Lechones de bajo peso y su relación con la productividad

En una granja porcina la eficiencia reproductiva varía debido a condiciones ambientales, a aspectos genéticos y a factores relacionados con los cuidados que se tengan en la unidad de producción (el bienestar que se proporcione a la cerda y a su camada). También se debe considerar que la eficiencia de cada cerda y la productividad de la piara son dependientes de su fecundidad, potencial de fertilización y del peso individual de los lechones al nacer y al destete.

Como punto de evaluación de lo anterior se ha escogido como variable la media de lechones destetados por hembra al año (LDHA) que es un buen indicador de la productividad del hato (no así de la hembra individualmente) y aunada al peso del lechón al destete (PD) contienen información de varios aspectos zootécnicos (cuidados/bienestar).

Diversos análisis de regresión múltiple relacionan estas dos variables con 42 condiciones que se dan en la granja, algunas tan difíciles de asociar o medir como la humedad en la maternidad, el día de castración, el tipo de desinfectante que se emplea en los parideros, el tipo de aislante en los techos y otras más; sin embargo, también aparecen condiciones que son mucho más conocidas y cuyo impacto sobre el peso al destete es mayor, como los días de lactancia (<21; >28, “ni pocos, ni muchos”), el número de parto de la hembra (especialmente en el caso de las primíparas), el consumo diario de alimento real por la cerda, el número de nacidos por camada, por lo tanto el peso de los lechones al nacer, en este último caso la dispersión del peso dentro de la camada representa un mayor impacto sobre LDHA y PD y la mortalidad.

La mejora genómica en los últimos años ha traído consigo lo que se conoce como hembras hiperprólificas, lo cual se ha logrado por aumentos en la tasa de ovulación y la sobrevivencia embrionaria, sin estar seguros que la capacidad uterina también se ha aumentado. El tamaño de camada ha aumentado por otros esfuerzos, como avances en el conocimiento de la fisiología reproductiva de la hembra; procesos de detección del celo; inseminación artificial; programas específicos de inseminación dependiendo de las características del individuo y; tipos de inseminación artificial.

Esta mayor cantidad de embriones/fetos requiere de mejores condiciones en el ambiente uterino de la hembra, ya que la competencia entre los fetos por nutrientes y oxigeno es mayor, lo que origina una tendencia a disminución de peso en algunos productos y una mayor variabilidad (dispersión) en el peso al nacer. Por tanto, la selección para mayor tamaño de camada, ha traído consigo un mayor número de lechones de bajo peso -que solo son aquellos con una desviación estándar por abajo del peso promedio en la granja- que acarrea una mayor mortalidad y un menor crecimiento en lactancia de algunos individuos.

El marcado incremento en tasa de ovulación asociado a un modesto o buen aumento en la sobrevivencia embrionaria en el periodo pos-implantación (25-30 días de gestación), parece exceder la capacidad uterina de la cerda, causando un efecto de hacinamiento de los embriones (HIU), especialmente cuando exceden de 15. Este hacinamiento hace dos cosas; al inicio de la gestación los embriones compiten por factores o elementos bioquímicos necesarios para su desarrollo y en las etapas finales de la gestación no tienen todos ellos una superficie adecuada para el intercambio de nutrientes con la madre, y ambos aspectos resultan en el nacimiento de lechones de bajo peso. Debido al gran tamaño de camada, el HIU se agrava en una cría moderna donde hay camadas con mayor heterogeneidad de los pesos al nacer y un mayor número de lechones con un impacto en vitalidad y mortalidad.

Si bien, la circulación uterina se incrementa a mayor cantidad de fetos, esto no es proporcional, existiendo una disminución en el flujo sanguíneo, en el acceso al oxígeno y a nutrientes para algunos productos. También se ha visto que el crecimiento fetal homogéneo es dependiente del crecimiento placentario y un incremento; el hacinamiento después del día 30 de gestación tiene consecuencias en el desarrollo placentario, especialmente en el volumen de la placenta, y si no existe un mecanismo compensatorio en la etapa pos-implantación se afecta el desarrollo embrionario a manera análoga a la del factor de restricción del crecimiento uterino (IUGR).

Hasta aquí se pueden entender las situaciones relacionadas con el mayor tamaño de camada y las condiciones de los lechones, pero es importante hacer reflexiones sobre las condiciones que afectan a los lechones de bajo peso que no permiten cumplir con las metas de LDHA y PD.

Algunas condiciones de los lechones con bajo peso. – Se conoce que la sobrevivencia y crecimiento de los lechones de bajo peso no corresponde exclusivamente a dicho peso, sino que está relacionado a un desarrollo de fibras musculares. El período temprano de la miogénesis, donde ocurre la diferenciación de las fibras musculares primarias parece ser resistente a manipulación nutricional, mientras que los efectos nutricionales sobre la diferenciación e hiperplasia de fibras secundarias se han demostrado entre el día 25 a 90 de gestación.

El aumento de lechones de bajo peso alarma a los productores, pues asumen que estos lechones van a morir todos y no tienen remedio, ni caso hacer nada; en cierta forma tienen razón, pero no todos los lechones de bajo peso están condenados a morir. Se ha demostrado que un 20% de los lechones catalogados como de bajo peso al destete están en un rango intermedio de peso.

La mortalidad de estos lechones tiene ciertas explicaciones, por ejemplo, se conoce que el peso de los lechones está correlacionado positivamente con el peso de todos los órganos, excepto el cerebro, siendo más contundente sobre el peso del hígado y del intestino. Para entender mejor lo que se puede hacer con los lechones de bajo peso (<1 kg) son necesarios estudios continuos a nivel de campo.

Otro aspecto que es importante tomar en cuenta, es que la situación del incremento del nacimiento de lechones con bajo peso está muy relacionada con las elevadas tasas de reposición en las granjas, donde eso lleva a tener un 25 a 30 % de cerdas jóvenes pariendo todo el tiempo. Se ha demostrado que lechones de camadas de hembras primerizas tienen menores pesos al nacer, mayor dispersión de peso y menor calificación de vitalidad que en hembras de segundo a quinto parto.

Espera la 2ª parte de este artículo, en próximas ediciones…

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