Desafiante entorno productivo que genera preciados lazos de arraigo
Hoy la demanda global de maíz continua en crecimiento, y aunque año con año se registran cosechas récord de este grano, siguen siendo insuficientes para cubrir el consumo diario de los más de 7 mil millones de habitantes en la tierra, además del maíz depende el sector pecuario de todas las naciones, se utiliza hoy como energía, se transforma en pilas y bioplásticos y es clave para la investigación de tecnologías de frontera, por ello y muchos otros beneficios que aporta, es el principal cultivo de la humanidad, siendo el cereal con el mayor poder de transformación que haya existido jamás, sin duda es un asunto de seguridad nacional, por lo que su escasez, el aumento en los costos de producción, el cambio climático, el crecimiento mundial de la población, la reducción de las tierras aptas para la agricultura y la baja productividad de los sistemas agrícolas actuales, están enriqueciendo a las naciones más eficientes y deteriorando a las economías incapaces de producir sus propios suministros, lamentablemente esa es una tendencia que no desaparecerá, y a pesar de que México es la región que aporta el maíz al mundo, tristemente se ha convertido en el segundo importador mundial de alimentos, escenario que refleja una alta dependencia y deficiencia, por lo que hoy es necesario dirigir los esfuerzos a reivindicar los parámetros productivos mediante una agricultura de mayores rendimientos y sustentabilidad, de alcance nacional que haga llegar lo mejor del conocimiento, la tecnología y las prácticas agrícolas a todos los productores mexicanos, en favor de una revolución productiva que aumente la generación de alimentos, cree empleos y arraigo, y de viabilidad al desarrollo integral del campo.
“Afortunadamente hemos podido ver que el trabajo tanto de la iniciativa pública como de la privada actualmente se ha ido enfocando a poder establecer una agricultura más amigable con el medio ambiente, a través de sistemas como los de conservación que nos ayudan principalmente a ir regenerando nuestros suelos, porque definitivamente hemos tenido una gran degradación, tanto por erosión eólica e hídrica, pero sobre todo por el mal manejo o cuidado que les hemos dado durante décadas, con una excesiva labranza siendo frecuentes los pasos con maquinaria lo que poco a poco los ha ido acabando”; así lo compartió amablemente Juan Carlos Trejo Luna, ingeniero agrónomo de profesión y agricultor por vocación, docente en el CBTA 137 de Tepechitlan, Zacatecas, quien en el pasado ciclo agrícola primavera-verano 2021 estableció 15 hectáreas de maíz, en suelos próximos a la comunidad de El Tápalo, perteneciente a Los Llamas del municipio de Tlaltenango, Zacatecas, terrenos en los cuales normalmente se siembran 2 cultivos (en el primavera-verano y otoño-invierno), rotando con maíces, avenas, trigos, pastos, cebadas, sobre todo enfocados a la producción de forrajes así como a la obtención de grano, asimismo, sembró dentro de terrenos del CBTA 137 de Tepechitlan, un interesante ensayo de validación, con una extensa vitrina de 32 diferentes variedades como Antílope de Asgrow, el 4020Y de Dekalb, de Pioneer el 30F53, Supremo de Aspros, Titan de Unisem, el 921 de Syngenta, Ébano de Medimex, entre otros valiosos materiales.
“Por ello creemos que esquemas como la agricultura de conservación, nos pueden hacer más rentables, ayudándonos a bajar los costos de producción y elevar los rendimientos, ya que vamos mejorando nuestros suelos, generando una microflora y una microfauna benéfica que degrada todos los esquilmos de cosecha impidiendo que las malezas prosperen, entre otras ventajas. Esto nos ha hecho mejorar notoriamente, siendo más competitivos en nuestro negocio, lo que genera que como productores vayamos a la vanguardia en cuestión de tecnología, de manejo y sustentabilidad dentro de nuestros cultivos”.
