Vocación y fe por el campo 2ª parte
Descrito en la primera parte de este reportaje como un arriesgado e impredecible cultivo, la cebolla es un tema con un extenso cumulo de información, razón por la cual se da seguimiento al desarrollo del contenido en esta su segunda entrega a través del amable intercambio de experiencias vertido por el Señor Saúl Rentería Roque, agricultor, involucrado en tareas de campo desde niño, y que hoy acertadamente lidera el desempeño dentro de la unidad de producción llamada Rancho Charco Azul, situado en suelos pertenecientes a la localidad de Río Florido del Municipio de Fresnillo, lugar donde se estableció y se cosechó recientemente una importante superficie de cebolla.
“A veces es más recomendable producir nuestra planta en invernadero, que le da más calidad, más fuerte y con cepellón, aunque hemos visto una pequeña debilidad, por ejemplo, el año pasado que la planta la trajimos del invernadero al campo abierto, salen o se manejan a diferente temperatura haya adentro que acá afuera, y quieras que no es bastante notable la diferencia, pues haya adentro se encuentran calientitas y al sacarlas se batalla un poco con ellas en lo que se empiezan a adaptar a las condiciones de clima a cielo abierto, en cambio cuando las hace uno en el almácigo en piso, pues prácticamente todo su ciclo están bajo las mismas temperaturas y al trasplantarlas pues recienten menos el cambio por dicha cuestión de grados”; así lo señaló Saúl Rentería Roque.
“En años recientes una de las plagas que más se presenta en las cebollas es el trips, también el gusano, pero estas con venenos se pueden controlar, pero si lo que es más batalloso de combatir es el trips, pero si hay muchos insecticidas con los que actualmente se pueden controlar. De hecho, la presencia de esta plaga rápido se empieza a notar en el cultivo, ya que el insecto diario esta comiendo y a la planta se le comienzan a ver daños como tipo rasgaduras en los tallos, y ya sobre eso empiezan a abrirse heridas por donde entran virus o bacterias que después son las que ocasionan las enfermedades, y la cebolla se empieza a deformar como las llamadas chuponas, que es un defecto que demerita su calidad y con ello se complica su comercialización”.
“Fue el primer año que plantamos cebolla en el hule, y vimos que es ahí donde se presenta un poco más de deformaciones en el bulbo, que a ciencia cierta no sabemos a que se deba, inclusive puede ser por que hay una mayor temperatura bajo ese sistema, y se reseca más la tierra lo que dificulta que la cebolla crezca como debería. Lo que pasa con el chupón es que la tierra está dura y ella misma al expandirse se va haciendo para arriba; la forma correcta es una bola bien redondeada, por lo que, si hay alguna deformación, el comprador luego luego empieza a poner peros, porque la gente la busca bien redonda, ahora si que como dicen, “el consumidor come con los ojos”, siendo que independientemente de la forma, las propiedades de la cebolla son las mismas y eso la gente no lo aprecia”.
“Por lo regular las fumigadas son con tractor, y para deshierbar se le puede meter la cultivadora, pero hay zonas donde no entra el implemento, por lo que forzosamente tenemos que meter personal para deshierbar manualmente, y aunque hay algunos herbicidas también hay épocas o etapas en las que no se puede aplicar. Hay un herbicida que trabaja dependiendo de la humedad, por así decirlo, si planto mañana, lo aplico hoy con el tractor, y al agregar agua cuando la gente ande plantando el herbicida se activa”.
Para finalizar, Saúl Rentería agregó: “en este ramo lo que necesitamos como agricultores es de que haya buenos precios de nuestros productos del campo, porque sin duda alguna se llevan muchos gastos, es mucho lo que se tiene que invertir, por lo que es indispensable que cuando salga la cosecha esta tenga buen precio de venta para así poder sacar por lo menos los costos del cultivo lo que nos permita seguir trabajando, de lo contrario se nos imposibilita seguir produciendo”.