JULIO 2019
La competencia y libre concurrencia en los mercados generan poderosos incentivos para que los productores funcionen con eficiencia, de modo tal que la mejor utilización de los insumos y factores productivos conduzca a mantener costos de producción bajos, o reducirlos, y que esto se refleje en precios favorables para los consumidores de los productos. Es en este sentido que el análisis de las tendencias y determinantes de los precios se considera especialmente importante como parte del estudio de los mercados del sector agroalimentario.
El crecimiento de los precios de los alimentos ha sido un aspecto destacado entre las tendencias económicas a nivel mundial, sobre todo a partir de 2007, cuando los precios se dispararon en todo el mundo. México no ha escapado a esas tendencias internacionales, los movimientos al alza y a la baja del ritmo de incremento de los precios ha sido parecido al de otros países, solo que han ocurrido un poco retrasados y han alcanzado una mayor magnitud.
El primer grupo de alimentos al que los hogares mexicanos destinan la mayor parte de su gasto de alimentación incluye las carnes, los cereales, la leche y sus derivados y las bebidas no alcohólicas, que representan 59.4% de dicho gasto. Así, los hogares han resultado impactados por las tendencias mencionadas, si se considera que los incrementos de precios se han registrado en el grupo de alimentos al que los hogares dedican una mayor parte de su gasto de alimentación.
Por ejemplo, los precios promedio de las verduras y las legumbres, así como de las frutas, han presentado variaciones al alza por su carácter intra-anual o estacional, reflejando esas típicas fluctuaciones de oferta asociadas a las temporadas en que se cosechan más. En resumen, se puede decir que durante la década 2005-2015 los niveles de precios de los distintos grupos y clases de alimentos han evolucionado de maneras diferentes, pero en todos los casos su aumento ha estado muy por arriba del crecimiento de los precios promedio de las mercancías no alimenticias.
Si bien una parte de los aumentos de los precios de los alimentos tuvo que ver con incrementos de costos o de márgenes de ganancia al nivel de los productores y/o de los comercializadores al mayoreo, también otra parte del encarecimiento de los productos para los consumidores finales provino de aumentos de costos o de márgenes de ganancia en la distribución o comercialización al menudeo, o sea, entre la comercialización mayorista y las ventas al detalle. No obstante, en la mayoría de los alimentos el aumento de los precios del productor fue mayor que el incremento de los precios al consumidor final, situación de la carne de puerco y de pollo, así como de los jugos envasados; pero en otros productos los precios al consumidor aumentaron notablemente más que los precios del productor, como en el jitomate, el frijol, el limón y la tortilla de maíz, seguidos por la papa, la leche, la manzana, el pan de caja y la calabacita, por destacar algunos.
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El Despertar del Campo, La Nueva Visión Del Agro…