Punto de partida

Iniciar un nuevo ciclo con el pie derecho, es base para la culminación de un sistema hortícola exitoso, planteamiento que posiciona la gran importancia que conlleva el adecuado establecimiento del cultivo, a través de un correcto y preciso proceso de trasplante.
“Trasplantamos jitomates Galilea, con planta que nos hacen el favor de producirnos en el municipio de Tabasco, dentro de unos invernaderos con los que llevamos alrededor de 22 años de relación laboral, a donde les llevamos la semilla y ellos se encargan de criarnos y cuidarnos la plántula, la cual una vez lista es trasladada directamente al surco, y también plantaremos otra variedad llamada Hércules, aunque los Galilea tratamos de ponerlos al principio para que después con la llegada de la temporada de lluvias y las altas humedades no les pegue tanto la bacteria”; así lo compartió amablemente el señor Pablo Pérez Delgado, experimentado agricultor con toda una vida de labores en campo, quien a partir del año de 1991 comenzó a manejar el tema del riego de precisión plantando hortalizas como chiles, cebollas y algo de jitomates, cultivo del que precisamente en el actual ciclo agrícola ha establecido una superficie aproximada de 30 hectáreas, dentro de suelos pertenecientes a la localidad de La Laborcilla, en el municipio de Calera, Zacatecas.
“Aquí los jitomates están en camas de 1.60 metros de planta a planta, con un acolchado de 75-10, y más o menos traemos una densidad de población de 14 mil plantas por hectárea. Son muchos los beneficios que se pueden obtener con este sistema de la colcha, como una mayor retención de la humedad, nos protege de la maleza, además, ya cuando esta la cosecha o el fruto maduro nos sirve mucho para que no toque directamente el suelo y no se nos pudra, porque como no vamos a envarar estos jitomates, son de piso, el producto en lugar de estar en contacto con la tierra va estar descansando sobre el hule, lo que de cierto modo los protege y les da una mejor presentación”.
“El proceso de trasplante es manual, mediante gente que nos apoya de 7 de la mañana a 2 de la tarde, con algunos tiempos muertos para almorzar y tomar un descanso. Cabe señalar, que nosotros duramos algunos meses plantando, ya que vamos estableciendo los cultivos en etapas, por ejemplo, plantamos una semana y a la siguiente le paramos para esperar a que nos llegue más planta de jitomate y seguir trasplantando, después empezamos a plantar los chiles, y así nos la llevamos poco a poco, por lo que dejamos de plantar por haya de los últimos de mayo, inclusive a veces todavía en el mes de junio andamos echando otra etapa; todos esos tiempos también dependen de como nos trate el clima, dado que a veces se alarga un poco más la temporada o a veces se acorta por cuestiones del medioambiente”.
“El invernadero nos entrega la plántula de jitomate más o menos a los 45 días, y nuestros ingenieros la checan para asegurarnos que este en las condiciones óptimas, revisan la consistencia, que este bien enraizada o que el cepellón este bien lleno de raíces, que al agarrarla no se doble, en general que tenga la fuerza necesaria para que al trasplantarla se quede parada y no se nos caiga porque nos la puede quemar el sol con el plástico”.
Espera la 2ª parte de este interesante reportaje productivo, en próximas ediciones…
Es esencial aprovechar al máximo las capacidades existentes y tener en claro limitantes, que se conviertan, no en un obstáculo, sino en un trampolín que impulse la búsqueda de innovadoras alternativas, permitiendo encontrar las llaves para abrir nuevas y mejores ventanas de oportunidad, produciendo más con menos.