“Las parcelas normalmente nosotros las rentamos, porque no somos dueños, aquí las extensiones de tierra son pequeñas, y nos dedicamos precisamente a rentar terrenos para producir, dentro de un rango productivo medio; arrancamos de un análisis de suelo para ver que tenemos y que nos falta para llegar a nuestra meta de rendimiento. Normalmente empezamos realizando lo que es la labranza mínima con algunas técnicas de conservación de suelos en base a nuestras necesidades”.
“Sabemos que hoy en día nuestros insumos agrícolas tienen un costo muy elevado, y por ende tenemos que tener una agricultura más rentable, esto es un negocio que hay que irlo haciendo cada vez más eficiente y sustentable, porque es el sustento de muchas familias, y ahora si que el campo no para por lo que tenemos que seguir produciendo, y de igual manera sabemos que más extensión de tierra no tenemos, por lo que forzosamente debemos enseñarnos a ser mas productivos y rentables dentro del mismo espacio”.
“El sistema de producción que manejamos es en surcos a 75 centímetros, bajo una densidad de 7 plantas por metro lineal, porque aquí nuestros suelos prácticamente son barros, por lo que necesitamos subir la planta en alto dada la alta precipitación y los excesos de humedad; y por la razón de que el mismo temporal no nos permite escardar, las lluvias a veces son muy buenas y muy consecutivas lo que nos limita la escarda, por lo que tenemos que hacer siembras en bordo para ayudar a la planta a no tener problemas de encharcamiento que afecten la sanidad del cultivo”.
“Este maíz se sembró el día 16 de junio 2021, y como aquí son suelos muy arcillosos tenemos que hacer nuestras siembras en seco y esperamos el temporal, de igual manera tenemos la oportunidad del riego, solo que aquí únicamente tenemos riego rodado con agua de presa, pero de ser necesario si tenemos acceso a agua para regar”.
“Como lo mencione, para entrar en la dinámica de la mínima labranza, implementamos solo lo que es el subsuelo para romper el piso de arado y posteriormente metimos la rastra para moler lo que es el terrón; después hacemos el surcado o bien si la sembradora trae los chuzos necesarios vamos levantando el surco al momento de la siembra, normalmente antes del surcado también usamos el cuadro para dar una emparejada a nuestros terrenos. Establecido el cultivo, partimos del análisis de suelo para realizar nuestro programa de nutrición, pero normalmente aquí hacemos una mezcla física con 4 o 5 nutrientes los cuales la planta demanda al arranque; en cada control de plagas normalmente aquí metemos lo que es nutrición foliar con micronutrientes, y después realizamos el control de malezas, en la zona como son suelos muy fuertes, arcillosos, tenemos que controlar obligatoriamente la hierba, tanto zacates como hojas anchas, y a la vez por los monocultivos en la región, tenemos que hacer aplicaciones para prevenir y enfrentar enfermedades como principalmente cercospora que se da por los prolongados periodos de humedad foliar y los nublados, la roya y ciertos problemas con bacterias”.
“Hablando de plagas, el principal problema al cual nos enfocamos es el gusano cogollero y el gusano trozador, aunque de entrada también afecta bastante por abajo lo que es la gallina ciega; también tenemos problemas con la diabrótica en todas las etapas del cultivo y últimamente también se empiezan a tener problemas con lo que es el pulgón; y en cuestión de enfermedades está como ya lo señalé la cercospora, roya, estamos también teniendo problemas con fusarium,y en bacterias tenemos la pudrición blanda. En esta región los costos de producción oscilan entre los 21 a 22 mil pesos por hectárea de establecimiento a cosecha, aunque todo depende también de la meta de rendimiento que nos propongamos”.
Para finalizar, el Ing. Trejo Luna agregó; “yo los invito a que se enfoquen principalmente a su negocio, hacer las cosas de una manera más sustentable, hoy en día tenemos que producir más en el mismo espacio, esta es una actividad económica por lo que tenemos que hacerlo más rentable, pero a la vez sustentable, realizar las cosas de una manera ordenada y cuando realmente la planta lo demande”.