Inflorescencias origen de una nueva promesa

Definitivamente la semilla es el factor básico y fundamental para lograr una agricultura eficiente, que pueda satisfacer las crecientes demandas de alimentos, así como de otros derivados de los vegetales, y los tipos y formas de obtención de estas diminutas partes origen de toda clase de cultivos son variables.

En el caso de la cebolla puede decirse que esta es una especie hortícola que se reproduce por semillas y completa su ciclo en dos años, siendo así una planta bianual, que produce un bulbo durante el primer ciclo de cultivo y florece para producir sus semillas durante el segundo; además es alógama, lo que quiere decir que se reproduce por la fecundación o polinización cruzada, que es cuando el polen de una flor fecunda a otra flor, y esta polinización se realiza a través de insectos, especialmente de las abejas, siendo que la flor individualmente no se autofecunda ya que presenta protandria, que es un fenómeno biológico que se produce cuando en las plantas hermafroditas, los órganos masculinos se desarrollan antes que los femeninos, lo que evita que se produzca autofecundación y favorece la alogamia, es decir, la reproducción con otros individuos, por lo que las flores funcionan primero como masculinas y luego como femeninas. 

La planta de cebolla emite el tallo floral al comienzo de la primavera, y este es de rápido crecimiento presentando por lo general un ensanchamiento en la mitad inferior, alcanzando así una altura entre los 60 centímetros a los 1.2 metros. La inflorescencia posee entre 50 a 2 mil flores hermafroditas que asemejan una umbela, que según la botánica es un grupo de flores o frutos que crecen en un mismo punto del tallo y se elevan a una altura similar; estas flores se abren en forma irregular durante un periodo que se prolonga entre dos y cuatro semanas, y una planta que produce varias inflorescencias puede abrir sus flores durante un mes o más.

El fruto es una cápsula dehiscente (que se abre naturalmente para que salga la semilla) con tres lóculos y puede contener hasta seis semillas. La semilla es negra en su madurez, rugosa, y aplanada en el límite con la otra semilla del mismo lóculo.    

Entonces existen ciertos procesos para producir semilla, pero uno de los más comunes es el método bulbo-semilla, el cual consiste en la obtención de bulbos en un primer ciclo los cuales se seleccionan de acuerdo a las características deseadas de la cebolla, para luego en un segundo ciclo plantarlos estimulando así el crecimiento del tallo y la aparición de la flor de la cual finalmente se podrá obtener la semilla. Por tanto, este representa un proceso complejo y largo para lograr una correcta extracción de semilla, lo que obviamente implica la inversión de un gran esfuerzo, mucho tiempo y bastantes recursos económicos.

“Realmente en el campo y la agricultura andamos prácticamente desde niños, y la verdad es que aquí hay años buenos, pero también hay años malos, y ningún año es igual a otro, soy originario de Encarnación de Díaz, Jalisco, pero llevamos alrededor de 25 años trabajando en esta zona de Enrique Estrada y Calera, Zacatecas, dedicándonos principalmente a la producción de chiles, ajos, cebollas y semilla de cebolla para lo cual en el pasado ciclo establecimos un semillero en un lote ubicado dentro del Rancho La Estacada situado en suelos pertenecientes al municipio de Enrique Estrada”; así lo compartió amablemente el Señor Cesar Noe Arias García.

“De este semillero, sacamos semilla de cebolla, y este proceso a grandes rasgos consiste en sembrar la semilla en un primer ciclo de cultivo para así producir y cosechar el bulbo, de ahí volvemos a plantar la bola o el bulbo que viene siendo el segundo ciclo de cultivo y es en este dónde se desarrollan los quiotes o tallos que nos darán las flores de donde sacaremos la semilla de cebolla, por lo que realmente es un procedimiento largo que va de año a año, siendo que los almácigos los sembramos los primeros de enero y ahí permanece alrededor de 3 meses para que germine y desarrolle bien la planta, de ahí es trasplantada más o menos a mediados de marzo al campo de cultivo donde se lleva dependiendo de las condiciones de clima de 3 a 4 meses para que la cebolla crezca correctamente y comenzar así a sacarla, de ahí esperamos de 3 a 4 meses y en octubre comenzamos con la plantación del semillero, sembrando o trasplantando las bolas o bulbos de la cebolla que sacamos anteriormente, y el semillero dura alrededor de 7 meses, tiempo en el que se desarrolla el tallo, se da la floración y se madura correctamente la semilla, por lo que a final de cuentas andamos cosechando la semilla de cebolla por ahí de abril del siguiente año, y si hay mucho mosco se abrevia un poco ese tiempo ya que ayudan a que se polinice y se dé más rápido la semilla”.

“Este semillero lo plantamos a doble hilera, donde cada planta lleva un espacio de 20 centímetros una de otra; se riega a través de cintilla de goteo y el agua proviene de un pozo de alrededor de 200 metros de profundidad, regando así cada semana por 24 horas, en los primeros riegos se aplica una fertilización de nitrógeno y fósforo, hay algunas enfermedades que pueden llegar afectar por lo que hay que fumigar para prevenir con formulaciones como folicur y se aplican con mochila, con tractor casi nunca aplicamos”.

