Legado de identidad y orgullo
Para México, la agricultura es un sector económico prioritario, con gran relevancia tanto histórica como social, ya que no sólo representa una fuente generadora de empleos, sino que también responde a las necesidades alimenticias de millones de personas, resguarda la naturaleza y potencia el progreso del medio rural, además de ser un espacio productivo depositario de prodigiosas raíces culturales y de las expresiones más entrañables de identidad nacional, en la esencia del campo toman forma los rasgos y valores que definen el modelo e idiosincrasia que distinguen al país dentro del mundo y lo caracterizan como parte del mismo, creando con ello el escenario propicio del que se desprende un amplio y profundo acervo de capacidades y talentos que se transmiten de generación en generación como un legado único e irremplazable, configurando así valiosas costumbres en torno a una labor emblemática que se proyecta como un legítimo icono de orgullo y satisfacción.
Sustentados en dichos cimientos, se puede entrever que el ramo agrícola mexicano vislumbra un futuro brillante, debido tanto a la fecundidad de la tierra así como al esfuerzo constante e incansable del productor por alimentar a la población con los frutos de su trabajo. De esta forma, el cubrir las principales necesidades productivas es una significativa oportunidad para crecer, siempre y cuando se dimensione y se valore la demanda, se logré una mejor calidad y rendimiento de los cultivos mediante la implementación de innovadores sistemas y herramientas que permitan la reducción en la presión ejercida sobre los recursos naturales, económicos y humanos, apremiando la búsqueda efectiva de mecanismos o alternativas sustentables basadas en una cordial ilación entre la experiencia y la tecnología, a través de lo cual se fortalezca la productividad y la competitividad.
“La verdad es que como hijo de agricultores prácticamente nace uno en el campo, por lo que desde que tenemos uso de memoria estamos dentro de este sector productivo, hablando así de más de 40 años de experiencia, obviamente de inicio bajo métodos rudimentarios como la siembra con yunta, y conforme las condiciones han evolucionado también nosotros hemos ido tratando de mantenernos al parejo de los cambios, mecanizándonos y tecnificándonos paulatinamente, de esa forma, es dicho trayecto de camino recorrido el que nos muestra como la incertidumbre que conlleva la producción de alimentos es una de las principales trabas que como productores nos limita, pero no obstante de esos grandes contrastes sobre todo comerciales que la modernidad plasma y los inquietantes riesgos que la agricultura implica dada su naturaleza, afortunadamente también hemos tenido la oportunidad de ser testigos de una transformación positiva en el renglón técnico-productivo, donde definitivamente se ha presentado un avance significativo, gracias al desarrollo y aplicación de herramientas tecnológicas de apoyo a nuestro alcance, como la implementación de riegos de precisión, mejoras en la maquinaria, en genética, en el manejo agronómico, en la nutrición de las plantas, en la protección y control de alteraciones, pero principalmente a través de la creación de un enfoque más amplio, motivado por las diferentes áreas de gestión del conocimiento, que nos ha permitido entender a mayor profundidad la interacción existente entre las plantas y los diferentes componentes de su entorno”; así lo determinó el M.C. Antonio Martínez Veyna, agricultor por herencia y vocación sucesor de generaciones dedicadas al campo, presidente de la Federación Agronómica de Zacatecas A.C., quien habitualmente maneja cultivos como el frijol, cebada, chile, cebolla, ajo y recientemente retoma el maíz después de algún tiempo de no sembrarlo, esto dentro de la Unidad de Riego Las Veredas, pequeña propiedad ubicada en terrenos pertenecientes al municipio de Morelos, Zacatecas, predio en el que se estableció dentro del ciclo primavera-verano 2018, una superficie de 11 hectáreas, 6 de maíz y 5 con cebada maltera, ambas destinadas a la obtención de grano para la agroindustria, sembradas conforme al ciclo vegetativo del material genético lo cual a grandes rasgos abarco un periodo de finales de abril a mediados de julio, en seco a doble hilera en el caso del maíz con una densidad de población media de 80 mil plantas por hectárea bajo la modalidad de riego por sistema de goteo, y la cebada establecida mediante una sembradora de grano pequeño en el esquema de temporal como un segundo cultivo después de cosechar frijol.
