Retención placentaria
La retención placentaria en vacas, se define como la no expulsión de las membranas fetales después de las siguientes 12 a 24 horas del parto, su causa es debida a muchos factores (multifactorial); sus consecuencias están relacionadas directamente con la disminución de la eficiencia reproductiva de estos animales, en donde los parámetros o indicadores reproductivos son afectados severamente, tales como intervalo parto-concepción o también llamado días abiertos, e intervalo entre parto.
La retención placentaria en vacas representa uno de los principales problemas reproductivos que puede estar presente en las unidades de producción animal de ganado bovino, tanto especializados en la producción de leche como los dedicados a la producción de carne y doble propósito (carne y leche). Por tal motivo, es de fundamental importancia que el productor ganadero conozca algunas de las causas ambientales que la pueden provocar.
Intervalo parto-concepción o días abiertos. – Este parámetro contempla el concepto de días vacíos y corresponde al tiempo promedio que va desde el parto más reciente hasta la fecha de servicio en que se consigue la siguiente preñez confirmada, también se puede llamar días vacíos, tomando en cuenta únicamente a los animales con diagnóstico de preñez confirmado; su aumento provoca la reducción de la rentabilidad en vacas, al representar por aumento en los costos de reproducción desecho temprano de los animales y reducción de la producción de leche. Dentro de los factores intrínsecos predisponentes para afectar este parámetro se pueden incluir los aspectos fisiológicos que afectan el reinicio de la actividad ovárica, tales como la involución del útero y la recuperación del eje hipotálamo-hipófisis-ovario, la raza, la genética de alta producción láctea y el parto gemelar. Por otro lado, los factores intrínsecos facilitadores corresponden a los principales problemas posparto, tales como el balance energético negativo, cojeras, retención de membranas fetales, las infecciones uterinas y la mastitis.
Hay un error inherente asociado a este parámetro, al igual que sucede con el intervalo entre partos, y es que su cálculo se basa solo en vacas gestantes que permanecen en el hato y no considera a las fallas reproductivas ni las vacas sin servicio. Es decir, al evaluar dos establos se pueden encontrar intervalos entre partos semejantes, pero sus tasas de desecho muy diferentes ya que uno de ellos puede estar eliminando animales con problemas reproductivos en un alto porcentaje.
Los problemas de fertilidad y detección de celo incrementan los días abiertos. Un establo bien manejado puede considerar como meta razonable 90 a 110 días abiertos. Esto significaría llegar a un intervalo entre partos de 12.2 a 12.8 meses. Días abiertos es el tiempo transcurrido desde el parto hasta que se da el primer servicio, lo ideal es que este indicador no sea mayor de 85 días. Las causas más comunes por las que se alarga, son las infecciones uterinas que ocasionan retraso en la involución uterina y por la mala detección del estro. Se recomienda iniciar la monta o inseminación artificial después de los 45 días del parto y lo ideal sería lograr la preñez 80 días después del parto para que sumados a los 285 días que en promedio dura la gestación, se tengan periodos de intervalos entre partos de 365 días.
Intervalo entre partos. – El impacto de la retención placentaria varía desde nulo, hasta la disminución del comportamiento reproductivo. Esto se debe a que las vacas son más propensas a desarrollar metritis y endometritis, tienen un intervalo más largo posparto hasta la primera ovulación y hay probabilidades que no haya gestación en sus próximos servicios, e incrementa el riesgo de pérdida fetal temprana y por lo tanto aumento del intervalo entre partos.
Tasa de preñez. – También llamado porcentaje de preñez, afecta negativamente al desempeño reproductivo y por lo tanto la eficiencia reproductiva de la vaca, esto se debe principalmente a problemas del tracto reproductivo de la hembra después del parto para volver a su estado fisiológico normal antes de la gestación y por algunos problemas presentes como desordenes metabólicos postparto, asociados con algunos problemas como involución tardía, distocias, prolapsos de útero, retención placentaria, metritis y endometritis.
Algunos tratamientos de retención placentaria. -Las membranas fetales retenidas solas tienen pocos efectos sobre la fertilidad futura, los problemas vienen cuando están acompañadas de metritis. Cualquier tratamiento en vacas se debe enfocar para prevenir la metritis posparto, principalmente.
