Potencial de semillas criollas 3ª parte

La supervivencia del ser humano ha sido posible, entre otros factores, gracias a la diversidad agrícola. El ser humano ha cultivado diferentes especies durante más de 10 mil años, que han sido seleccionadas según sus preferencias. Esta selección ha permitido, a lo largo de los años, diferenciar las especies según sus usos (alimenticio, medicinal, repelentes de insectos, etc.) e incrementar la superficie cultivada de aquellas especies que presentan utilidad para el ser humano.

“Sin duda la calidad de las semillas hortícolas, es cada vez más importante en los mercados regionales, nacionales e internacionales, dado que la esperanza de una buena cosecha está en ese parámetro, pero la calidad entonces parte del entendimiento de los factores biológicos y los factores de manejo que contribuyen a mejorar ese factor y el vigor de la semilla, y eso debe de ser una base fundamental para crear estrategias de rescate, conservación, producción y mejoramiento de semillas criollas”; así lo señaló el Dr. José de Jesús Luna Ruiz, profesor e investigador de la Universidad Autónoma de Aguascalientes.

“¿De dónde vienen las variedades y las semillas de chile que sembramos?, todos los chiles y por lo tanto todas las variedades de chile que han sido domesticadas tienen como su centro de origen el continente americano, México es un centro de origen y de domesticación de chiles, el nombre chile es mexicano, fuera del país son pimientos o son ajís”.

“Hablando del origen de las variedades, todas surgen de sus parientes silvestres; todos los chiles silvestres han dado origen a las formas domesticadas, a todas esas variedades que actualmente ocupan los sistemas de producción de chile, sean variedades criollas o variedades híbridas, eso es el resultado de esos 10 mil años de intervención humana en esta región del continente americano. Por ello es un trabajo que tenemos que valorar, es una labor que ha dado lugar precisamente a toda esa diversidad, pero que lamentablemente empezamos a perderla y la podemos seguir perdiendo sino tenemos estrategias de intervención”.

“Las variedades parten de las formas silvestres que dan origen a variantes de traspatio que podemos llamarlas semi domesticadas como los chiles que conservan muchas amas de casa en varias regiones del país, que son incipiente manejadas; de ahí tenemos las variedades criollas, que, si bien no tienen la calidad ni la uniformidad genética deseada, forman parte de ese reservorio utilizado para desarrollar variedades mejoradas. En los años 70´s se hacía mejoramiento genético generándose algunas variedades de polinización libre, como la esmeralda, la pabellón, después vinieron los híbridos en el caso del chile, los cuales parten de variedades mejoradas criollas, y si nos vamos a fondo, por donde lo queramos ver, realmente el origen está en las formas silvestres, pero esas raramente se usan en el mejoramiento genético, y tenemos las criollas que pueden ser mejoradas para un desempeño más notable, o bien, pueden ser llevadas a la escala de variedades estables para hacer híbridos”.

Para terminar, el Dr. Luna Ruiz agregó; “tenemos que determinar si queremos híbridos o queremos criollos, conforme el costo y la calidad que busquemos, aunque de entrada sabemos que el híbrido nos va a costar mucho, por ello la necesidad de empezar a pensar en todo ese potencial que tienen las variedades criollas, y el cómo podemos llevarlas a un nivel que realmente detone en los diferentes sistemas de producción y en la rentabilidad económica”.    

Espera la 4ª parte de este artículo, en próximas ediciones…

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