Alta tecnología productiva
En la última década el cultivo de pimiento bajo invernadero en México ha tomado una gran importancia por la generación de empleos y el flujo económico generado con su producción y comercialización, especialmente para su exportación a los Estados Unidos de América; además, a nivel mundial ocupa el tercer lugar en cuanto a superficie cultivada en agricultura protegida, después del tomate y pepino, pero el segundo en relevancia económica, y en el país es el segundo con mayor superficie bajo cubierta.
Dicho cultivo es establecido en unidades con diferentes niveles tecnológicos, desde sistemas convencionales en campo abierto, bajo malla sombra, o bien, en invernaderos de baja, media y alta tecnología; conforme a ello es que su rendimiento varía, llegando a alcanzar hasta más de 28 kilogramos por metro cuadrado en invernaderos de alta tecnología con un adecuado control climático con sistemas de automatización mediante dispositivos que se ajustan y calibran durante el proceso de producción permitiendo la creación de circuitos de lectura o control sencillos, dominando parámetros importantes en el manejo del ambiente, protegiendo al cultivo de condiciones extremas como bajas o elevadas temperaturas y precipitaciones, al igual que evitar plagas, todo ello con el objetivo de proveer las condiciones óptimas para el desarrollo de las plantas, logrando obtener un producto final de mayor calidad en gran cantidad.
“Dentro de esta unidad contamos con alrededor de 24.5 hectáreas de producción en invernaderos de alta tecnología, de las cuales 20 son de tomate con manejo tanto convencional como orgánico, y las 4.5 restantes de reciente incursión en el cultivo de pimiento, programa que iniciamos derivado de la alta demanda en el mercado, siendo el cliente quien nos solicita una mayor diversificación de la producción”; así lo compartió amablemente el Ing. José Félix Arteaga Bárcenas originario de Colón, Querétaro, con 12 años de trabajo en pimiento tanto en alta tecnología como en media y baja, y un año de desempeño como responsable del área de pimiento morrón dentro de la empresa Agroindustrias Campo Real, situada en suelos pertenecientes al municipio de Trancoso, Zacatecas, la cual cuenta con más de 30 años de experiencia en el área agroindustrial, empleando la más avanzada tecnología para obtener en su proceso de producción el más puro, natural y nutritivo producto del campo, bajo un microambiente único y adecuado en invernadero logrando con ello la exportación de tomates y pimientos de excelente calidad, respaldada o avalada por las más importantes certificaciones de clase internacional.
“Manejamos pimiento de diferentes colores como el verde, amarillo, naranja y rojo, dentro de un invernadero de alta tecnología con tendencia a una elevada productividad, dado que tenemos el cultivo en slabs de fibra de coco que son de los mejores sustratos para la producción en hidroponía, además contamos con ventanas y sistema de riego completamente automatizado, un controlador de clima e inyector de CO2 (dióxido de carbono)”.
“En el primer ciclo traemos un rendimiento de 27 kilos de pimiento por metro cuadrado con un 92% de calidad para exportación. Aquí cortamos y tenemos un área de empaque donde se clasifica el producto según peso y tamaño, y se coloca en sus diversas presentaciones, que son 12 diferentes, tanto en caja de 11 libras, como embolsado o semáforo que es como lo conocemos, de ahí se va a la cámara fría para posteriormente ser embarcado y enviado a la frontera. Dentro del invernadero estamos entre los 25 y 28 grados centígrados, y el producto se va entre los 12 a los 10 grados para que mantenga una buena vida de anaquel”.
“Aquí mandamos germinar la semilla de pimiento a un semillero comercial, donde se rodean con las condiciones óptimas para su acertada germinación mediante equipamientos de climatización de invernaderos y cámaras de germinación, pantallas térmicas y de sombreo, fertilización controlada, mallas anti trips, entre otros instrumentos tecnológicos, además de la adopción de sistemas de seguridad en su gestión y manipulación, lo que garantiza la producción de plantas de alta calidad, ya que definitivamente es fundamental partir de una planta sana, homogénea y libre de plagas y enfermedades, condiciones hoy en día, muy conocidas y cuidadas. Dentro de esa etapa nosotros optamos por utilizar lo que es el cubo de lana de roca que es un medio perfecto para iniciar con la germinación ya que tiene una gran capacidad para retener humedad y da un excelente soporte al sistema radicular; por lo que prácticamente solo llegamos a nuestros invernaderos de producción y colocamos el cubo con la planta encima del slab el cual previamente ya tuvo un proceso de inflado o de hidratación tratando de prepararlo para que esté completamente listo al momento de recibir la nueva plántula, cabe señalar que la granulometría del sustrato (fibra de coco) es 70/30, y se usa solamente una vez, por lo que cada ciclo se está cambiando”.
