Ramo pecuario que aporta un alimento casi perfecto e irremplazable 2ª parte

El incremento acelerado de la población y la alta urbanización, son factores que están impulsando un enorme incremento de la demanda de alimentos de origen animal (leche, carne y huevo) en los países en desarrollo; mundialmente la producción pecuaria está creciendo más de prisa que cualquier otro sector, incluso se dice que hoy el sector ganadero es la actividad agropecuaria más importante en lo que respecta al valor agregado, proceso que ha sido denominado como la revolución ganadera, la cual marca importantes rasgos como el mencionado aumento en el consumo de productos pecuarios, cambio de ser una labor familiar para convertirse en una producción orientada al mercado y cada vez más integrada, creando unidades de mayor escala o industriales situadas cercas de los centros urbanos, entre otros.     

En ese sentido, la productividad de la ganadería lechera como actividad primaria, y sus conexiones con los eslabones de industrialización y comercialización de la leche fluida y sus derivados en México, es un tema de relevancia para la economía nacional. En el país la producción de leche de bovino es muy heterogénea desde el punto de vista tecnológico, agroecológico y socioeconómico, incluyendo la gran variedad de climas regionales y características de tradiciones y costumbres de las poblaciones; sin embargo, la industria de productos lácteos es la tercera actividad más importante dentro de la rama de la industria de alimentos en México, y depende de la disponibilidad de la leche nacional para su crecimiento.

En el plano local, el estado de Aguascalientes destaca como el décimo productor de leche a nivel nacional con un volumen anual cercano a los 420 millones de litros, generados a través de poco más de 89 mil vacas ordeñadas al día, manejadas por aproximadamente 2 mil 500 ganaderos dedicados a dicha actividad la cual representa una de las de mayor arraigo en la entidad, siendo el destino principal del producto las grandes industrias donde se distribuye el 71%, seguido por la industria de quesos local y regional con el 15%, y el 14% restante de la producción se va a repartidores o venta directa.  

“La producción de leche para nosotros es una tradición familiar, que data desde mis bisabuelos, por lo que ya son varias generaciones las que nos hemos dedicado a este ramo, siendo bajo esa línea que me tocó ser ganadero con la gran oportunidad de estudiar la carrera de medicina veterinaria”; así lo compartió amablemente Luis Gerardo Pérez Muñoz, médico veterinario de profesión y ganadero lechero por vocación y tradición familiar, sucesor de generaciones dedicadas al sector agropecuario, quien hoy lidera en coordinación con su padre la destacada unidad de producción pecuaria llamada Granja Liliana, situada entre el municipio de San Francisco de los Romo del Estado de Aguascalientes y la capital hidrocálida, establo lechero que cuenta actualmente con un inventario de 850 animales y 400 vacas en producción, mediante lo cual producen 12 mil litros diarios de leche.

“De chico era divertido venir y pasar un rato en la granja, pero con el tiempo nos fuimos involucrando más hacia el tema del negocio, comenzando aprender cada día más sobre este tema de la producción de leche; ya con el paso del tiempo, el mismo gusto por este trabajo y ver la necesidad de que nos hacía falta tener un médico veterinario al frente del establo, me impulso a optar por estudiar esa carrera, lo que nos ayudó bastante a realizar las cosas mucho mejor”.

“Cuando me recibí como veterinario comencé a trabajar aquí mismo en el establo, pero también tuve la suerte de empezar a trabajar para otros establos en el norte de Jalisco, con lo que logré recabar un poco de mayor experiencia en campo. Alla estuve 3 años atendiendo ranchos llegando atender alrededor de 8 unidades productivas; iba a Jalisco checaba los establos que manejaba y regresaba a Aguascalientes atender nuestra granja, afortunadamente después el establo creció y ya no tuve tiempo de trabajar para aquellos ranchos, aunque acertadamente fue una etapa de mi vida muy interesante y valiosa donde conocí a gente muy atenta, de puro trabajo y mucho respeto, que nos hacía caso de las recomendaciones con la intención de mejorar y al ver que los resultados eran positivos, les gustaba mi manera de trabajar y trataban siempre de aprovecharla al máximo”.

“Ya trabajando en Granja Liliana de tiempo completo, como en todo negocio siempre han existido altibajos, por lo que uno de los tiempos más difíciles que nos ha tocado vivir, es cuando la empresa con la que comercializábamos nuestro producto, icono de Aguascalientes, como es precisamente Leche San Marcos, por conflictos de socios se tuvo que vender adquiriéndola así Grupo Lala, quienes obviamente no venían por nuestra leche sino por el mercado, por lo que en esa época como productores nos quedamos totalmente descubiertos sin tener quien nos comprara la leche dejándonos sin mercado, situación que para nosotros fue sumamente complicada ya que la leche que se produce en el establo se tiene que vender a diario para que nos regrese el dinero con el cual podamos seguir dándoles de comer a la vacas, y al no tener quien la quisiera nos fue bastante mal, al grado de tener que decirle a ciertas empresas que se la llevaran y después nos la pagaran, pero al último ni nos la pagaron, por lo que de plano la regalamos y con ello también el recurso invertido pero sobre todo nuestro tiempo y trabajo lo que fue bastante lamentable”.

