El calostro bovino

Las inmunoglobulinas (Ig) son las moléculas del sistema inmune con la función de proteger el organismo frente a agentes extraños. La placenta de los bovinos (cotiledonaria) impide totalmente el paso de Igs desde la madre hacia el feto, por ello, los terneros nacen con baja o nula protección y son más susceptibles a patógenos que pueden ocasionarles enfermedades e incluso la muerte.

Los recién nacidos pueden estar protegidos ante infecciones mediante el consumo de calostro. El calostro es la primera secreción de la glándula mamaria de los mamíferos obtenida después del parto; su importancia radica en el potencial de nutrición, protección e hidratación que brinda a los terneros.

Composición del calostro

La composición del calostro varía debido a un gran número de factores incluyendo el número de ordeño por lo que se recomienda que se suministren las primeras secreciones. El calostro difiere apreciablemente de la leche en composición, propiedades físicas y funciones. En el Cuadro 1 se muestra la comparativa del calostro y la leche; es notable la variación de los compuestos y el alto contenido de nutrientes en el calostro, mismos que son importantes para el ternero y le ayudan a adaptarse al nuevo ambiente. El calostro es de color amarillo a rosa, consistencia espesa, y contiene 60 veces más inmunoglobulinas, dos veces más sólidos, y 100 veces más vitamina A.

El calostro es el primer alimento que deben consumir los terneros, y posee tres funciones básicas:

1. Protección del recién nacido durante los primeros días de vida frente a las posibles infecciones. 2. Aporte de energía para combatir la hipotermia, debido a su alto valor energético.

3. Facilitar el tránsito intestinal, lo cual ayuda a la ternera a expulsar el meconio (materia fecal fetal).

El intestino del ternero recién nacido es muy eficiente para la absorción de toda clase de Ig, absorbe los anticuerpos por 6 horas aproximadamente. Después de este tiempo, su capacidad de absorción disminuye y es nula a las 24 horas de vida, como se muestra en el cuadro 2.

Factores que influyen en la calidad y cantidad del calostro: a) la raza de la madre; b) el número de lactancia de la madre – la concentración de Igs aumenta proporcionalmente con la edad de la vaca y el número de partos; c) duración del período seco de la vaca – la acumulación de Igs comienza a partir del periodo de secado de la vaca y alcanza su máxima concentración al momento del parto, por lo cual se recomienda un periodo de 45 días; d) estado sanitario de la vaca – no se debe administrar calostro de vacas enfermas (con mastitis, leucosis, tuberculosis, paratuberculosis, etc.).

Al obtener un calostro de buena calidad se puede reducir la mortalidad de los animales. Los terneros con ausencia de calostro o los que absorben cantidades menores de Igs, serán más susceptibles a padecer infecciones provocadas por bacterias como septicemia, enteritis y enterotoxemia.

Para que estas situaciones no se presenten, es conveniente que las vacas próximas al parto se concentren en algún lugar donde sea fácil observarlas. Esto permite, garantizar que el ternero consuma calostro y atender cualquier problema que se produzca durante el parto.

Todos los mamíferos recién nacidos, adquieren en forma pasiva su primera inmunidad contra las enfermedades infecciosas; esta forma de resistencia o poder inmunitario la obtienen mediante el traspaso de anticuerpos que son elaborados por la madre durante la gestación. Ahora bien, la vía y el momento en que estos anticuerpos son transferidos de madre a hijo, es distinta en las diferentes especies.

Así, por ejemplo, en el hombre y el conejo el traspaso de anticuerpos es prenatal (antes de nacer) y se efectúa a través de la placenta, durante el tiempo que el feto permanece en el útero de la madre. Esto significa que estas especies al momento de nacer, ya vienen con su dotación de anticuerpos y, por consiguiente, no dependen de la ingestión de calostro para adquirir su inmunidad.

Pero el ternero en cambio, nace totalmente desprovisto de anticuerpos, es decir, carente de inmunidad, esta particularidad se debe a que, por el tipo de placenta de la vaca, los anticuerpos no pueden atravesar la barrera placentaria y en consecuencia no son transferidos al ternero durante su vida intrauterina. Por lo tanto, el ternero debe adquirir su primera inmunidad después del nacimiento y lo hace, precisamente, a través de los anticuerpos que elaboró su madre y que se encuentran presentes en el calostro, de esto se desprende que su ingestión oportuna, es de vital importancia para la posterior sobrevivencia y desarrollo del ternero.

En ese sentido, es esencial asegurarse de que el animal consuma el calostro, en condiciones normales, momentos después de ocurrido el parto y luego que el ternero es lamido por la madre, éste se para y en forma instintiva busca la ubre de la vaca y toma su primer calostro. Pero en algunas ocasiones, ya sea porque el ternero nace débil y no se puede parar, o por la poca habilidad materna de la vaca, el consumo de calostro no se efectúa o no se hace a su debido tiempo.

Estos terneros que no consumen o consumen poco calostro, no adquieren una adecuada inmunidad. En tal caso, de que el ternero no pueda tomar el calostro por sí mismo, deberá ayudársele pegándolo a la ubre y si esto no es posible, se tendrá que ordeñar la vaca y suministrarle el calostro mediante un biberón.  


Grafico: El calostro es la primera leche que produce la vaca después del parto para amamantar a su cría; este primer alimento con que cuenta el ternero durante sus primeros días de vida, se caracteriza por poseer un gran valor biológico y nutritivo.

Instituto para la Innovación Tecnológica en Agricultura (INTAGRI)

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