“De que se siembra a que se cosecha son alrededor de 110 días los que transcurren dependiendo de la variedad, ya que hay algunas que son más precoces que otras como el amarillo, pero en general a los 110 días estamos cosechando; de ahí son aproximadamente 38 semanas de cosecha, por lo que esto representa una labor de todo un año. Para el corte lo que usamos es una navaja, algunos utilizan tijera, pero nos hemos dado cuenta que usando la navaja garantizamos un mejor corte; a la gente se le pide un corte de tres cuartos del pedúnculo con la finalidad de que no se lastimen los dedos, además de no fisurar el fruto ni dañar la planta, tratando siempre de cuidar lo máximo posible las hojas para que las plantas sigan haciendo fotosíntesis”.
“Hemos visto que el sistema de hidroponía da más rendimiento en kilogramos por metro, en comparación a si utilizáramos el suelo, además de que es más homogéneo el cultivo; y de lo que es la canaleta elevada, también hemos podido observar que cuando está colocada a nivel de piso, la planta es más susceptible a adquirir enfermedades de raíz, por lo que cuando está arriba se disminuye el riesgo de propagar alteraciones y se incrementa la productividad”.
“Dentro de este segmento de la producción uno de los aspectos esenciales es el tema de la inocuidad, la cual incluso es regulada mediante diferentes códigos y leyes que incluyen los buenos estándares de cultivo, cosecha, empacado y almacenamiento de productos agrícolas frescos para el consumo humano, y el mantener cada uno de estos parámetros en buen estado es de suma importancia porque incide en todas las personas que participan en el sistema alimenticio, como son productores, trabajadores, empresas comercializadoras y consumidores, siendo precisamente el productor el elemento clave en la implementación de la inocuidad, ya que es quien toma las decisiones y conoce mejor que nadie en que consisten las actividades cotidianas, por lo que los pasos tomados para reducir los riegos de inocuidad alimentaria impactan no solo en la viabilidad financiera, sino también en la salud y seguridad de quienes consumen el producto. Dado que el suelo, el agua, las manos y las superficies son las fuentes principales de contaminación, las buenas prácticas agrícolas recomendadas se pueden resumir en cuatro puntos básicos como son suelo limpio, agua limpia, manos limpias y superficies limpias”.
“A grandes rasgos, aquí todo el personal que tiene contacto directo e indirecto con el producto cuenta con un kit completo de inocuidad e implementa ciertas prácticas de seguridad, como por ejemplo, el equipo de labores cada que entra al surco se desinfecta los pies y cuerpo completo, lleva una charola con sales cuaternarias, e igualmente cada que entran a una línea se desinfectan al igual que cada vez que van a tocar una planta, asimismo el cosechador cada corte que realiza tiene que desinfectar sus manos y la navaja. Al acceso del invernadero se desinfectan manos y calzado, se colocan cofia, cubrebocas, bata y overol, y también semanalmente se realizan aplicaciones al suelo para desinfectar líneas y pasillos; ahora si que tratamos de cerrar el circulo completamente, cuidando a nuestro personal, al cultivo, al medio ambiente y al consumidor”.
“Laboran 28 personas en todo el proyecto del pimiento, ubicando más o menos a 7 personas por hectárea, y como contamos con transportadores eléctricos, nos da la ventaja de poder reducir algo el personal necesario, siendo la meta para el próximo ciclo bajar un poco más esa cifra, pero cuidando siempre en no atrasarnos en las labores del cultivo. Aquí son tres tareas principales, las labores culturales, el monitoreo y la cosecha; ya aparte está el departamento de riego y drenaje quienes también realizan sus monitoreos respectivos”.
“Es mediante el agua suministrada a través del sistema de riego autónomo como se aplican todos los nutrientes que requiere el cultivo en el invernadero, los 16 elementos que demandan las plantas, divididos en 3 etapas, al inicio del cultivo donde lleva una receta específica para esa fase de crecimiento, en el transcurso natural del ciclo de desarrollo, y en la cosecha, tratando de balancear cada plan nutritivo conforme al período y según lo vayan requiriendo las plantas. Cabe señalar que también tenemos un sistema de recirculación del agua, por lo que aquellas cantidades que no ocupa la planta y se quedan en la canaleta, se regresan y almacenan en un tinaco, para otra vez volver a usarla en las plantas sacando un mayor provecho utilizando menos agua”.
“Diariamente se toman datos de riego y drenaje, y cada 15 días mandamos análisis de drenaje, que es donde nos basamos para tomar decisiones en el balance de las soluciones nutritivas. El software que tenemos está constantemente monitoreando la humedad y la temperatura, con el objetivo de determinar en que momento es cuando la planta ocupa más agua”.
