Reactivando un cultivo prometedor
Definitivamente el cultivo de papa es un ramo agrícola de gran tradición en el país, y el profesionalismo que se ha empleado en campo en los últimos años ha posibilitado que cada ciclo se alcancen mejores niveles de productividad de dicho tubérculo, proyectándolo como un producto agroalimentario clave para México.
De acuerdo a información oficial en suelos mexicanos se producen poco más de 1.8 millones de toneladas de papa al año, principalmente en los estados de Sinaloa y Sonora. Se estima que en el país existen alrededor de 8,700 productores de papa, siendo esta una actividad que genera cerca de 17 mil empleos directos y 52 mil indirectos, lo que muestra claros indicadores del impacto que tiene este cultivo en el desarrollo rural y la economía mexicana.
La papa es el quinto alimento más consumido por los mexicanos, aunque aún existe un área de oportunidad enorme para aumentar el consumo promedio per cápita, que actualmente alcanza apenas 14 kilos por año, mientras que en países como Rusia y Alemania se consumen 130 kilogramos, y en Estados Unidos 56 kilos por persona anualmente.
Además de Sonora que es el principal estado productor de papa en el país seguido por Sinaloa, este tubérculo se cultiva en otras 21 entidades de la república, entre las que también destacan el Estado de México, Nuevo León, Chihuahua y Baja California Sur. Décadas atrás también figuraron algunas partes de la zona centro norte del país, como es precisamente el Estado de Aguascalientes, con suelos y climas privilegiados, en ciertas microrregiones como es el municipio de Rincón de Romos, donde hace 20 años se produjo mucha papa de gran calidad, pero por los graves daños ocasionados por una severa plaga se dejó de producir.
En ese sentido, aunque hoy la papa es un cultivo de gran importancia para el país, también los agricultores en la actualidad enfrentan una serie de grandes desafíos en su producción, uno de los principales es el cambio climático, que ha afectado bastante debido a las variaciones en temperaturas y precipitaciones; asimismo el productor debe lidiar con las temidas plagas y enfermedades que demeritan la calidad y cantidad de la cosecha, pero también están los grandes riesgos económicos, al ser este un cultivo que requiere de una alta inversión para su establecimiento y conducción, sin la seguridad de un valor comercial justo y estable siendo un producto altamente especulativo dada la variabilidad de precios en el mercado.
“Hace 20 años aproximadamente, en esta región de Rincón de Romos, Aguascalientes, se producía bastante papa, era un polo de desarrollo importante para nuestro campo, pero esto se acabo con la llegada de una plaga que por ningún medio pudimos controlar, teníamos mucho cuidado de lo que era la palomilla de la papa siendo hasta ese momento uno de los insectos más dañinos para este cultivo, pero había ciertos insecticidas que frenaban su reproducción, desafortunadamente contra lo que si no tuvimos ningún tipo de insecticida en aquella época ni ningún otro medio efectivo para detener, fue contra la llamada paratrioza, plaga de gran importancia en detrimento económico de la agricultura, lo cual radica en el daño directo que provoca al succionar la savia de las plantas hospederas e inyectar cierto tipo de toxinas, lo que ocasiona amarillamiento y debilita el cultivo, afectando tanto el rendimiento como la calidad de los tubérculos, además de poseer una amplia capacidad para transmitir enfermedades siendo vector de virus, fitoplasmas y bacterias, por lo que desde su llegada nuestras papas dejaron de crecer y de servir para la comercialización, situación que definitivamente fue lo que nos hizo retirarnos de este cultivo”; así lo compartió amablemente Javier Díaz, agricultor con amplia experiencia en campo, retirado hasta el pasado ciclo, siendo que hoy para el presente retoma actividades como productor de papa, estando así de regreso dentro del manejo de este importante cultivo en conjunción con su colega Rafael Rivera, también agricultor de años que de igual forma a optado por experimentar dentro de este nuevo segmento productivo, estableciendo una superficie de 4.5 hectáreas de papa dentro de su unidad de producción llamada Rancho La Palma, situado sobre suelos pertenecientes al municipio de Rincón de Romos, Aguascalientes, tratando así de reactivar un ramo agrícola inactivo en la región desde hace décadas.