Existen diferentes estrategias para el tratamiento de la retención placentaria en vacas en la práctica veterinaria, entre ellas están incluidas la extracción manual de las membranas fetales, administración intrauterina o sistémica de antibióticos y el uso de medicamentos, o tratamientos adicionales como el uso de enzimas.
+ Remoción manual: la remoción manual de las membranas fetales ha sido discutida durante muchos años. Causa trauma de la mucosa del útero, contaminación bacteriana, alteración de la defensa celular intrauterina seguida de una invasión facilitada de bacterias en los tejidos uterinos, y que carecen de evidencia de la eficacia del tratamiento son razones para rechazar la eliminación manual como un procedimiento estándar. se recomienda tomar como primera medida el colgar pesos de aproximadamente medio kilogramo en la porción saliente de la placenta para ejercer una tracción constante y, de esa forma lograr el desprendimiento paulatino.
+ Aplicación intrauterina de antibióticos: la aplicación intrauterina de bolos antibióticos tiene como objetivo reducir la carga de bacterias patógenas, y también aumentar la higiene de la sala y la comodidad de los ordeñadores, perturbada por la descarga fétida y el olor posterior, aunque esta práctica deja residuos en la leche.
+ Tratamientos con fármacos: a) Tetraciclinas, 4-6 g de tetraciclina en intervalos de dos a tres días adicionando 4mg de prostaglandina F alfa-análoga intramuscular en cada tratamiento local; b) Oxitetraciclina, 2-3 g de oxitetraciclina en intervalos de dos a tres días adicionando 4mg de prostaglandina F alfa-análoga intramuscular en cada día de tratamiento local; c) Benzilpenicilina, 10,000-20,000 de benzilpenicilina; d) Tilosina, 5g de tilosina; e) Colagenasa, estrumate clopostrenol 250µg/ml intramuscular 2ml; f) Ampicilina y cloxacilina, ampicilina 2500mg y cloxacilina 2500mg intrauterina de 3-5 días; g) Cefitiofur sódico, ceftiofur 600mg intramuscular por 3-5 días consecutivos; h) Penicilina benzatínica, 48 U.I. intramuscular; i) Partutone: 225ml oral administrado inmediatamente después del parto, se repite la dosis de 12 horas a 24 horas después, esto beneficia la expulsión de la placenta, involución del útero y el primer estro posparto.
+ Hormonas: la utilización de oxitocina y prostaglandina F alfa se han discutido para la prevención o el tratamiento de la retención placentaria. Suponiendo que la contracción del miometrio facilita el desprendimiento de las membranas fetales y la expulsión del contenido del útero como loquios. Los receptores de oxitocina en el miometrio, son estrógeno dependiente y la concentración de estrógenos disminuye el parto precedente.
+ Calcio: se aplica en forma intravenosa un reconstituyente mineralizante con 500ml de dextrosa al 50% y borogluconato de calcio al 27% entre otros minerales. Existe una asociación muy fuerte entre la retención placentaria y la hipocalcemia subclínica, afectando la hipocalcemia el metabolismo de los leucocitos y la capacidad migratoria de los neutrófilos, lo cual determina un menor número de estos en los placentomas y, por consiguiente, una menor cantidad de enzimas proteolíticas disponibles para la digestión de la unión materno fetal. El cotiledón fetal actúa como cuerpo extraño luego del parto, con liberación de sustancias quimiotácticas, lo que determina la infiltración de los placentomas por neutrófilos periféricos, quienes digerirían la unión carúncula materna-cotiledón fetal, esto mediante enzimas proteolíticas como la elastasa, colagenasa, gelatinasa, entre otros. La capacidad migratoria de los neutrófilos y su poder fagocítico, dependen fundamentalmente de los niveles de calcio iónico.
Lo más sensato es intervenir alrededor de las 24 horas después del parto; sin embargo, cada caso tendrá que ser considerado de forma individual. Lo más importante en el tratamiento es regresar el tracto reproductivo de la vaca a su estado normal lo más rápido posible. No obstante, es necesario siempre proceder con prudencia y delicadeza. El objetivo del tratamiento es que el animal expulse el tejido retenido y combatir las posibles infecciones. Para obtener una respuesta efectiva al tratamiento, éste debe ser de acuerdo a la sensibilidad del agente etiológico causal, en el caso de la presencia de infecciones junto con la retención placentaria.