“Por razones prácticas y de mayor eficiencia hemos optado por considerar la importancia que juega el empleo de genética avanzada a través de la implementación de semillas híbridas de alto potencial productivo, las cuales poseen cualidades y fortalezas únicas que conforme a una conducción agronómica apropiada pueden ser base en la expresión de mejores resultados, por ello se establecieron 3 variedades de maíz blanco, lógicamente acordes a la duración de su ciclo de maduración teniendo en cuenta que existen los maíces intermedios, intermedios-precoces, y precoces, y que cada uno de ellos debe ser orientado a una determinada fecha de siembra, los intermedios se empiezan a establecer entre los meses de marzo a abril, los intermedios-precoces de abril a mayo, y por último los precoces de mayo a junio usados prácticamente para el cierre de siembras, de esta forma se sembraron materiales de la compañía semillera ASGROW® puestos a disposición por su distribuidor en la región AGROCID, tales como el reconocido híbrido Berrendo, una excelente combinación de rendimiento y calidad, el cual de cierta forma ha cubierto la salida de Cimarrón, y lleva alrededor de 4 años de vigencia en el mercado, con la fortaleza principal que su propio nombre refleja, una gran rusticidad y capacidad de adaptación, de ciclo intermedio, tolerante a Fusarium, de grano y cobertura de mazorca superior; también se trabajó con la virtuosa variedad Antílope, el llamado gran salto del rendimiento, la cual es igualmente de ciclo intermedio con potente vigor y despegue inicial, de muy buena sanidad foliar, por lo que algo que se puede presumir de la misma es su gran uniformidad; y por ultimo empleamos el nuevo y exitoso material denominado Salamandra, maíz de reciente introducción del cual estamos muy satisfechos, ya que a pesar de que las condiciones no fueron las mejores, logró manifestar características favorables como un mayor cuateo y gran tamaño, signo de rendimientos sobresalientes, por lo que sus expectativas para temporadas subsecuentes son bastante alentadoras”.
“Nuestra aspiración productiva en términos generales era levantar arriba de 10 toneladas de grano por hectárea, indistintamente de la variedad, ya que sentimos que una menor producción en comparación a dicho parámetro no es rentable, por lo que de ser así no tendría caso invertir en una mejor genética, sin embargo y gracias a Dios nuestra sorpresa fue grata al resultar en la estimación de cosecha rendimientos por arriba de la marca, como los 10,800 kilos de Berrendo, los 11,100 kilos de Antílope, y como se mencionó los destacados 12,200 kilogramos de Salamandra, valiosos frutos con los que se percibe el gran potencial productivo que es posible alcanzar al implementar semillas de elevada calidad; para ello acertadamente hoy en día se cuenta con un amplio y versátil portafolio de maíces híbridos, precisamente ajustados a las diferentes condiciones ambientales y de siembra, así como a los distintos sistemas productivos, enfocados a cumplir y superar las metas y las expectativas de rendimiento y calidad, por lo que sin duda alguna como productores tenemos que empezar a ser más abiertos y receptivos a la innovación, con la confianza o sin el miedo a intentar un desempeño diferente ya que solo de esa forma se podrá obtener un efecto diferente y positivo”.
