Liderazgo acuícola de tierras hidrocálidas
El camino del campo nunca es fácil. No solo se necesita tener la fuerza física para poder sobrellevarlo, se ocupa una disposición mental y comunión espiritual para aceptar y entender que, así como llegan las bondades, también las tempestades se hacen presentes, y de ellas renacen los verdores, rejuvenecidos con la belleza de la tierra.
El sueño de la granja se hizo realidad y fue llamada Alan, en honor a un hermano que hubo fallecido hace tiempo ya, abriendo sus puertas en julio del 2018; comenzando con solo tres albercas, número que apela más a la capacidad, pero se antoja en una connotación numerológica de sentido más místico.
El pez elegido fue la tilapia, seleccionado por su adaptabilidad a los calurosos climas que azotan Aguascalientes la mayor parte del año.
El ánimo está en su clímax, pero, como toda empresa naciente, se enfrenta a los problemas básicos de este tipo de sistemas; la información burocrática y la nula experiencia en este campo. “Tenía que buscar la forma de moverme sin transporte… todos los problemas de los trámites tuve que aprenderlos a hacerlos yo sola. No conocía nada de eso, pero tuve que aprender para sacarlo adelante”.
Existe un dicho muy popular que encaja en cualquier sitio y lugar y que reza “nadie es profeta en su propia tierra” y en su caso, María Guadalupe ha sido testigo del repudio y la aversión que su proyecto de vida levantó en la comunidad donde reside. Enfrentándose a las habladurías de la gente, la mala saña y los pronósticos de fracaso que se le auguraban en los tiempos emergentes de su proyecto familiar.
Sumado a ello, la sombra de la enfermedad seguía acechando su salud y aquellos días cuando recién comenzaba su historia en los cultivos acuícolas, un nuevo mal se presentó en la forma de cáncer de tiroides. El diagnóstico: operación inmediata. Su recuperación fue larga, y en ello, parecía repetirse el ciclo de enfermedad que ya la había paralizado una vez hace años.
Pero no hay lugar para la desolación cuando un alma inquebrantable se mantiene firme, como la roca que rompe la ola de un mar turbulento. Sus ideales están claros y sus deseos no decaen ni un momento. Y la perseverancia hace gala de presencia, los oídos son sordos a las críticas y el dolor corporal es momentáneo; pero las metas, esas mantienen enfocada a la mente y al alma. Y así, contra todo pronóstico y con todo el esfuerzo, el deseo y, sobre todo, con el corazón empeñado en el proyecto, logran llegar a su primera cosecha en los cálidos días de mayo del 2019.
“La siembra no fue muy grande -recuerda- pero así es en los inicios… se gana experiencia. Dicen por ahí <acuicultor al que no se le han muerto los peces, no es acuicultor> y es algo que pasa, se tiene que lidiar y aprender de ello para saber cómo hacerlo mejor la siguiente vez”.
Con un impacto mayor al que esperaban, y con la sangre enervada por la emoción y la victoria, no tardan en posar la mirada en un horizonte más amplio. Soñar más alto y planear como si el mundo fuera suyo. Hoy día están por ser poseedores de 12 albercas totalmente funcionales, convirtiéndose de esa forma, en una de las granjas más importantes del estado.
“Tenemos la ventaja de producir todo el año, otros lugares solo lo hacen en tiempo de cuaresma, cuando hay más demanda. Pero nosotros producimos sin parar, todas las temporadas” comenta con orgullo.
Orgullo perfectamente racional y justificado que ella misma ve avalado en la forma de los reconocimientos y certificados que reflejan su esfuerzo y añade un plus a su negocio. Empresa que en sus inicios era dirigida por sus padres y ella misma, pero las circunstancias llevaron a su progenitor a buscar otra fuente de trabajo, siendo relevado por un primo.
Tiempo después, teniendo problemas con un proveedor, recibe la visita del Frente de Lucha Campesina, quienes la apoyan y resuelven el caso. Siendo testigo entonces de las injusticias y vejaciones que sufre la gente de campo por la propia ignorancia, nace en ella un sentido de deber social que complementa con su viejo deseo de continuar sus estudios.
Actualmente cursa la carrera en derecho y forma parte del Frente de Lucha Campesina, desempeñando el papel de secretaria general; “es complicado llevar ambas partes, pero también es algo que vale la pena hacer.”
En ese punto, reflexiona sobre el pasado y sus intenciones frustradas de emigrar al norte en busca de la vida prometida, pero la situación con su columna terminó por desvanecer sus planes, y sin siquiera imaginarlo, significó la primera piedra para una situación que se fluyó de forma tan clara y suave como las aguas que con tanto cariño preserva en albercas y que dan vida no solo a sus peces, sino también a sus anhelos.
“Significa más de lo que yo un día imaginé que podía llegar a ser, jamás pensé que estaría donde estoy. Es orgullo… siempre se me consideró alguien que nunca iba a llegar a ningún lado, y ahora que estoy aquí me doy cuenta que todo eso tenía que pasar para llegar a donde estoy… todo este proyecto significa amor, lucha, trabajo y gran sacrificio”.
Y así, se mantiene como una referente de superación y éxito en el estado, no solo por su proyecto de vida que ha visto a las adversidades venir, sino también por la conciencia social que posee y la disposición personal que tiene por no solo salir adelante, sino por apoyar a los demás en un camino que ella misma ha transitado. Y a pesar de lo vivido, queda claro que apenas inicia el sendero de un campo tan prometedor y fértil; de aquellos que, con el tiempo, auguran la mejor de las cosechas.
Gráfico: “Significa más de lo que yo un día imaginé que podía llegar a ser, jamás pensé que estaría donde estoy. Siempre se me consideró alguien que nunca iba a llegar a ningún lado, y ahora que estoy aquí me doy cuenta que todo eso tenía que pasar para llegar a donde estoy”.
–Fuentes: Agradecimiento especial a María Guadalupe Martínez Torres por su disposición a realizar esta entrevista.
Bryan Pichardo Gallegos / El Despertar del Campo