“Pero bien dicen que Dios aprieta, pero no ahorca, ya que satisfactoriamente tiempo después, tocando muchas puertas, esa problemática se logró superar gracias al acceso a una empresa local también de Aguascalientes llamada Grupo San Jacinto, quien afortunadamente comenzó a comprarnos la leche, empezando así de nuevo a tener un cliente seguro lo cual generara una simbiosis productiva y económica aceptable, demandando un producto de excelente calidad lo que para nosotros no representa ningún problema, produciendo leche muy limpia, con altos sólidos y mucha grasa, con lo que dicha empresa obtiene un mayor rendimiento en sus procesos, y a nosotros nos va bien en el sentido de que toda esa calidad nos la pagan por lo que podemos acceder a otro ingreso diferente a comparación de solo vender leche en litros de a litro. Además de ello, dadas nuestras condiciones y necesidades de la región, se nos ocurrió crear un dispensador automático de leche, equipo mediante el cual cualquier persona, sobre todo las amas de casa, pueden venir al establo y comprar ellas mismas la leche que deseen a la hora que gusten de forma fácil y económica obteniendo un producto de gran calidad para la nutrición de sus familias, prototipo que pensamos replicar para su colocación en otros puntos del estado y porque no del país si las circunstancias nos lo permiten”.

“Otro de los problemas que recuerdo nos tocó atravesar, en tiempos cuando estaba en la prepa, es que se nos presentó un problema de salud grave dentro del establo ya que tuvimos demasiados abortos y no sabíamos ni cual era la causa, por lo que empecé a relacionarme más con diferentes médicos veterinarios, siendo así que hoy podemos ver que a pesar de haber sido un gran problema nos dejó un gran beneficio, ya que fue él mismo, él que nos impulsó posteriormente a estudiar medicina veterinaria”.

“Cabe recalcar que hoy en día la medicina veterinaria que aplicamos no es la de curar animales, sino la de prevenir para que no se lleguen a enfermar, mediante una buena alimentación, instalaciones confortables, calendarios correctos de vacunación, prácticas de manejo y ordeño acertadas, entre otros componentes que den seguridad a las vacas del establo, por lo que ciertamente en la actualidad el trabajo de curar de un veterinario es poco y es mayor el de tratar de prevenir”.

“Cuando me toco salir de la carrera, y llegar a los diferentes ranchos que visite, me tocó ver pura gente adulta o mayor trabajándolos, y que los hijos se habían ido a Estados Unidos, por lo que mi percepción fue que el campo se estaba haciendo viejo; pero gratamente hoy me topo que ya los jóvenes se están interesando más por el campo, y cada día son más los que se incorporan activamente a este vital sector productivo, aunque ya no de subirse todo el día al tractor o de estar todo el día en la jornada, que lo saben hacer, pero ya más enfocados a desarrollar e implementar la tecnología disponible de su entorno a sus sistemas de producción, y buscar cómo hacer para que su producto tenga otro precio mediante darle un valor agregado”.

Para finalizar con esta segunda parte del reportaje, el medico Pérez Muñoz agregó; “definitivamente tenemos que hacer conciencia de que el campo necesita producir alimentos de alta calidad, para que cuando digamos que este es un alimento que se produjo en estas tierras tenga cabida en cualquier mercado por sus grandes cualidades nutritivas, y que cuando el consumidor lo tome desde cualquier anaquel sepa que es un producto que le provocara un gran bien, reconociendo además, que el campo ha demostrado que es el sector que puede sacar a México adelante, recalcado aún más por la pandemia donde fue lo único que no paró”.

En la actualidad se configura un escenario donde la competencia generalizada exige la implementación de estrategias para mejorar permanentemente la productividad y rentabilidad en el sector lechero, y en todos los demás ramos agropecuarios, siendo base para garantizar la permanencia competitiva en el mercado por méritos propios, entendiendo que aún es mucho lo que pueden y deben hacer los productores para mejorar, identificando y analizando los parámetros productivos y compararlos con los óptimos, para alcanzar los objetivos establecidos y ofrecer productos de alta calidad higiénico-sanitaria y nutricional a la población, a precios competitivos.

Espera la 3ª parte de este interesante reportaje productivo, en próximas ediciones…

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