Cielo y suelos desafiantes

Desafortunadamente una vez más se refleja el riesgo natural que implica la agricultura, condición que siempre ha estado y estará latente, acrecentada hoy por la agobiante amenaza que representa el cambio climático, causante de serias preocupaciones que confirman las grandes adversidades que aquejan al sector productivo, ya que factores esenciales para el desarrollo de los cultivos, como precipitación y temperatura, se han modificado generando con ello fenómenos atmosféricos devastadores para las plantas, como las granizadas, estrago motivo de enormes pérdidas, por lo que sin duda es uno de los mayores temores para el productor, las cuales se han ido tornando cada día más comunes y frecuentes, y de mayor intensidad.

Y en Zacatecas su ocurrencia no ha sido la excepción, sino por el contrario, ha sido el blanco en diversas ocasiones de este tipo de estragos ambientales, que ocasionan desastre en cientos o miles de hectáreas de cultivos, e infortunio y graves bajas económicas para el agricultor, lamentable realidad que de nueva cuenta se presentó con serios daños en diferentes parcelas productivas pertenecientes al municipio de Calera, dada la impetuosa granizada de crueles dimensiones que duró largos minutos, la cual perjudico severamente a productores de la región, deteriorando una importante superficie de cultivos de chile, maíz y tomatillo, entre otros, triste y frustrante situación que desmoraliza y arruina el empeño y dedicación del agricultor. Pero a pesar de este desalentador golpe, no hay de otra más que seguir avanzando en la búsqueda de estrategias que garanticen el desarrollo y protección, ante los peligros presentes y futuros, con la idea de evolucionar al ritmo que lo hace el planeta, lo que se lograra solo a través de la fuerza y vocación de agricultores que sepan levantarse y mantenerse de pie ante los embates del entorno.

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