Desarrollo en el campo del frijol, innovación de alto rendimiento para productores

La evolución en los productos de cultivo ha sido determinante para el progreso en los sistemas de producción, logrando hacer más con menos o consiguiendo que los frutos prolonguen su vida fértil más allá de las complicaciones propias de la tierra.

Gran ejemplo de esto es el logro obtenido por los especialistas del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) quienes lograron desarrollar tecnologías que impulsan la producción de diversas variedades mejoradas de frijol, definidos por su alto rendimiento, mayor resistencia al calor y la reducción en su tiempo de cosecha, obteniendo semilla de alta calidad. Si bien, esta variación no es del todo nueva, si lleva tiempo gestándose y en las últimas pruebas han demostrado un avance significativo logrando certificarse con garantía de calidad.

Según explica Francisco Ibarra, investigador del INIFAP, la floración de este cultivo, llamado variedad Verdín, ocurre entre un periodo de 34 y 37 días después de la siembra en áreas de naturaleza tropical y subtropical, alcanzando la madurez fisiológica a los 67 días, y lográndose hasta 10 días antes que el resto de las variedades competentes como el Negro Jamapa, Negro INIFAP, Negro Tacaná, entre otras. Este logro ofrecería al productor la oportunidad de lanzar al mercado su cosecha antes que otros obteniendo mejores ganancias por ella.

Por si esto no fuera suficiente, se destaca su alta tolerancia a varios de los virus más letales en su haber. Su planta posee elementos en su genética que la hacen resistente a un variado abanico de infecciones tales como el mosaico amarillo, mosaico común y antracnosis. En la temporada de otoño-invierno es capaz de obtener rendimientos de 1,800 kilos por hectárea y en riego puede llegar hasta los 1,400 por hectárea, siendo su precocidad un factor atractivo que elimina los riesgos de pérdida por falta de lluvias en el ciclo.

Hasta el momento esta variedad se puede conseguir solo en el Campo Experimental Centro de Chiapas (CECECH) haciendo la transferencia de la tecnología de acompañamiento a los interesados en sembrarla por medio de parcelas demostrativas donde se aprecian los aspectos de adaptación y se habla de las recomendaciones en su siembra. Numerosos estudios han dado resultados satisfactorios en las tierras sureñas del país, y aunque estos resultados variarían según el tipo de suelo, se sigue caracterizado por su abundante producción en óptimas condiciones de siembra.

Con ello se da un severo adelanto en la constante batalla del productor contra las inclemencias y giros del campo, otorgando más control y liderando los avances a un panorama de siembra automatizado donde la ciencia permitiría generar un nuevo modelo de cosecha, dejando la puerta abierta a una revolución agrícola que termine con las ataduras del clima y las rachas de malos temporales que tantos anhelos destruyen.

Bryan Pichardo Gallegos / El Despertar del Campo

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