Cosecha alentadora 2 parte

Definidos en la primera parte de este reportaje como la columna vertebral que sostiene el auge del país, el frijol y el maíz, son cultivos con un gran acervo de información, razón por la cual se da seguimiento al desarrollo del contenido en esta su segunda entrega, a través del amable intercambio de experiencia vertido por el Ing. Marco Antonio González Camacho quien en el reciente ciclo agrícola sembró una importante superficie de frijol Pinto Saltillo, la mitad dentro de la modalidad de labranza de conservación en camas de 80 centímetros a doble hilera en siembra directa sobre pata o residuos de cebada, y la otra parte, establecida en camas anchas de 1.60 metros con 3 líneas de plantas y 2 cintas de riego, además, algo de maíces en riego por goteo bajo una interesante validación o vitrina de variedades con alrededor de 10 diferentes materiales, así como un diseño experimental en siembra directa sobre residuos de avena a doble hilera, estos establecidos en su Rancho El Yume, próximo a la localidad de Rancho del Cura, perteneciente al municipio de Chalchihuites, Zacatecas, cercano a los límites con el Estado de Durango.

“Este es el primer año que hacemos este tipo de siembras, y pensando que íbamos encaminados a la labranza de conservación tratamos de hacer una preparación del terreno a detalle, se dio un subsuelo cruzado, después se volteó, metimos un rodillo desterronador, se nivelo el terreno y a partir de ahí se sembró, teniendo presente que en un futuro será muy poco el movimiento, probablemente lo hagamos una vez más y finalmente dejaremos la tierra sin mover que será lo ideal. Cabe señalar que años atrás, antes de iniciar con este sistema, sembramos a través de curvas a nivel, buscando que eso nos ayudara un poco a mitigar la erosión, y definitivamente tiene un efecto muy bueno en la conservación”; así lo señaló el Ing. González Camacho.

“Una limitante por la que no iniciamos con esto desde hace años, es el hecho de que no tenemos la maquinaria necesaria, ni se nos ha presentado la oportunidad indicada para adquirirla. En la parte de lo que es el riego, podemos decir que es un punto muy variable por lo que las aplicaciones son muy flexibles y dependen de un sinfín de condiciones ambientales y de los requerimientos del cultivo; por supuesto, en la siembra se dio el riego inicial, a partir de ahí tuvimos un riego más, y luego llegaron las lluvias las cuales hasta cierto punto fueron aceptables por lo que a la hora de aplicar el fertirriego fue más rápido, por lo que se ahorraron costos, considerando así que fue un año favorable, y para ser el primer año, la verdad es que estamos satisfechos”.

“Por cualquier siniestro, tratamos de asegurar nuestros cultivos, y aunque realmente en nuestra región es muy poco utilizado es un punto de suma importancia. Nuestra experiencia desde hace dos años, que es lo que llevamos asegurándonos, ha sido muy buena, y a pesar de que muchas de las veces no hay un servicio adecuado por parte de las instituciones, afortunadamente este año trabajamos con una aseguradora de Guadalupe, Victoria, muy buena, con excelente respaldo, y quizá sea un gasto extra que lo podríamos ver como innecesario de cierta manera, pero definitivamente es mejor tener el seguro y no utilizarlo, que utilizarlo y no tenerlo; realmente si lo analizamos es un servicio relativamente barato por las muchas ventajas que nos ofrece en dado caso de la ocurrencia de algún fenómeno climático adverso, en nuestro caso ya hemos tenido siniestros, el año pasado, y la verdad es muy triste ver todo el esfuerzo realizado perdido por contingencias, siendo el granizo lo que más suele ocurrir aquí y que es lo que más nos ha afectado, sobre todo en maíces, y aunque se han recuperado el rendimiento baja bastante, por eso, confiamos que poco a poco podamos inculcar en los productores lo indispensable que es la parte administrativa, y ayudarles, ya que realmente se les hace imposible el poder concretar un seguro el cual minimiza ese tipo de problemáticas de perdidas totales, siendo que todos vivimos de esa buena cosecha que esperamos obtener”.

“Como cualquier otro cultivo, y cualquier otra región, aquí tenemos problemas con bacterias, con hongos, con insectos, aunque algo de lo que nos hemos percatado en este tiempo, es que de cierta manera esta zona, no sabemos si por que está más aislada o porque su agricultura es menos intensiva, las plagas no nos afectan tanto como en otras partes, por lo que hasta el momento esa preocupación está relativamente controlada, ojalá y sigamos así”.

“Hablando de costos de producción, al ser riego se incrementan en comparación con el temporal lógicamente, por varias razones, una de ellas es el sistema de distribución de agua el cual al ser goteo requiere de lo que son las cintillas, utilizando así calibre 6 mil de doble filtro, y su valor es algo elevado, pero nos ha dado muy buen resultado tanto en uniformidad como en resistencia, ya que en algunas parcelas vamos por el tercer ciclo en que reutilizamos la misma cinta; de ahí viene toda la parte de la fertilización, que es otro gasto alto. Este año introdujimos una semilla mejorada, pero lamentablemente el proveedor no tenía el mejor material, dado que cuando nos llego el paquete con la semilla esta venía muy dañada, con muy poca calidad, lo que desafortunadamente nos incrementó los costos, además las labores, siendo el primer año en que nos estamos introduciendo a este tipo de sistema, los trabajos de preparación fueron más que los ocupados en una parcela convencional o de temporal; con todo ello estamos hablando de alrededor de una inversión de 17 a 20 mil pesos por hectárea, incluyendo cintilla, energía eléctrica, mano de obra, fertilizantes, etc.”.

Para finalizar con esta segunda entrega, el Ing. Marco Antonio González agregó; “en temporal podemos hablar de un rendimiento de frijol de 1 a 2 toneladas por hectárea, incluso, hace 2 años levantamos en la misma parcela donde hoy tenemos labranza de conservación, 3 toneladas de frijol negro y narro, de temporal, ya que gracias a Dios en ese ciclo las condiciones se nos dieron, buen clima, nos llovió bien, empezamos a utilizar ciertos foliares, una fertilización de fondo adecuada, rotación de cultivos, y en general se nos juntaron varias cosas con lo que logramos obtener dicho rendimiento, pero regularmente estamos hablando de 1 a 2 toneladas cuando muy bien nos va, ahora, en el caso del riego en este novedoso sistema, siendo nuestro primer año, el objetivo esta puesto en alcanzar las 5 toneladas de frijol por hectárea, aunque quizá por ser primerizos en esta metodología y por muchas irregularidades que se nos han presentado, como problemas en la nacencia y el control de malezas, tengamos mermas, no obstante con un mínimo de 4 toneladas consideramos que ya estamos del otro lado, ya si logramos las 5 toneladas para nosotros significaría que para el próximo año sin problemas vamos a poder superar más de 5 toneladas por hectárea, dada la experiencia adquirida en esta temporada”.

Espera la 3ª parte de este valioso reportaje, en próximas ediciones…

La innovación y el desarrollo de herramientas tecnológicas de respaldo, las cuales buscan disminuir los costos de producción atenuando el alto grado de presión aplicado sobre los recursos, son de gran valor, ya que al integrarse al sistema de cultivo tradicional plasman un avance sostenible de la producción.

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