Cultivo distintivo 2ª parte
Definido como un icono de laboriosidad y dinamismo en la primera parte de este reportaje, el cultivo de chile sin duda es un tema agrícola, social, económico y cultural con un extenso acervo de conocimientos e información, razón por la cual se le da seguimiento en esta su segunda entrega, a través del amable intercambio de experiencias vertido por los hermanos Murillo Galván, Oscar Omar y Luis Alberto, agricultores por vocación y tradición familiar, quienes en conjunto con su padre manejan una superficie de alrededor de las 50 hectáreas de chile tipo guajillo o mirasol criollo para secado, establecidas en el Ejido de San Andrés, próximo a la localidad de San Antonio de la Rosa, perteneciente al municipio de Villa de Cos, Zacatecas, quienes coinciden en señalar que a pesar de los grandes riesgos que se corren dentro de la agricultura, siendo poco lo seguro y mucho lo expuesto, sigue representado una noble labor que da para seguir trabajando.
“Lo que es la preparación del terreno tiene que ser con tiempo, donde primero que nada viene lo que es el volteo, trabajo que le ayuda a la tierra a mejorar su estructura para que los fertilizantes y las raíces se desempeñen sin problemas, posteriormente metemos lo que es la rastra, la cual va quebrando hierba y terrones, de ahí se pone lo que es el rodillo para dejar bien mullida la tierra, y algo muy importante en los chiles, es la nivelación de la superficie para que no queden agujeros donde se pueda acumular agua, lo que ocasionaría la pudrición de las matas”, así lo señalaron los hermanos Murillo.
“Dispuesto el terreno, viene la plantación, para lo cual empleamos personal de nuestras mismas comunidades, a quienes se les da cierta cantidad de camas por individuo, y ellos se encargan de ir colocando cada plantita en cada orificio sobre la cama, por lo que definitivamente el chile es un cultivo que requiere de mucha mano de obra, la gente se ocupa desde un principio; se planta y después se tiene que ir rellenando bien el hoyo con tierra para que la planta se amacice y resista más, de ahí en adelante a quitar la hierba que va saliendo con la mano, y hasta la cosecha se corta manualmente pagándoles por costal”.
“En el caso de la maleza, sino la controlamos, le afecta al cultivo de forma que la hierba compite con él por espacio, nutrientes, agua, aire, sol y demás recursos que son indispensables para el desarrollo de las matas; asimismo, hay hierbas que atraen muchas plagas y enfermedades, por lo que definitivamente es necesario quitarlas procurando siempre tener limpio el cultivo, y en este renglón no sabemos aún de algún tipo de químico que se pueda aplicar para eliminar malezas sin que este afecte también a las plantas de chile que son muy delicadas”.
“Otra preocupación en los chiles, son las mencionadas plagas y enfermedades, y aquí en la región afectan especies como el llamado gusano barrenador, que es un insecto que entra cerca del rabo del chile, y ya en el interior se va comiendo lo que son las venas y las semillas, y al hacer eso el fruto se pudre y ya no nos sirve, para eso es recomendable aplicar ciertas fumigadas por arriba de la mata para eliminar el problema, o también se le puede echar desde recién plantados, ya que igualmente en esa etapa el gusano comienza a roer la matita, por lo que en ese caso se le aplica el insecticida por la cintilla; además al inicio tuvimos algunos problemas con animales salvajes del monte que entraban a comerse las plantas, como los venados, los cochinos jabalí, pero gracias a la llegada de las lluvias ese inconveniente desapareció, ya que cuando estaba el monte seco no tenían tanto que comer por lo que al ver verde venían y se comían los chiles. En enfermedades, ya cuando está la mata grande, y que se presentan condiciones de mucha humedad y altas temperaturas, les pega lo que conocemos como la cenicilla, alteración que se presenta en el follaje u hojas del cultivo, las cuales se empiezan a debilitar hasta caerse, y al perderse toda la hoja la planta simplemente deja de trabajar y muere, dado que son los pulmones y con lo que realiza sus procesos de fotosíntesis indispensables para su crecimiento, y aunque también en el mercado existen diferentes agroquímicos para combatirla, en nuestro caso preferimos aplicar para prevenir que para tratar de curar”.
“Sabemos que el chile esta listo para cosecharse, por su color y macices, viendo que está bien rojo solo esperamos a que llegue el hielo para que se seque por completo y es precisamente ahí cuando empezamos a cortar, apoyándonos igualmente en la contratación de gente que realiza la labor manualmente, llenando costales, los cuales una vez terminada la recolección son llevados a la bodega para su almacenamiento y posterior proceso de selección y empaque. Ya en el almacén lo primero que hacemos es seleccionar o apartar, que es como comúnmente conocemos a la tarea da clasificar los chiles por su grado de calidad, en primeras, segundas y pintos, proceso que se va realizando lentamente, se vacían los costales, se aparta una sección y se va amontonando; ya cuando esta apartado se le va aplicando una pequeña cantidad de agua para que se haga correoso y no se quiebre al empacarlo, ya que está seco, y se deja 1 o 2 días al intemperie tapado con un hule para que agarre correa, sucedido esto, al día siguiente se puede extender en lonas o hules, y se vuelve a meter a la gente para darle otra rápida apartada, dado que de repente se pasa uno que otro pinto o segunda, y ya quitándole eso se le da un tiempo al sol para que agarre la textura adecuada y se empaca en sacos de 40 o 50 kilos, o bien en costales de raspa. También, ya que está apartado y antes de empacarlo, hacemos una mezcla para darle brillo al chile y que se vea más presentable y limpio, utilizando por lo regular una combinación de aceite comestible y glicerina, con lo que le damos unas 3 rociadas antes de meterlo al costal; por lo que todo este proceso sin duda representa un trabajo artesanal, en el que aproximadamente duramos alrededor de 2 meses, apartando y empacando con pura gente”.
“Empacado el chile, el siguiente paso es comercializarlo, lo cual realizamos a través de un intermediario que tenemos años de conocerlo, quien viene y revisa la mercancía dando el visto bueno, y hasta donde sabemos él lo distribuye a las diferentes plazas comerciales del país como son la Ciudad de México y Guadalajara”.
Para terminar, los hermanos Murillo Galván agregaron; “para poder trabajar en el campo, tiene que ser con gusto, y que nazca de uno mismo, para de esa forma poder echarle las suficientes ganas y salir adelante a pesar de los fuertes riesgos”.