Vacas sanas, ambiente sostenible
Fenómenos como el cambio climático, el Niño, desertificaciones, deforestación, gases de efecto invernadero y otros, son temas centrales en muchos foros, investigaciones, columnas y reportajes que diversos especialistas, escritores, políticos, líderes de organizaciones, entre otros, que mencionan que la ganadería es el sector productivo con mayor impacto negativo en el medio ambiente, creando así una verdadera animadversión hacia la actividad pecuaria, por lo que se ha creado un paradigma.
Adicional a lo señalado, el documento llamado “Livestock’s Long Shadow”, (La Larga Sombra de la Ganadería) editado por la FAO-Livestock’s Environmental and Development, menciona que la ganadería es más contaminante que la industria automotriz. Lo anterior, porque lanza al ambiente 18% de los gases de efecto invernadero (GEI) de las emisiones antropogénicas, que emiten dióxido de carbono (32% por deforestación, degradación de suelo, desertificación, etc.); 25% por la fermentación ruminal y entérica del ganado (metano principalmente) y también óxido nitroso proveniente del manejo de excretas y estiércol (31%).
A los datos expuestos agreguemos otras ideas que se formaron en el siglo pasado acerca de que la desertificación fue provocada por el pastoreo de ganado en las praderas naturales en varias regiones del mundo, que la deforestación fue utilizada únicamente para abrir nuevas tierras de pastoreo para el ganado y, en un ejemplo extremo, la cacería de miles de elefantes y otros herbívoros en África como medida para reducir el daño y darle la opción a la tierra de alimentar a los animales que el hombre consideraba conveniente y no, la naturaleza.
En México, se contabilizan más de 100 millones de hectáreas dedicadas a la ganadería con un inventario de rumiantes cercano a los 50 millones de cabezas, mismas que son consideradas como causa para el cambio de uso de suelo, la deforestación y la erosión.
Bien, este paradigma se asemeja, en proporción guardada, a mencionar que la tierra es plana o que el sol gira alrededor de la tierra. Sin pretender saber todo, sí hay que mencionar los beneficios que las vacas en pastoreo aportan para crear un ambiente sostenible para el mundo. Las buenas prácticas en la actividad pecuaria son parte de la solución para poder rescatar suelos, agua y la biodiversidad en diferentes regiones del país.
El concepto de ganadería sostenible, el cual ha tenido varios promotores como Allan Savory, un ícono en el tema con su Gestión Holística y Pastoreo Tecnificado, que han permeado en la ganadería internacional, busca encontrar el equilibrio entre los ciclos biológicos y los económicos, enfocados en mejorar aspectos ambientales, productivos, sociales y de rentabilidad de la actividad.
En el país, ya desde los años 60 del siglo pasado, se generó una corriente de productores comprometidos con la ganadería y el ambiente, que han implementado actividades tendientes a contribuir a recuperar zonas afectadas y hacerlas productivas, como el pastoreo tecnificado, optimizar el uso de agua, incrementar la productividad y recuperar especies nativas, entre otras; así surge el holismo como alternativa para lograr la recuperación de tierras, que apuesta por el uso racional de los recursos con que se cuenta, además de entender y conocer el comportamiento del dúo animal-ambiente para conjugarlo favorablemente
Bajo el actual contexto, es impostergable implementar el modelo holístico para la adopción de prácticas sostenibles en todas las regiones ganaderas del país, áridas, templadas y tropicales, sumando tecnologías como el manejo de excretas con biodigestores, generación de energías limpias con sistemas fotovoltaicos, cosecha de agua con ollas de captación, sistemas de riego tecnificado, entre otras.
Con buenas prácticas de manejo se puede generar mayor producción de forraje verde, disponible para el ganado, que al mejorar su condición corporal mejorará su microambiente y, en suma, aportara a un entrono sostenible.