“Fue así como la paratrioza nos detuvo en seco, transmitiendo virus a nuestras papas lo que impedía que crecieran y se hacían como piedras, por lo que sencillamente ya no hubo una respuesta favorable por parte del mercado, empezando a rechazarlas, y era imposible ya con tanto gasto que le metíamos al cultivo en insecticidas de un tipo y de otro haciéndole la lucha para poder salir adelante, incluso yo fui el único productor que aguantó, ingeniándomela hasta cierto punto, siendo que ya como última acción o intento decidimos poner un hule amarillo alrededor de 4 hectáreas de papa, y ni así la pudimos detener, por lo que desafortunadamente no tuvimos de otra más que retirarnos del cultivo de la papa, y a la par se acabó este ramo en la región afectando la economía de chicos, medianos y grandes productores”.
“Y hasta la fecha existe esa plaga, solo que gracias a Dios aquí donde tenemos actualmente las papas no hay una gran población del insecto, teniendo así un poco de mejor control, por lo que, no habido mucho problema con ello; un hermano también puso un poco de papas más hacia el sur del municipio por tierras del Ejido San Rafael, y haya si le pego fuerte la plaga al cultivo, siendo que para aquella parte se manejan más cultivos hortícolas como el jitomate, chiles, tomatillos, que tienen más predisposición para dicho insecto, y para acá en su mayoría son forrajes como las alfalfas o el maíz, por lo que hay menores poblaciones de dicho tipo de plaga, no obstante tenemos que estar fumigando constantemente para prevenir su aparición y no basta con la sola aplicación de insecticidas, es necesario seguir toda una estrategia de manejo integrado. En ese sentido también pedimos la ayuda del Comité Estatal de Sanidad Vegetal quienes han venido con el trampeo cada 8 días, y por medio de ello estar monitoreando que insectos están llegando y en base a eso estar aplicando el producto correcto lo que sin duda nos ha dado un control más eficiente”.
“Además, también estamos experimentando con lo que es el riego por goteo en las papas, que por lo general para Zacatecas y más hacia el norte se emplea mayormente lo que es la aspersión en este tipo de cultivo; por lo que hemos visto que la cintilla nos ha ayudado bastante porque por ahí se le inyectan insecticidas y tenemos una cobertura y un manejo más eficiente del agua”. Al respecto, el señor Rafael Rivera añadió; “regamos con agua proveniente de pozo profundo, y con el goteo podemos evitar inundar el surco, dando una aplicación más uniforme, esto obviamente dependiendo de como se vaya viendo la planta y la humedad, si hay poca se le va aumentando o disminuyendo, por lo que el manejo es más preciso, obteniendo un mayor ahorro de agua y de energía eléctrica, no es como antes que regábamos rodado inundando el surco, ahora ya podemos irle midiendo dependiendo como se mire el terreno ya de ahí tomamos la decisión si se requiere regar o no es necesario, aunque la constante es que mantengamos la papa con buena humedad para que no se estrese y detenga su crecimiento o genere deformaciones, siendo como todo cultivo, donde de inicio cuando la planta es pequeña requiere de una menor cantidad de agua, pero conforme va creciendo también su demanda por agua se va incrementando, ocupando así cada día de más horas de riego, llegando a ponerle hasta 8 o 9 horas de agua cada tercer día, esto también conforme se presenten las condiciones ambientales”.
Por otra parte, reforzando el intercambio de experiencias el señor Javier Díaz volvió a intervenir señalando que la variedad sembrada es para la industria precisamente para ser freída, “se llama Fianna y proviene de Perote, Veracruz, y otra parte de Saltillo y Zacatecas”.
“El sistema de producción o marco de siembra que implementamos es en surcos a 92 centímetros, están sembradas a mano, abrimos el surco y fuimos depositando la semilla más o menos a 25 centímetros de distancia de una papa a otra; antes de taparla dimos una pasada con fumigadora para darle un sello con algunos insecticidas, bactericidas y fungicidas tratando con ello de que quede bien protegida contra cualquier tipo de patógeno y germine sin problema alguno, de ahí ahora si procedimos a taparla y a meter la cintilla por arriba para comenzar a aplicar el riego”.