“Para poder cosechar o cortar la semilla se tiene que hacer negra primero; para los últimos de marzo se empezó a ver la flor, de ahí empieza a madurar y ya cuando vemos que la semilla esta negra empezamos a cortar las flores y se dejan secar en una bodega por un tiempo, ya de ahí comenzamos a desgranar las flores para que quede la pura semilla y por último se lava”.

Para terminar, el Señor Arias García añadió; “no se aplica ningún tipo de herbicida, se deshierba con pura gente, ya que el agroquímico puede llegar a dañar la planta, aunque aquí en esto del semillero, uno de los principales problemas es el frío, por lo que tiene uno que evitar que enquiote hasta que se quite el frío, y si le ponemos mucha agua y mucho fertilizante al principio se desarrolla la flor con mayor rapidez y con el frío se pierde la semilla”.

Asimismo, tratando de fortalecer el intercambio de experiencias al respecto, el agricultor con alrededor de 50 años de labores en campo, Felipe Ibáñez Romero agregó; “como se menciona, este es un proceso donde de inicio se siembra el almacigo de cebolla el cual dura de 2 a 3 meses para que desarrolle bien la planta, ya de ahí se va al trasplante a campo donde se cuida y cultiva como comúnmente lo hacemos para que crezca bien la cebolla, ya lista comenzamos a sacarla y a mocharla, y se deja un tiempo, hasta que llega el tiempo de volver a plantarla ahora si para establecer el semillero, ya de ahí hay que irle echando su fertilizante, sus riegos y todo lo necesario para que llegue a su punto. Primeramente, la flor inicia pequeña y cerrada, después poco a poco se empieza abrir, y es ahí donde ya se empieza hacer la semilla”.

“Para saber cuando ya está madura vemos que ya este seca la hoja o la flor, que es cuando ya empieza uno a mocharla, de ahí se colecta y se extiende a la sombra en la bodega donde se deja secar por un tiempo, de 15 a 22 días aproximadamente, hasta que ya quede completamente deshidratada. Una vez seca se empieza a desgranar manualmente en un tipo de harneros, tallándolas y dándoles varias pasadas con las manos, para ser exactos 3 pasadas en harneros que van desde el más grande hasta el más chico donde cae ya la pura semilla”.

“De ahí la echamos en agua para darle una buena lavada, y el siguiente paso es dejarla secar en el sol, una vez que esta seca se empieza a levantar y a colocar en costales de 10 kilogramos, y así finalmente queda lista la nueva semilla de cebolla; y aunque quizá sea fácil y rápido platicarlo, este proceso es complejo y muy largo, pues para realizarlo de principio a fin estamos hablando de año a año”.

“Este semillero es de aproximadamente una hectárea, y de esta superficie podemos sacar alrededor de unos 700 kilos de semilla de cebolla, que ese podría decirse que ya es un buen rendimiento, siendo que el año pasado nos dieron como 300 kilos de semilla por hectárea, y aunque había mucha flor, muchas semillas estaban vanas, que muchas de las veces es el clima el causante de estas mermas, o vamos a poner por ejemplo que llego a fallar el agua y las plantas se estresaron, eso también origina que la semilla quede vana, y eso lo vemos ya hasta que lavamos la semilla, dado que toda semilla vana tiende a subir, y la buena que si funciona se hunde, por lo que a final de cuentas toda la semilla vana hay que tirarla, va para la basura porque ya no es útil”.

Por último, el Señor Ibáñez Romero concluyó; “la verdad es que esto es incierto, como muchas cosas dentro de la agricultura, siendo que dependemos de muchos factores que nosotros no podemos controlar como principalmente el clima, y aunque las flores aparentan tener mucha semilla, por cualquier contratiempo, mucha llega a quedar vana, y eso no lo sabemos hasta que ya esta lavada toda, esto es una seria limitante, que, aunque se ve muy bonito el semillero todo floreado, hay que esperar a ver cuál será su producción real de semilla una vez que ya este desgranada, lavada y todo”.

“Cerraría diciendo necesariamente que como campesinos ocupamos que el Gobierno nos heche la mano, estamos olvidados por completo, no hay apoyo para el campo y es mucha la inversión que se tiene que hacer para poder producir alimentos, siendo que el valor de todos los insumos está muy elevado y cuando uno saca la cosecha su precio anda por el suelo”.

Para mantener la calidad de la semilla, es muy importante el aislamiento entre dos cultivares diferentes, dado que se trata de una especie que es polinizada por insectos como las abejas, por lo que pueden polinizarse entre si variedades distintas que se encuentren próximas (polinización cruzada), por lo que se aconseja una separación mínima de 500 metros de distancia entre cultivares similares y más de 2 kilómetros entre cultivares distintos. Estas distancias pueden variar de acuerdo a factores como barreras forestales o geográficas presentes, población de insectos polinizadores, dirección e intensidad de los vientos, entre otros.

Salvador Juárez / El Despertar del Campo

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