Cosecha esperanzadora 3ª parte
“Como se ha dicho y se sabe, los ajos son de agua, y para mi el 50% del color que tiene el bulbo nos lo da el agua, por lo que para este cultivo debemos tener la cantidad necesaria que demanda, para que ya echado andar el ciclo no nos vaya a faltar, ya que sí eso pasa, nos puede traer serios problemas, aunque cabe señalar, que como todo cultivo, para programar el riego debemos de estar monitoreando un sinfín de condiciones agroclimáticas, por lo que este aspecto es muy flexible y variable, dependiendo de cómo se venga el año, y entendiendo que al principio, cuando la planta aun esta chica es menor su requerimiento de agua, pero conforme va creciendo también la demanda del vital líquido aumenta, por ello, nosotros en las primeras etapas de desarrollo del cultivo más o menos regamos cada 8 días, ya de ahí, ese lapso de tiempo se va acortando a cada 6 o 5 días, y ya para salir, ahora sí los riegos son casi a diario, si ajustamos con el volumen de agua que traemos, y sino mínimo cada tercer día”; así lo señaló el Sr. Héctor Hugo Núñez Ramos, productor de ajo, líder del Rancho Las Jarillas, unidad situada en la localidad de Chaparrosa, del municipio de Villa de Cos, Zacatecas, donde en el pasado ciclo se establecieron y cosecharon 25 hectáreas de dicha hortaliza.
“La nutrición es otro aspecto importante en este ramo, y al igual que el riego, la determinación de elementos y cantidades dependen de diferentes factores siendo que en la agricultura no hay una receta exacta, todo cambia, no de un año a otro, sino de un día al otro, incluso en cuestión de horas se puede modificar completamente el panorama, por lo que debemos ser adaptables a todo y estar bien atentos a lo que las plantas nos van pidiendo; pero en términos generales, le metemos lo que vienen siendo sus calcios, potasio, magnesio, nitrógeno, entre otros compuestos de forma balanceada, por ejemplo, de nitrógeno aplicamos de 400 a 500 kilos, y de lo demás es más o menos lo mismo”.
“Gracias al desarrollo de nuevos y efectivos herbicidas, prácticamente nos hemos olvidado de tener que meter gente para deshierbar a mano; ahorita nosotros nada más aplicamos los herbicidas al principio, y con eso el cultivo casi se nos va limpio. Además, cabe señalar que, en el caso propio también cultivamos, nada más 3, máximo 4 cultivos es lo que damos, tanto para eliminar malezas como para ablandar el suelo, y aunque mucha gente tiene otro sistema, de que no cultivan, para mi se tiene que, porque sino se hace duro y las raíces dejan de crecer”.
“Realmente no hemos tenido problemas serios con enfermedades, entre ellas las llamadas pudriciones, alteración que nos imaginamos se da por poner en las mismas tierras muchos años lo mismo, por lo que nosotros optamos por cambiarle o hacer rotación como se dice, por ejemplo, si este año pusimos ajos, para el siguiente hay que sembrar otra cosa, y luego de nuevo ajos, por lo general nada más brincamos un año, eso para mi es lo ideal para no provocar o propagar enfermedades. En cuanto a plagas, en este cultivo es muy común ver los trips, y es lo único que por ahí hemos observado, pero no es mucho lo que nos afecta, y además es algo que nunca se acaba, pasa uno con la aspersora y nada más como que se duerme poquito, pero todo el tiempo está ahí, solo hay que cuidar que sus poblaciones no se incrementen demasiado para que no cause algún daño”.
Para concluir, el Sr. Hugo Núñez añadió; “la verdad es que en el campo uno nunca deja de aprender, y aunque ya llevamos 10 años manejando el cultivo de ajo, todavía nos falta mucho por conocer y mejorar, esta temporada, por ejemplo, esperamos un rendimiento de unas 2 mil cajas de ajo ya limpio por hectárea, mas o menos de 18 kilos cada una, nos da más de 30 toneladas de ajo por hectárea, y el año pasado sacamos 10 toneladas, gran diferencia que principalmente la atribuimos a que ahora sí yo, personalmente, ando bien metido, y antes traíamos encargados que le echaban lo que querían o no se lo echaban, solo Dios, por lo que como dice el dicho, al ojo del amo engorda el caballo, y ya estamos viendo el resultado”.
El ajo se mantiene como un icono de liderazgo, ya que posiciona a la entidad en el plano nacional como la principal región productora, donde se dinamiza el intercambio de recursos, tanto por el valor comercial del producto, así como por la cantidad de mano de obra que se requiere para su cultivo, cosecha y empaque, proyección que coloca a esta cadena productiva como punta de lanza en el desarrollo de la agricultura y del entorno rural, signándolo como un detonante evolutivo y competitivo, lo que a su vez lo ha llevado a mayores niveles de especialización dentro del ámbito agronómico, genético, así como en las técnicas y sistemas de producción, y en los procesos de recolección, selección, valor agregado y comercialización.