Lechones de bajo peso y su relación con la productividad 2ª parte

La selección para grandes camadas ha exacerbado la deficiencia de energía natural al nacer. Además, la producción de leche y el número de las tetas funcionales no se han aumentado linealmente con el tamaño de la camada como tal; un tamaño de camada más grande no sólo aumenta la competencia por la leche dentro de una camada, también pone a los lechones con un bajo peso al nacer en desventaja con respecto a la ingesta de leche.

Asimismo, los lechones con un bajo peso al nacer tienen una mayor necesidad de energía por kilogramo de peso, porque su relación superficie-volumen los hace más propensos a la pérdida de calor y tienen que asignar más energía para mantener la homeotermia. Los lechones con bajo peso nacen con una menor concentración de glicógeno en el músculo esquelético e hígado, esto dificulta realizar esfuerzos y contraer músculos para desplazarse y competir por una teta lo que a su vez trae como consecuencia una menor ingesta de leche (glucosa).

Se ha demostrado que, al comparar lechones de bajo peso con lechones de peso adecuado, al momento de nacer las diferencias en glicógeno hepático y en músculo prácticamente no existen, pero a las 96 horas de nacidos estas diferencias son marcadas entre los dos tipos de lechones, esto señala la importancia de una identificación rápida de estos animales y la toma de medidas antes de que mueran o su crecimiento quede comprometido hasta el destete.

Como se observa las condiciones de los lechones nacidos con bajo peso en camadas numerosas explican ampliamente el porqué de su mortalidad y su menor crecimiento durante la lactancia, lo que repercute en LDHA (lechones destetados por hembra al año) y PD (peso del lechón al destete), variables en las cuales México se ve por debajo de otros países de América Latina.

Como reducir el efecto de la dispersión de peso para lograr LDHA y PD. En primer lugar, es necesario puntualizar que el tamaño de las camadas de cerdas de genética mejorada comercial no va a disminuir; los esfuerzos para lograr esa mejora han sido muchos y en muchos países donde se tienen cuidados con las condiciones de crianza por lo que no representa un problema; el tamaño de la camada no va a bajar porque en una granja específica no existen las capacidades para implementar dichos cuidados. Sin embargo, se están haciendo esfuerzos para resolver la dispersión de pesos y la existencia de lechones de bajo peso en diferentes niveles.

En primer lugar, está el trabajo de las casas genéticas que por una parte están incorporando la dispersión de pesos en sus índices de selección y por otra parte se estudian genes candidatos para mejorar la habilidad materna y el número de destetados, tales como los siguientes: FOSB, CD38, Grb10, OXTR, OXT, AVP, EST

Posteriormente se puede aterrizar la idea de que es importante tener cuidados especiales con las hembras reproductoras para mejorar las condiciones placentarias. Por ejemplo, en la alimentación tradicional en gestación, las demandas de las estructuras placentarias sólo son atendidas con un leve aumento de la ingesta de un mismo alimento, sin considerar que se requiere de sustratos específicos como la suplementación con L-arginina, L-glutamina, L-alanina, que favorezcan un apropiado desarrollo angiogénico y vasculogénico placentario esto especialmente en el periodo pos implantación.

Espera la 3ª y última parte de este artículo, en próximas ediciones…

Figura 1: Los lechones con un bajo peso al nacer tienen una mayor necesidad de energía por kilogramo de peso, porque su relación superficie – volumen los hace más propensos a la pérdida de calor y tienen que asignar más energía para mantener la homeotermia.

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