la situación actual en nuestros campos de cultivo es desalentadora, ya que si observamos con cuidado podemos ver un palpable retroceso, sobre todo si comparamos años atrás donde había parcelas que producían una tonelada por hectárea hasta una y media en condiciones de secano, y últimamente hemos andado sobre los 500 kilos o menos por unidad de superficie, por lo que sin duda estamos caminando en la dirección equivocada, con un desgaste inapropiado de nuestros recursos sobre todo de los suelos, los cuales con el monocultivo y con otras prácticas convencionales estamos ayudando a que se erosione y se degrade más fácilmente, resultando en una gran fragilidad productiva y competitiva, con reducción en la utilidad e incremento de los costos, adversa situación por la que nos hemos fijado la tarea de comenzar a promover la adopción y ejecución de sistemas más eficientes pero sobre todo más amigables con el medioambiente”; así lo determinó el Sr. Miguel Serrano Rueda, productor agrícola, quien al respecto realizó ciertas labores de acondicionamiento e innovación en el ciclo anterior con el propósito de mejorar dichas limitaciones suscitadas dentro de su parcela, la cual es conocida como Los Magueyes ubicada próxima a la localidad de Tierra Generosa, del municipio de Miguel Auza, Zacatecas, predio en el que se sembró una superficie de alrededor de 27 hectáreas de temporal, de las cuales 12 fueron de frijol, parte de ellas establecidas en curvas de nivel sobre camas con alta densidad de población, y las otras 15 con algunos cereales sobre todo cebada sembrada a 4 hileras.

“Podríamos decir que los tres problemas principales que tenemos son la erosión eólica e hídrica y el sobrepastoreo con animales, de ahí en más creemos que tenemos un nivel de precipitación aceptable con temperaturas hasta cierto punto agradables. Por otra parte, dado que nos encontramos aprendiendo a convivir con el ecosistema, sentimos que sería algo contraproducente seguir utilizando sin medida alguna, formulaciones sintéticas como herbicidas o insecticidas que puedan llegar a dañar más el ambiente, aunque cuando no tenemos de otra optamos por emplearlos, pero en muy bajas cantidades y con la consiente intención de irlos suprimiendo paulatinamente hasta un día llegar a quitarlos por completo”.

Para finalizar, el Sr. Serrano Rueda agregó; “aproximadamente se invierte en una hectárea de frijol, bajo nuestras condiciones particulares, alrededor de 6 mil pesos, y con los rendimientos que traemos de 500 kilos en dicha leguminosa y su valor comercial que anda entre los 9 y los 10 pesos, no sacamos ni siquiera los costos de producción, por lo que definitivamente ha dejado de ser un cultivo rentable, y si seguimos sobre el mismo camino tradicional cada día será menos, pero aquí hemos vivido toda una vida y es lo que sabemos hacer, por lo que no nos queda de otra más que buscar alternativas que nos ayuden a mejorar la producción rehabilitando la fertilidad que nuestros recursos han ido perdiendo por años de malos manejos y cambios hostiles del clima”.

Sector que plasma un aislado pero significativo desarrollo tecnológico productivo, limitado por endebles y desalentadores matices comerciales.

 

 

 

Escriba una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *