Inmunoglobulinas de la yema
Las gallinas presentan una característica muy marcada en cuanto a la transferencia de inmunidad pasiva a los descendientes, ya que mientras los mamíferos la transfieren a través de la placenta o el calostro, las aves lo hacen mediante los componentes fluidos del huevo. Cuando el huevo se encuentra en el ovario, la gallina transfiere sus inmunoglobulinas Y (IgY) séricas a la yema.
De esta forma las IgY (inmunoglobulinas de la yema) son inmunoglobulinas que producen las gallinas para proteger a sus pollos durante las primeras semanas de vida de los patógenos que se presentan, siendo el equivalente, con ciertas diferencias, de la inmunoglobulina G en el calostro de los mamíferos.
Por lo que las IgY a grandes rasgos son anticuerpos específicos totalmente naturales utilizados en diferentes áreas de la medicina veterinaria, entre ellas la misma producción avícola, que a diferencia de los antibióticos no inducen el desarrollo de resistencia y preserva inalterada la flora normal, dado que actúan in situ mediante una administración no traumática como es la vía oral, representando así una interesante alternativa para la prevención y tratamiento de ciertas enfermedades infecciosas.
“El 95% de las IgY que produce el organismo de las aves lo deposita directamente en la yema del huevo, y con la ingesta de esta yema nos estamos asegurando de que nuestros animales estén consumiendo los anticuerpos que les darán inmunidad ante diferentes patógenos, recalcando que la IgY tiene una gran ventaja ante la IgG, que es su peso específico, siendo que la IgY tiene un peso molecular mayor, de alrededor de los 185 kilodaltones (kDa), contra los 160 kilodaltones de la IgG, lo que nos da la posibilidad de utilizar y aprovechar la IgY en cualquier momento, en cualquier edad y en cualquier especie, cosa que no pasa con el calostro, ya que si este no se consume dentro de las primeras 3 horas después del nacimiento ya no hay una buena absorción en el organismo”; así lo señaló Rodolfo Ramón Murillo, médico veterinario de profesión, egresado de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, con maestría en el uso de la IgY para el control de coccidia, y doctorado en el uso de la IgY de aves hiperinmunizadas para proteger a la misma especie contra el virus de laringotraqueitis infecciosa aviar, maestro de la Unidad Académica de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Autónoma de Zacatecas y responsable del área avícola de dicha Unidad, además de desempeñarse como asesor avícola independiente con más de 13 años de no usar antibióticos en ninguna etapa de vida en aves de postura comercial, manejando edades múltiples en diferentes granjas.
“Dentro del importante tema de la influenza aviar, nosotros hemos estado trabajado con el uso de vacunas emulsionadas ya que no contamos con virus vivo disponible; comenzamos a trabajar con la cepa H5N2 y de ahí se ha ido avanzando a las diferentes cepas que están resultando en el campo, entre ellas tenemos la H7N3, que es la que, entre comillas, mejor resultados ha dado, aunque el problema con las vacunas emulsionadas es que nunca logramos tener la cepa que hay en el campo, teniendo que utilizar así las vacunas que hay disponibles. En ese sentido, una de las formas en que he logrado superar dicha limitante, ha sido mediante la utilización de la inmunoglobulina IgY que producen mis aves en el campo, sobre todo las gallinas más viejas, que son las que ya han desafiado los serotipos del entorno, siendo que este animal tiene un potencial enorme de respuesta ante los antígenos a los que estén expuestas, como es el caso de influenza aviar; cuando nosotros decimos que ya hay una cepa nueva que esta en el campo, las gallinas la detectan y empiezan a crear anticuerpos contra ella”.
“Esto me ha ayudado mucho porque recibo mis pollitas desde el día de edad con IgY asperjado en el alimento, siguiendo el principio de que nuestra gallina ya trae anticuerpos contra las enfermedades a las que se ha desafiado en el campo, y entre ellas las nuevas cepas de influenza, lo cual nos ha dado una gran ventaja porque yo le llego a mi gallina con la vacuna que hay disponible en los laboratorios, pero la complementamos haciendo sinergia con la IgY que damos a las pollitas, de tal manera que obtenemos una mejor respuesta de mis aves ante las nuevas cepas que tengamos en campo, razón por la cual hemos tenido éxito en el control de influenza, seria enfermedad con la que hemos batallado en México desde 1994, que desde entonces la norma oficial mexicana, la NOM 044, nos ha delineado muchas restricciones para evitar la difusión de dicha afección, pero la verdad es que no han servido de mucho, tal es el caso que seguimos teniendo brotes en el campo con mucha frecuencia, siendo de nuestro conocimiento operaciones que están aplicando hasta 5 vacunas contra influenza aviar y aun así están teniendo brotes clínicos, lo que no quiere decir que no sirvan, sino que necesitan ser potencializadas con el uso de la IgY que me produce mi gallina directamente en el campo”.
“Como lo mencione, y lo reitero, el 95% de la IgY que produce la gallina en su organismo lo deposita directamente en la yema, la cual viene a ser para nuestra pollita como el calostro de una vaca, de tal forma que, si le doy un buen calostro a mi pollita desde el día de edad, con eso podemos lograr una mayor fortaleza mediante la transmisión de anticuerpos contra las principales enfermedades presentes en campo, así al momento que le aplicamos las vacunas, mi gallina o mi pollita, nos responderá de una manera extraordinaria, sin la necesidad de estar generando un montón de nuevas cepas o de antígenos, tratando mejor de dejar que el sistema inmune de nuestras gallinas trabaje, y de esa manera nuestras aves siempre van estar protegiendo de forma adecuada a la progenie”.
“Existe un grave error a nivel mundial bajo la creencia incorrecta de que si le damos el huevo a las pollitas desde el día de edad lo único que estamos haciendo es meter las enfermedades, lo cual no es cierto, y lo podemos comprobar en el ámbito que sea. El sistema all in – all out no funciona; aquí en México la distancia de una granja a otra debe ser de por lo menos 5 kilómetros y todo mundo nos esta forzando ahorita a tener una sola edad por granja, pero yo manejo actualmente granjas de edades múltiples, y la diferencia de edad entre cada caseta es de 20 semanas, de tal manera que mis animales están expuestos a todos los virus de campo que tengamos, eso nos ha ayudado ha tener una mejor respuesta”.
“Actualmente en las diferentes unidades de producción que asesoro, sigo aplicando la H5N2, ya todos los demás no se en cuantas cepas van, pero la verdad es que no han podido controlar las enfermedades en el campo. Yo manejo edades múltiples, envases reciclados y estamos trabajando; en el 2012 se presentó un brote a nivel nacional muy fuerte, nosotros estábamos con la explotación al 100% repoblada y no nos paso absolutamente nada, en ese tiempo se nos presentó la oportunidad de obtener precios altos del huevo, vendiendo alrededor de 10.50 pesos el kilogramo y de ahí se fue hasta 40 pesos el kilo, algo muy parecido a lo que esta sucediendo en los últimos años, solo que hoy el valor comercial de los granos y demás insumos se encuentra demasiado elevado”.
“Este alto precio del huevo a nivel mundial, sin duda implica que es el consumidor final el que tiene que estar pagando el costo de nuestra ineficiencia en campo, por los errores que cometemos al no saber aplicar vacunas o no saber elaborar buenos programas de vacunación; con ello podemos ver que estamos remando en contra de la avicultura a nivel global, y vamos también en contra de nuestro mismo pueblo, puesto que la proteína más barata que tenemos en el mercado es el pollo de engorda o la carne de pollo y el huevo, sin embargo nuestra población en muchos casos ya ni ha eso puede aspirar, lo que definitivamente nos pega en una malnutrición, provocando en parte el alto consumo de comida chatarra, lo que refleja que a las personas ya no les alcanza para poder tener una alimentación balanceada. Yo quiero comentar, que todo el huevo que nosotros producimos dentro de las empresas que tengo el gusto de asesorar, incluyendo aquí mismo en la Universidad, está libre de antibióticos, ya que las gallinas que tenemos la verdad es que no han consumido un gramo de medicamento, esto nos da la seguridad de que estamos llevando a nuestros hogares alimentos confiables, de tal manera que nuestra gente pueda vivir mejor; esta situación sin duda ayuda bastante a bajar los problemas de salud pública, por lo que debemos de estar siempre preocupados y ocupados por llevar alimentos limpios a nuestras familias”.
“Por ello hacemos un llamado a nivel mundial, para que cualquier organismo o institución o cualquier persona que desee capacitarse sobre como elaborar y como trabajar con la IgY, lo pueda hacer sin problemas con nosotros, estamos a la orden con toda la disponibilidad del mundo. Mientras no hagamos las cosas bien, utilizando la IgY como debe de ser, esto no va funcionar, y se los dije cuando aparecieron los brotes de Covid a nivel mundial, les comente de que sino acompañaban las vacunas con el uso del huevo no iba a resultar como se esperaba, por ello siguen apareciendo brotes de Covid alrededor del mundo, siendo que esta enfermedad a grandes rasgos viene a ser una bronquitis y de toda la vida hemos sabido que para ello no hay tratamientos porque las cepas mutan muy fácilmente, nosotros tenemos un ejemplo en el campo siendo que nos llegan unas vacunas que se llaman H120, que es una cepa holandesa de bronquitis, denominación que quiere decir que tuvieron que hacer 120 pases en embrión de pollo para poder bajarle la patogenicidad a ese virus, y cada pase se lleva 8 días, entonces es muy difícil, y nosotros en el campo no podemos estar utilizando constantemente vacuna de bronquitis, sino que tengo que estar dejando 1 o 2 parvadas sin usar bronquitis para luego volverlo a utilizar porque sino el virus tiende a regresarse en patogenicidad”.
“Por lo tanto, hay que recordar que es la Zootecnia, que ha grandes rasgos es el arte de producir alimentos, donde entran parámetros como la genética, alimentación, manejo, salud que son programas de vacunación, y economía, siendo que negocio que no deja dinero no sirve para nada, por ello en el caso de la apicultura se dice que mosco que no da cera va pa fuera, es por ello que tenemos que hacer productivo el campo, empezando desde las tierras de cultivo donde también se tienen que dejar de usar tantos químicos sobre todo teniendo en cuenta que tenemos un mundo de materia orgánica, en establos, en unidades porcinas y avícolas”.
“Yo comentó mucho con mis alumnos, de que antes en el campo hacíamos siembras 2-1, 2-1, que quiere decir que metíamos amadrinado el maíz con el frijol, para ayudarle al maíz con el nitrógeno que fija el frijol, evitando con ello la necesidad de estar metiendo tanto químico o no meter nada. El maíz es uno de los cultivos que aguanta la aplicación de mucho estiércol, yo he llegado a utilizar 50 kilos de estiércol por metro cuadrado de terreno, lo que equivale a 50 toneladas por hectárea y esto da una preciosidad de maíz”.
“Cuando se llega a tener un brote de influenza, por lo general lo que hacen las granjas, es detener el ciclo de producción durante 6 semanas para evitar que el sistema reproductor de la gallina se afecte, y después de ese tiempo vuelven a regresar, pero ya los picos de producción que se esperaban ya nunca se logran, esas parvadas llegan alcanzar cuando bien les va de un 78 a un 80% y hasta ahí llegan, a esos animales ya no se les pueden aplicar vacunas. En mi caso la verdad es que no he tenido brotes, pero donde han llegado a tener, les he recomendado que hagan precisamente la aplicación de la IgY; y lo que pasa es que para la aplicación de la IgY implica, entre comillas, algo de trabajo físico, ya que esta no se puede revolver en el alimento, dado que lo primero que hace un animalito cuando se enferma es bajar el consumo de alimento, entonces si traemos 100 gramos de consumo y me baja a 50 gramos diarios, y aun asi le damos en el alimento la IgY lo que vamos hacer es que vamos a estar sub dosificando la inmunoglobulina, por ello lo que hacemos es que se la ponemos encima del comedero siendo que a las aves les gusta mucho y les es muy palatable el alimento húmedo, por lo que aunque ande enfermo el animal, cuando le llega el olor a alimento mojado de inmediato se ponen a comer, así aunque nada más me consuma 20 gramos, ahí ya va la dosis de la IgY que yo necesito que consuma, además no se puede aplicar en el agua de bebida porque la IgY es muy pesada y tiende a sentarse en los tinacos, entonces habrá algunos animales que la consuman bien y a otros que apenas les llegue o no les llegue nada”.
Para finalizar, el MVZ Rodolfo Ramón Murillo agregó; “esta ha sido una técnica que yo he diseñado e implementado, dado que hemos aplicado vacunas directamente en el alimento, y mucha gente podrá decir que estamos locos, pero cuando metemos una vacuna a nivel intranasal, de ahí sigue la vía digestiva, entonces siguiendo esa lógica podemos meter la vacuna sin problema directamente en la comida, yo lo que hago con la aplicación de la IgY, es que le damos de chanza a nuestros animales para que lo consuman máximo 15 minutos, con eso me aseguro de que el alimento no se quede húmedo y no me empiece a crear hongos, ya que las mentadas micotoxinas son inmunodepresoras, entonces para que no pase eso yo se lo aplico directamente en el comedero y no tengo problemas de que el alimento me quede húmedo y me pueda crear micotoxinas, dirán los que se dedican a esto que para eso están los secuestrantes, pero para que quiero que me secuestren una micotoxina que yo la puedo evitar, además de eso, los secuestrantes tienen un gran defecto, que al salir al campo se liberan las micotoxinas entonces no me evito el problema de que la siguiente generación que yo traiga en el campo se pueda contaminar de coccidia”.
Espera la 2ª parte de este útil e interesante reportaje, en próximas ediciones…
Salvador Juárez / El Despertar del Campo