“Cabe precisar que fue sembrado bajo una alta densidad de población, a doble hilo en camas de 1.52 centímetros, con una distancia entre hilos de 38 centímetros, y de 16 a 17 centímetros de una planta a otra, con una cintilla para el riego por goteo en la parte central de la cama, con ello la aplicación de fertilizantes solubles o líquidos se nos facilitó, además de generarnos ahorro ya que con menor inversión regamos la doble hilera o más plantas, así como el aumento en la eficiencia dándonos el incremento en rendimiento de acuerdo al recurso agua con el que contamos. Como en todas las unidades de riego, se hace una distribución de los cultivos que se desean establecer y en base a ello se programa el tiempo necesario y los días requeridos, pero a grandes rasgos el riego pesado lo manejamos para la germinación, ya los riegos posteriores son más livianos o de menos horas, en el maíz por lo general cada 15 días es necesario realizar un riego ligero, de aproximadamente 9 horas, para que el cultivo tenga de manera permanente agua, obviamente esto depende directamente de las condiciones ambientales, de temperatura, humedad del suelo, velocidad del viento, etapa fenológica, entre otras propiedades que se tienen que estar monitoreando constantemente con el fin de apegar lo más posible el programa de riego con las necesidades reales de la planta, por lo que sin duda el tema hídrico debe de ser muy flexible conforme a los principales indicadores, ya que por ejemplo, cuando hay la presencia de precipitaciones, el calendario de riegos se altera en gran medida, esto se da sobre todo los meses de junio, julio y parte de agosto con la llegada de la temporada de lluvias, en la que simplemente los pozos se apagan y se dejan descansar, ahorrando con ello también energía eléctrica”.
“Por otra parte, en el caso de la cebada maltera, de inicio es justo destacar algunas de las preciadas ventanas de oportunidad comercial con las que cuenta este sistema producto en la región y que nos han motivado a sembrarla, ya que en primer lugar el incremento en el consumo de cerveza tanto nacional como internacional, dado que México es el mayor exportador a nivel mundial, ha intensificado la demanda del grano para la elaboración de malta, y en segundo término, la cercanía o la presencia directa de esta industria a través de la planta cervecera más grande del planeta manejada por el corporativo Grupo Modelo-ABInBev, ha facilitado o simplificado todas las operaciones y maniobras; importante compañía ubicada en el municipio de Calera que en alianza tripartita concretada hace algunos años con instancias públicas de nivel federal y estatal, busca potenciar la productividad en el cultivo de cebada, construyendo así una plataforma de fuerte impulso para el productor. Esta acertada estrategia que fortalece la cadena de valor mediante la interacción entre el sector público y la iniciativa privada, ha desplegado al máximo el renglón de capacidades productivas del agricultor, conjuntando acciones como el acopio de la cosecha a través del esquema de agricultura por contrato, lo que garantiza precios convenientes y pagos confiables, además de un acompañamiento técnico altamente calificado respaldado por una sólida red de investigación, así como apoyos en equipo y maquinaria agrícola de punta, financiamiento, entre otros meritorios componentes e innovaciones tecnológicas con el objetivo principal de remontar la producción y hacerla más redituable”.
“Ciertamente Grupo Modelo ha invertido bastantes recursos dentro de este ramo agroproductivo con el fin de mejorarlo, de ahí que ha sido grande el esfuerzo realizado por su reconocido equipo de investigadores agrícolas que han generado un amplio portafolio de variedades de cebada, lo que de cierto modo muestra su compromiso y preocupación por mantener satisfecho al productor con materiales genéticos que respondan productiva y comercialmente, de acuerdo a las condiciones particulares de clima, suelo y agua. De esta forma, se ha trabajado desde hace años con lo que es la variedad Esmeralda, y aunque en la actualidad casi va de salida, es una muy buena alternativa para siembras de temporal en zonas donde llueve poco, ya que a pesar de no ser de las mejores ni de las de más alto rendimiento es un genotipo de ciclo más corto, de mayor rusticidad, con un porte pequeño, lo que a grandes rasgos permite obtener producciones aceptables aún bajo circunstancias adversas; otra de las cebadas que estamos trabajando es la llamada Doña Josefa, variedad mexicana que ha expresado muy buen comportamiento y benéficos resultados en temporal, con una espiga de 6 hileras y de alta calidad maltera; tenemos también el material de más reciente generación llamado ABI Voyager, el cual cuenta con 2 hileras en la espiga e igualmente de gran calidad maltera; y finalmente se encuentra AC Metcalfe, variedad que se ha comportado excelentemente, logrando así expresar rendimientos superiores”.
