Maestro de profesión, con el campo en el corazón

Son contadas las profesiones que lanzan al mundo a hombres que se vuelven un ejemplo a seguir y marcan una huella imborrable en la historia de aquellos que se cruzan en su camino, entre ellas se encuentra la profesión de mentor; esa fue la vida de Donato Fernando Cortés Bañuelos, catedrático por vocación, con un amor hacia el campo y los animales que trascendió las aulas de la memoria.

Nació el 9 de marzo de 1957 en el municipio de Apozol, Zacatecas, en la Hacienda la Purísima; fue el último de los 5 hijos concebidos por el matrimonio de Joaquín Donato Cortés Ulloa y María del Refugio Bañuelos Delgado.

Su cariño por la vida de campo surge a raíz de su interacción directa con el entorno donde creció, en el que además de la producción pecuaria y agrícola, existía la operación de un ingenio azucarero. Su padre, mayordomo de la hacienda, siempre le proporcionó facilidades para estudiar, consciente de que las letras y la aritmética son el cimiento para el progreso del hombre.

En ese sentido, llegaría a la capital del estado en el año de 1975 con la intención de instruirse dentro de la agronomía, pero por azares del destino, terminó por incorporarse en la Escuela de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UAZ, decisión que nunca lamentó, pues fue ahí donde no solo desarrolló y perfeccionó sus conocimientos, sino que además descubrió su pasión y talento nato por la enseñanza. Cursaba el tercer año cuando ya era ayudante del profesor y además le habían sido asignados algunos grupos donde impartía clase, especialmente en materia de ganado vacuno, siempre desempeñándose de forma profesional y apasionada, en aras del desarrollo y bien común; prueba de ello fue la construcción que él mismo empezaría del establo lechero que hasta el día de hoy se mantiene dentro de las instalaciones de dicha institución educativa.

Aun así, el MVZ Donato nunca quedó fijo a las aulas, entre los libros y las pizarras; al contrario, siempre se mantuvo fiel al aprecio que sentía por la libertad del campo y los animales, amor que quedaba demostrado en el conocimiento minucioso que tenía sobre ellos.

Fue hasta que se graduó cuando entró al campo docente de manera formal. El compartir sus conocimientos era algo que se le daba de buena gana, le gustaba enseñar, entendía la esencia del profesor a la perfección, la de transmitir experiencias y habilidades a los demás, aprendiendo él mismo en el proceso, siempre de forma práctica y no solo teórica, haciendo las cosas, estilo único que lo definió ante numerosas generaciones de estudiantes, quienes siempre lo recordarán como uno de los grandes talentos que han pasado por aquella facultad, legando valores y principios dignos de admiración.

En el año de 1981, poco después de graduarse, a la edad de 25 años logra hacerse de unas tierras, en donde con gran esfuerzo y dedicación forjaría un productivo rancho agropecuario, y además contrae matrimonio con María de Lourdes Vidauri Rodríguez, con quien tendría 3 hijos a los cuales les enseñaría, fiel a su costumbre, el gusto por los animales y por el campo en general.

Su familia lo recuerda con especial afecto como un padre atento, un esposo excelente y una persona de carácter social, carismático, pero sobre todo, como alguien feliz; agradecidos de que permanezca en la memoria de la gente que tuvo el placer de conocer, siempre dispuesto a compartir su destreza e inteligencia con todo aquel que lo necesitara.

En el ámbito agrícola, se destacó en la producción de forrajes, principalmente de alfalfa, avena y trigo, siendo pionero en el manejo de máquinas cortadoras y empacadoras que no se veían con frecuencia en el estado por aquellas épocas.

Pero el noble trabajo con los cultivos representaba para él una bonita distracción, “el campo lo despejaba, trabajaba de maestro, y sus parcelas eran como un hobby o un agradable pasatiempo” rememora su familia. Nunca fue amante de la idea de emigrar al norte en busca de oportunidades, ni tuvo inclinaciones políticas, a pesar de que se le ofrecieran cargos en diversas ocasiones.

En sus momentos de paz, solía pasar largas horas contemplando a sus animales en el ocaso del día; el simple acto de estar ahí, apreciando la vida, una vida que conocía a la perfección, era suficiente para saber que las labores de toda una jornada habían valido la pena.

En este mundo lamentablemente no se puede estar exentó de tragos amargos y el MVZ Donato tuvo que atravesar la muerte de su padre, hecho que le causó gran impacto y que alteró de momento su carácter apacible, ya que su familia siempre lo describió como alguien tranquilo que no solía llevar consigo los problemas, alguien con una visión positiva de la vida, “se desconectaba de todo al llegar a casa, dejaba afuera todos los problemas y se centraba en su familia”.

Desgraciadamente el 10 de diciembre del año 2002, esta leyenda y figura académica llegaría a su fin, con casi 24 años de carrera docente, el MVZ Donato Fernando Cortés Bañuelos fallece a causa de cáncer de estómago e hígado, apenas 3 meses después de realizados los análisis a causa de una serie de dolores que presentara con anterioridad, situación que extrañó a su familia pues era de naturaleza muy saludable, sin embrago, el diagnóstico resultaría tardío y fatal.

En su honor, la Posta Agropecuaria de la Unidad Académica de Medicina Veterinaria y Zootecnia, hoy lleva su nombre; lugar al que dedicó su vida y en el que permanecerán gratos recuerdos de su paso por ahí. Asimismo en el 2017, exalumnos de la Escuela Veterinaria entregarían a su familia un reconocimiento póstumo por su gran trayectoria académica, homenaje de las numerosas vidas que tocó, las cuales tuvieron la invaluable oportunidad de aprender con él.

De su parte, legó a su familia el inmenso amor al campo que el mismo demostró en vida, siempre predicando con el ejemplo, así como la responsabilidad en el trabajo, y el esfuerzo diario con entusiasmo, por lo que siempre será recordado como aquel hombre que acabara los días contemplando la simpleza maravillosa de la naturaleza, un verdadero maestro de vida con el campo en su corazón.

 

 

 

Bryan Pichardo Gallegos / El Despertar del Campo

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