“Respecto de la nutrición, esta variedad requiere de nitrógeno en la siembra y ya de ahí se le van metiendo los demás elementos vía cintilla, según el comportamiento o expresión de la planta, aplicando así algo de fósforo y potasio sin descuidar la parte de los microelementos que también son muy necesarios para dar fortaleza y calidad al producto”.
“Este año nos llego una pequeña helada cuando la papa tenia unos 20 centímetros, pero afortunadamente no paso nada. Si es algo necesaria la experiencia para saber manejar bien este cultivo, por lo que con los años que tenemos dentro de la agricultura decidimos establecer la parcela sobre este tipo de tierra que es más fuerte y negra, ya que en la parte de arriba donde se sembraba antes era tierra roja y arenosa donde le damos un riego y la humedad no dura nada, pero en estos suelos negros se conserva por mucho mayor tiempo la humedad, no la suelta tan fácil”.
“En aquellos años nos llovía mucho a mediados de julio, cuando precisamente andábamos sacando las papas, pero aun y con ello así las sacábamos. Quizá por la experiencia que ya tenemos en este cultivo si vemos la posibilidad de seguir sembrando, incluso ya están preparadas otras 4 hectáreas para sembrar semilla de los Mochis Sinaloa ahora en julio y sacarla como para septiembre; entonces vamos a continuar echándole ganas con este cultivo, y seguir experimentando a ver que es lo que nos funciona más, tratando de sacar cosecha 2 veces por año, que más o menos para noviembre es cuando salía con mejor precio porque en esa temporada hay poco producto a nivel país, por lo que vamos a estar también buscándole y aprendiendo de que forma podemos comercializar mejor”.
“Producir papa es algo costoso, aproximadamente por hectárea nos estamos llevando alrededor de 280 mil pesos de costos, hablando por supuesto desde la semilla y todos los insumos necesarios, que aquí estamos fumigando cada ocho días para prevenir plagas. Y con esta variedad rindiendo bien y como esperábamos alcanzaremos cerca de las 50 a 60 toneladas por hectárea, ya viendo el tamaño de la papa, por lo que esperamos tener una buena respuesta el día de la cosecha y que nos vaya bien como en aquellos años”.
Para terminar, Javier Díaz agregó; “ya que la papa esta lista para cosecharse, empezamos a desvarar, damos una sellada con rodillos para que no entren las plagas y posteriormente le metemos un herbicida para prevenir malezas y un insecticida para evitar tener problemas con la palomilla, de ahí dejamos descansar de 15 a 20 días para que la papa amacice y no se pele a la hora de lavarse, y finalmente metemos un implemento especial que va sacando la papa del suelo y a través de un tipo de rodillos o cribas la van sacudiendo retirándole algo de tierra y la va dejando en hilera para que detrás entre la gente a recolectarla y seleccionarla por tamaño y calidad, en primeras, segundas, terceras y cuartas, se van arpillando y de ahí se van al mercado”.
“Sin duda se ha presentado mucho interés en la reactivación de este cultivo no solo por parte del estado sino incluso ha venido gente de otras partes a ver nuestras papas. Por ejemplo, tenemos Calvillo, donde se producía muchísima guayaba, y ahora con gran esfuerzo la están convirtiendo en otro tipo de cultivos que están siendo más redituables en la actualidad, como los aguacates o los limones; aquí igual, esta es una zona productiva muy fuerte y muy compacta, pero hace falta buscar más alternativas que sean adaptables y rentables, tratando de diversificar el cultivo, siendo en ese sentido nuestra intención de volver a posicionar a la papa como una alternativa competitiva para el productor, como hace años lo fue siendo fundamental para la economía de muchas personas, reactivando así una actividad noble que sabiendo trabajar como es no representa mayor problema”.
Valioso esfuerzo que busca reactivar un ramo agrícola inactivo en la región desde hace décadas, volviendo a proyectarlo como una importante alternativa de diversificación productiva.
Salvador Juárez / El Despertar del Campo