Impactos del cambio climático 3ª parte

Con la crónica amablemente compartida por el M.C. Manuel Mauricio Mora Pérez, gerente de la Fundación Produce Puebla, dentro de su conferencia denominada cambio climático y su impacto en la agricultura, se da continuidad al desarrollo del tema esta su tercera entrega en la que entre otras cosas cabe señalar que el sector agropecuario, es un ramo fuertemente amenazado por el cambio climático dado el sinfín de variaciones que ha provocado en los diferentes sistemas productivos, pero a la vez también representa una actividad amenazante al generar emisiones de carbono, por lo que sobre él recae parte de la solución de dichos efectos adversos del clima.

“Como sociedad tenemos que informarnos, leer, consultar al respecto del cambio climático, ya que simplemente es el futuro de México y su población para los próximos años, y si no estamos bien  enterados y prevenidos, no vamos a tener la capacidad de responder para ganar, ni de entrar en la oportunidad de crecer que esta transformación nos podrá estar presentando”; así lo indicó el M.C. Mora Pérez.

“Conforme a la Ley General de Cambio Climático, México se comprometió a reducir el 22% de sus emisiones de gases de efecto invernadero, y pasar del 51% de carbono negro al 30 o 20%. Existen 4 actividades agropecuarias señaladas a nivel internacional como las más contaminantes, de las cuales al menos 2 de ellas nos corresponden en México, una es el cultivo, procesamiento y los desechos generados en la elaboración de café; otra es la caña de azúcar, por el alto uso de agroquímicos, por el manejo irracional del agua y por quemar el 30 y hasta el 40% de caña antes de que inicie la zafra”.

“Este carbono negro que se desprende al quemar la caña, llamado gases de cadena corta, son de los más dañinos; y por acuerdo entre el sindicato y la industria cañera, para que tengan empleo los trabajadores, se queman al menos en Puebla, de las 14 mil hectáreas totales, alrededor de 5 mil hectáreas cada año, por lo que desafortunadamente son los propios trabajadores los que se están envenenando lentamente. Por ello como país tenemos el compromiso de empezar a realizar cambios en la agricultura, como igualmente lo tiene que hacer el transporte y la industria, pero en el campo es a nosotros como productores o profesionales técnicos a quien nos compete impulsar tecnologías, en el ejemplo de la caña, para poder cosecharla en verde dejando con ello de quemarla, cambio para el que necesitaríamos modificar la arquitectura de cómo está cultivándose ya que no entran las maquinas, se tiene que invertir en maquinaria que cuesta alrededor de 12 millones de pesos para resolver el problema, con la limitante de que no hay financiamientos que alcancen  y los créditos que los cañeros están pidiendo para entrar al concepto de la cosecha en verde no se están facilitando por lo que no tienen la capacidad suficiente para responder, de ahí que la política ambiental tiene que alinearse a las estrategias de productividad de la agricultura mexicana, tomando en cuenta también el mejoramiento de los suelos, el uso y conservación de la biodiversidad y el sistema de alerta temprana”.

“Las Fundaciones Produce y el Inifap, desde hace varios años hemos impulsado y desarrollado el programa de estaciones meteorológicas automatizadas, y aunque prácticamente en todo el país hay estaciones meteorológicas, estas no son suficientes, pero lo peor es que ni siquiera están funcionando, se cayó el sistema, y como productores no tenemos el recurso suficiente para darle el mantenimiento debido al sistema; y cuando iniciamos un proceso de gestión ante las instituciones públicas para que las estaciones fueran una innovación en el campo y se facilitaran con ello los apoyos para poderles dar sostenimiento, a un funcionario se le ocurrió cuestionar, ¿y a quien se le ocurrió que las estaciones meteorológicas  son una innovación?, si eso ya existe en el mundo, de esa forma se quedaron sin el apoyo necesario y se cayó el sistema a nivel nacional, y aun con el gran esfuerzo realizado por los agrónomos, los meteorólogos, los científicos, investigadores y productores, simplemente no tenemos un esquema eficiente del monitoreo del clima, de ahí la necesidad de sensibilizar y alinear las políticas públicas con el entorno agroproductivo”.

Espera la cuarta parte de este artículo, en próximas ediciones…

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