El café de especialidad se abre cada vez más terreno en México
La caficultura es clave en el desarrollo económico de México; el consumo de café de especialidad en nuestro país está aumentando. Es en este marco en el que Yara, empresa líder en nutrición vegetal a nivel global, impulsa el Yara Champion Program, programa de reconocimiento que premia a los mejores caficultores mexicanos, para que accedan a mejores precios y al mercado nacional e internacional, y en cuya 3ª edición Puebla obtuvo el primer lugar.
El café de México se caracteriza por ser único. Su producción es una actividad fundamental, pues emplea a 540 mil cafeticultores, lo que en 2018 permitió la generación de 240 mil toneladas del grano y posiciona a México como el 11º productor mundial.
El consumo interno del grano crece un aproximado de 4% anualmente. Y la mejor noticia es que el consumo de café de especialidad en nuestro país está aumentando considerablemente (de un 28% en 2005 a un 46% en 2016).
Sin embargo, en los últimos meses, el aromático se encuentra en una grave crisis de precios. El kilo de café cereza se paga al mismo precio de 1983. Durante el año pasado, el precio promedio de una libra de café arábiga fue de 1.01 dólares (de los precios más bajos en casi 13 años).
No es de sorprender que los productores se enfrenten a grandes retos para cubrir los costos de producción. “La crisis de precios es apremiante y está fuera del control de los productores. Es urgente desarrollar políticas que mejoren el acceso a información, den acceso a insumos a precios competitivos y den valor agregado basado en la calidad y diferenciación”, menciona Manuel Otero, Director General del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).
Es en este marco en el que Yara, empresa líder en nutrición vegetal a nivel global, impulsa el Yara Champion Program, un programa de reconocimiento que busca premiar y dar visibilidad a los mejores caficultores de nuestro país, lo cual les permite acceder a mejores precios y al mercado nacional e internacional, mediante un concurso de calidad de taza.
En la premiación de la 3ª edición de este concurso llevada a cabo en días pasados en la ciudad de Puebla, fue justo una caficultora de la región quien obtuvo el primer lugar entre más de 120 muestras de café recibidas. Se trata de Leticia Sosa, cuya finca, El Paredón, se encuentra en la comunidad de Totutla, en Huitzilan de Serdán y cuyo café obtuvo un puntaje de 87.75, según la metodología de la SCA, lo cual lo convierte en un café de taza de excelencia.
“Me siento emocionada. Es un compromiso con mi gente, con los que trabajan con nosotros, con mi familia… Para poder salir adelante, que el mundo nos vea y conozca que estamos haciendo algo diferente y algo sabroso; que valoren el trabajo que hacemos, pagándonos a un precio justo. Con esto me siento más segura para saber qué precio voy a pedir por mi café”, expresó la ganadora.
Elvira Trejo, de Yajalón, Chiapas, se hizo acreedora a la Taza de Plata gracias al café que produce en su finca San Juan del Vesubio y que la hizo merecedora de 87.50 puntos (también un café de taza de excelencia). “Es una buena oportunidad para apoyar a todas las mujeres de la región que trabajan en la finca. Me siento muy feliz de poder apoyar y poder llevar a otros escenarios el café, y así adquirir precios justos. Es una gran oportunidad de dar a conocer nuestro producto, de darle a saber al mundo que tenemos los mejores cafés”, mencionó.
Por su parte, Víctor Cano se llevó la Taza de Bronce a su finca Portugal en Guerrero, gracias a su café que obtuvo 86.75 puntos. “El café en algún momento pone trabas, los precios… pero siempre hay una ventana, algo que te dice ‘ve adelante, se puede’ y estamos en la lucha de seguir adelante. El café es un cultivo de necios y yo soy un necio; para mí es pasión, dolor, amor, placer. El café me lo ha dado todo”, expresó al recibir su premio.
“La calidad de taza depende de muchos factores. La mayoría de ellos no son manejables (clima, suelo, precio, entre otros), pero hay uno en el que sí podemos influir: la nutrición vegetal balanceada”, explicó por su parte Carlos Ibarra, Coordinador de Marketing para Yara México. “Así, los planes de nutrición Yara para café y la asesoría que damos en campo a los productores aportan a incrementar su rentabilidad y a colaborar con nuestro granito de café para poner en alto la caficultura mexicana y mejorar la calidad de vida de nuestros caficultores”.
Estos hombres y mujeres siembran, más que café, esperanza, y son el ejemplo de que otra caficultura es posible y de que el mundo puede y debe voltear a ver a México como un país con gran potencia para cafés de especialidad.