Generaciones con arraigo 4ª parte

“Anteriormente hablamos de lo que es el proceso de enchufado, que es donde pasa el tractor con una cuchilla y va cortando la raíz del ajo, de ahí la gente va realizando montículos con el producto cubriendo bien las cabezas con el fin de evitar que la radiación le pegue directamente al bulbo, ya que si eso sucede es muy susceptible a que el ajo se manche, y de ser de primera calidad para a ser un ajo de tercera o ya de desecho”; así lo describió el Ing. Agustín Gómez Contreras, coordinador de la línea de producción en Rancho Don Primo, parte de la empresa agrícola Los Rancheros®.

“La hora en que la gente empieza a trabajar es a las 7 de la mañana, previo a eso les damos una platica de inocuidad y de ahí una de cosecha, sobre detalles que vamos viendo durante el día con el fin de ir mejorando cada día más al respecto. En cuanto a inocuidad manejamos todas las cosas que debemos de hacer y las que no debemos de realizar, por ejemplo, no debemos de fumar, mascar chicle, traer collares, pulseras, aretes, relojes entre otros accesorios, tampoco debemos de escupir y contamos con baños portátiles que están precisamente destinados para realizar nuestras necesidades básicas, con agua potable para el correcto lavado de manos, antes y después de comer y cada vez que entramos y salimos del sanitario; acciones que realizamos además de dar la mayor calidad posible al producto, apegándonos a las normas y reglamentos que nos marcan nuestras certificaciones vigentes, siendo que este rancho se rige por diversos protocolos nacionales e internaciones de inocuidad y sanidad”.

“Del enchufe pasamos al siguiente proceso que es el corte de raíz y tallo, donde de nuevo vuelve a entrar el personal a mochar con tijeras especiales y a ir colocando las cabezas de ajo en cajas de plástico, se apilan en grupos de 3 o 4 cajas y se dejan 1 o 2 días así para que se termine de secar, así finalmente se cargan las rejas en los camiones que transportaran el ajo al área de empaque, donde se prosigue con el proceso de limpia, selección de tamaños y precisamente su empaque para ser enviado a su comercialización y consumo”.  

“El moche de raíz y tallo es la última etapa en campo y con ello culmina el proceso de cultivo; lo que ahí se hace es cortar la raíz al ras de la cabeza de ajo, y el corte de tallo va aproximadamente a 2 o 3 centímetros del bulbo, aquí en campo manejamos 2 calidades, una que es el ajo en perfecto estado desde el tamaño más pequeño hasta el más grande, y la otra son ajos que sufrieron algún daño por motivos mecánicos o por causa del impacto del sol, de esa forma la gente tiene 2 cajas, en una van colocando todo el ajo bueno y en la otra el que refleja algún daño”.

“El indicador que nos dice cuando comenzar a mochar es la humedad, nosotros, ya que esta enchufado, continuamente estamos monitoreando dicho parámetro, cortamos principalmente el tallo y si vemos que aun le sale juguito significa que todavía no es apropiado empezar a cortar, pero cuando vemos que ya no sale nada y que se encuentra completamente deshidratado, es cuando decidimos entrar con la gente a mochar”.

“Para la realización de esta labor es bastante la mano de obra que se requiere, por lo que para mochar llegamos a traer hasta 100 o más personas, quienes en promedio realizan de 20 a 25 cajas en una jornada de trabajo, pero aquí nos ha tocado ver gente que levanta de 50 a 60 cajas al día, hablando de 6 a 7 horas diarias”.

Para concluir, el Ing. Gómez Contreras agregó; “una vez que cortamos el ajo, dejamos las cajas en campo aproximadamente 8 días con el fin que se deshidraten aun más; estibamos las cajas en 4 niveles y se acomodan de forma que se vean ordenadas, y es importante que estén bien ubicadas sobre un piso firme, para que el viento no las ladee y las tumbe. El riesgo en esta etapa, son las lluvias, por lo que estamos monitoreando todo el tiempo el clima y mientras no haya pronósticos de precipitaciones, las dejamos ahí en campo, pero en cuanto vemos que hay alguna amenaza de agua, lo que hacemos es cargar y mandar al empaque, ya que una lluvia por más ligera que sea, si llega a tener contacto directo con las cabezas del ajo, este se daña y pasa a ser de otra calidad menor, manchándose y perdiendo presentación por lo que ya no es tan atractivo para su consumo, ya en el área de empaque se limpia, se le quitan las primeras capas y se mete a la seleccionadora donde va dando diferentes tamaños de ajos, que al final del día seria el último proceso”.

A lo largo de más de 60 años, Los Rancheros®, han logrado forjar y consolidar una rica tradición productiva, cultivando y abasteciendo alimentos procedentes del campo como el ajo blanco y morado, chiles frescos y secos, zanahorias, tomates, pepinos, tomate de hoja o tomatillo, pimiento morrón, tuna, brócoli, cebolla, cilantro, maíz, frijol, repollo, lechuga, entre otras hortalizas, algunas de ellas en la modalidad de manejo orgánico así como convencional, y tanto en sistemas de campo abierto como en agricultura protegida bajo invernadero y malla sombra.

Tres generaciones produciendo calidad gracias a la nobleza del campo.

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