Legado de identidad y orgullo 2ª parte

Descrito como un entorno privilegiado donde se labra el carácter y los valores en la primera parte de este reportaje, la agricultura es un sector económico prioritario además de ser un espacio productivo depositario de prodigiosas raíces culturales y de las expresiones más entrañables de identidad nacional, creando con ello el escenario propicio del que se desprende un amplio y profundo acervo de capacidades y talentos que se transmiten de generación en generación como un legado único; amplia e importante condición por la cual se da seguimiento al desarrollo del tema en está su segunda entrega, a través del amable intercambio generado por el M.C. Antonio Martínez Veyna, agricultor por herencia y vocación sucesor de generaciones dedicadas al campo, presidente de la Federación Agronómica de Zacatecas A.C., quien habitualmente maneja cultivos como el frijol, cebada, chile, cebolla, ajo y recientemente retoma el maíz después de algún tiempo de no sembrarlo, dentro de la Unidad de Riego Las Veredas, pequeña propiedad ubicada en terrenos pertenecientes al municipio de Morelos, Zacatecas, predio en el que se estableció dentro del ciclo primavera-verano 2018, una superficie de 11 hectáreas, 6 de maíz y 5 con cebada maltera ambas destinadas a la obtención de grano para la agroindustria.

“Teníamos alrededor de 5 años sin volver a sembrar maíz, pero problemas como la difícil comercialización del frijol y otros cultivos, los bajos rendimientos, así como la necesidad de darle rotación a los suelos, nos encaminaron nuevamente a trabajar con maíz. Una vez que fertilizamos y tiramos cintilla, sembramos la semilla en seco a doble hilera, luego vino el riego por medio del sistema de goteo, y la verdad es que nos germinó muy bien ayudado además por la presencia de algunas lluvias; posteriormente se aplicó un herbicida, lo cual fue suficiente para controlar las malezas evitando así que estas no compitieran con el cultivo, por lo que de cierta forma alcanzamos un buen rendimiento”.

“Se realizó fertilización de fondo, como es común en este tipo de cultivos de riego, lo que propicia una cama óptima para que las plantas tomen los nutrientes que necesitan para su desarrollo; después se aplicó fertilizante al realizar la primer escarda, y por último, para complementar, se suministraron nutrientes por la cintilla. En términos específicos la dosis aplicada en nuestras tierras consistió de 120 unidades de nitrógeno, 60 unidades de fósforo, y de 40 a 60 de potasio, esta formulación determinada obviamente a través de un previo análisis de suelo, lo que a grandes rasgos nos dice que y cuanta fertilización poner; existen parámetros muy precisos que nos indican cuantas unidades de fertilizante se requieren por tonelada, de nitrógeno por ejemplo se necesitan cerca de 20 unidades por tonelada, y si aspiramos a cosechar 10 toneladas por hectárea básicamente tendremos que aplicar  200 unidades de nitrógeno, por lo que este aspecto además va conforme al rendimiento que deseemos alcanzar, lógicamente con fertilizaciones altas el rendimiento también tendrá que ser alto, aspecto que compensa los costos y define la rentabilidad”.

Para finalizar, el M.C. Martínez Veyna agregó; “en México a través de la historia el maíz ha sido un cultivo muy noble, desafortunadamente por el uso constante e indiscriminado de insecticidas y plaguicidas, tanto las plagas como las enfermedades se han ido adaptando y generando nuevas y mayores resistencias, de esta forma algo que es una de las principales preocupaciones en el cultivo de maíz, es el gusano cogollero, el cual se suele presentar sobre todo en híbridos que son muy dulces, ya que simplemente les gustan más, de tal manera que hay siembras en donde al mes de establecidas ya tenemos problemas con dicho insecto, aunque realmente para nosotros la presencia este año no fue tanta, no nos dio tanta lata, de cualquier forma realizamos 2 aplicaciones con fórmulas de control y con eso fue suficiente para evitar daños ocasionados por el gusano, manteniendo así en óptimas condiciones la sanidad del cultivo”.

Cubrir las principales necesidades productivas es una significativa oportunidad para crecer, siempre y cuando se dimensione y se valore la demanda, mejorando la calidad y el rendimiento mediante una cordial ilación entre la experiencia y la tecnología.

Espera la 3ª y última parte de este valioso reportaje, en próximas ediciones…

 

 

 

 

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