“Las alteraciones de las plantas cultivadas en invernadero son causadas por diferentes agentes y disminuyen la calidad y rendimiento de los frutos, siendo que por sus condiciones climáticas y por la intensidad de producción a la que se somete, es un ambiente propicio para la aparición de plagas y enfermedades. Es así que en el pimiento las plagas más comunes son el picudo, la araña, el pulgón, paratriosa, mosca blanca y trips, principalmente; y en enfermedades están aquellas de origen fúngico, causadas por hongos como Fusarium, Botrytis cinérea, Phytophthora, Rhizoctonia, entre otros, virosis y de origen bacteriano como la marchitez o mancha bacteriana, entre otras”.
“Para contrarrestar el efecto negativo causado por dichos patógenos, tratamos siempre de emplear un enfoque orientado hacia la prevención, priorizando manejos biorracionales, mecánicos y culturales, implementando mucho trampeo, tratando de evitar con ello el uso de productos químicos, lo menos que sea posible, por lo que usamos muchos extractos naturales, de ajo y de soya principalmente, buscando así un control más amigable o benévolo tanto con el cultivo como con el medio ambiente y sobre todo para el consumidor”.
“Por otra parte cabe desatacar que en esta región contamos con condiciones agroclimáticas muy favorables para el desempeño de la agricultura protegida al igual que de la convencional, ya que por mencionar algún componente apropiado tenemos lo que es una muy buena cantidad de luz solar, lo que es muy benéfico en este caso para el pimiento, y aunque en invierno baja un poco por lo general siempre tenemos arriba de 900 watts, llegando a juntar hasta 1,800 joules, sobre todo en comparación a otras zonas donde andan por debajo de los 1,600; además también lo que son temperaturas y el agua de excelente calidad, baja en sodio y con un pH ideal para el desarrollo de las plantas”.
“Una vez que termina el ciclo del pimiento y para comenzar a preparar el siguiente cultivo, lo primero que hacemos es quitar la planta, le quitamos el agua para aligerarla al igual que el slab, después damos una limpieza de todo el residuo vegetal que se haya quedado tanto en la canaleta como en el suelo, lavamos la canaleta, e igualmente desinfectamos plásticos, ventanas, y ahora sí, ya que esta todo lavado y desinfectado metemos lo que es el slab nuevo y se le da otra desinfectada ya con el slab adentro, quedando así listo para recibir las nuevas plantas”.
Para finalizar, el Ing. Arteaga Bárcenas añadió; “en esta área de la producción son muchos los riegos que se corren, las plagas y enfermedades son una gran preocupación, porque día a día van evolucionando a la par que mejoran los agroquímicos, creando resistencias, por lo que es indispensable estar rotando formulaciones, además de tratar de emplear un control más biorracional, otro problema, es la inestabilidad de los precios, hay días con precios bajos otros que pueden ser altos, lo que dificulta la planeación y administración, pero ahora si que el reto para nosotros como técnicos creo que es sacarle el mayor provecho posible a la genética de cada variedad buscando hacer más rentable el cultivo para el inversionista, mediante una toma de decisiones acertadas e implementando la más avanzada tecnología de manera correcta”.
Fortaleciendo el intercambio de experiencias, el Ing. Flavio César Villegas Rivas coordinador general de producción de Agroindustrias Campo Real agregó; “el personal que opera en estos invernaderos tiene su propio acceso, llegan en su propio transporte, y aquí tienen prácticamente todos los servicios necesarios, como área de comedor, vestidor, baños, consultorio médico, tienda, etc., tratando de dar confort y seguridad ya que dentro de nuestra filosofía como empresa lo más importante es el recurso humano, sin el cual difícilmente lograríamos sacar adelante la producción, por lo que también se esta siempre motivando y capacitando para una mayor conciencia y eficiencia en las diferentes áreas de trabajo”.
“En estos invernaderos todo lo que viene siendo equipos de riego, son de tecnología holandesa al igual que calderas y sistemas de calefacción, toda la estructura es española, pero las tripas son mexicanas, asimismo es importante indicar que nosotros producimos nuestra propia energía eléctrica con gas natural que proviene de la línea que viene de Aguascalientes. Con todo ello, no queremos decir que este modelo sea el más rentable, quizá puedan existir invernaderos de mediana tecnología que alcancen resultados similares o mejores, hablando de inversión necesaria o de costo-beneficio; pero para nosotros el esquema en el que operamos, de alta tecnología con elevadas inversiones, ha presentado rendimientos bastante competitivos, recalcando que bajo este sistema necesitamos producir mucho y con una calidad suprema para que las utilidades caminen de forma positiva y ascendente”.
La agricultura de alta tecnología hoy tiene una gran posibilidad de encontrar a tiempo el camino correcto para una mejor toma de decisiones técnicas aplicadas al cultivo, maximizando con ello la productividad y la competitividad con mayor calidad.
Salvador Juárez / El Despertar del Campo