“El lote de 5 hectáreas que sembramos de cebada, se estableció como segundo cultivo, una vez que sacamos la producción de frijol, lo cual se efectuó a finales de julio, por lo que la fecha de siembra de dicha gramínea es por ahí de los últimos días de julio, primeros 3 días de agosto, estando así lista para su cosecha a finales de noviembre, cabe señalar que el periodo de lluvias fue muy favorable para el cultivo lo que nos permitió aspirar a buenos rendimientos. En temporal andamos en términos generales sobre las 2 toneladas de grano de cebada por hectárea, con una fertilizada de fondo, y dado que trabajamos como parte de un grupo al cual se benefició con una sembradora de grano pequeño, innovamos respecto al tema de la siembra en comparación a como anteriormente se hacía bajo el sistema conocido como al voleo, evolución que nos da la oportunidad de que al mismo tiempo en que depositamos la semilla podemos fertilizar y también hacer algunos manejos de malezas y plagas a través de la aplicación de herbicidas e insecticidas”.
“Una vez que se cosecha el grano de cebada, obviamente quedan residuos vegetales sobre la superficie, y ya que afortunadamente la recolección se ha realizado con las maquinas combinadas que nos ha facilitado el propio Grupo Modelo, las cuales traen una especie de plástico que va esparciendo de forma bastante uniforme la paja encima del terreno, no se nos amontona por lo que no es necesario juntarla o quemarla, sino que es posible incorporarla al suelo con relativa facilidad. De ahí metemos lo que es el subsuelo, en ocasiones es necesario realizar dos pasos cruzados, luego un rastreo y después el barbecho, esto para una preparación optima de la tierra, así de forma posterior una vez que se va acercando la siembra o trasplante de otros cultivos, tenemos que arrodillar y nivelar, dejando bien mullido prácticamente sin ningún terrón, para que el establecimiento del cultivo que sea pueda germinar sin problema alguno”.
Para finalizar, el M.C. Martínez Veyna agregó; “definitivamente como productores debemos mantener nuestra dedicación al campo y promoverla en todos los ámbitos sociales, ya que sólo quien la ejerce con el máximo de responsabilidad entiende que es mucho más que un trabajo o un empleo, es una forma de vida, ideología que se sostendrá solida siempre y cuando la basemos en una decisión consciente y bajo una percepción constante de trascender mediante el trabajo orientado a lograr mejores condiciones de éxito y desarrollo”.
“Nunca perdamos el optimismo, y veamos a la agricultura como un sector con futuro y con mucho camino por recorrer, basados en la idea tan esencial y simple de que sin alimentos no sería posible la vida, además de que nunca va a dejar de ser un negocio, y aunque como en toda ocupación económica conlleva tiempos malos, también existen los ciclos buenos, reconociendo que lo realmente importante para avanzar es innovar, ser cada día más competitivos, no quedarnos en lo mismo e ir a la vanguardia en cuanto a tecnología, no solo en sistemas de riego o maquinaria, sino de todo o de forma integral, en semillas, en fertilizantes, en agroquímicos, en técnicas y sistemas de producción y cosecha, en el desarrollo de redes de comercialización, en estructuras de organización, y demás temas que nos enriquezcan y nos hagan cada día mejores productores”.
Los grandes desafíos de la actualidad y la incertidumbre del futuro, trazan agobiantes e inquietantes condiciones de cambio, la cuales pueden ser conducidas en una dirección de mayor estabilidad y privilegio para el campo conforme se conjunte el talento, la experiencia, la entrega y las capacidades de los productores, respaldados por la disposición a la innovación y adaptación generada por la investigación comprometida y responsable de ampliar las fronteras del conocimiento.
Espera la 2ª parte de este valioso reportaje, en próximas ediciones…
Salvador Juárez / El Despertar del Campo