Verdor que deslumbra 2ª parte
Descrito en la primera parte de este reportaje como un cultivo capaz de producir mucho forraje de alta calidad, la alfalfa es un tema con un amplio abanico de información, razón por la cual se da seguimiento al desarrollo del contenido en esta su segunda entrega, a través del amable intercambio de experiencias vertido por el Señor Luis Fernando Sánchez, agricultor y ganadero, quien maneja una superficie de aproximadamente 9 hectáreas de alfalfa, establecidas en la unidad de producción llamada Rancho El Cacalote, ubicado junto al cerro de nombre similar, en suelos pertenecientes a la localidad de Colonia Plenitud del municipio de Fresnillo, la cual destina para el corte, deshidratado y empaque para su comercialización como forraje enfocado al ramo pecuario.
“Para empezar con este cultivo hasta cierto punto es alta la inversión necesaria, ya que para establecer una hectárea se requieren alrededor de 40 mil pesos, hablando solamente de lo que es la semilla y la cintilla, pero si lo dividimos en unos 5 años que es lo que dura el cultivo podemos ver que no es tan pesado, sobre todo si lo comparamos con unos chiles o unos jitomates que ahí son más elevados los costos de producción y se tienen que realizar ciclo tras ciclo, por lo que visto desde ese ángulo observamos que no es tan grande la inversión ni tan riesgosa como en otro tipo de cultivos, y afortunadamente sacamos los costos y nos está quedando algo de utilidad, bajo nuestras condiciones particulares, contando con la maquinaria necesaria para cortar, empacar y sacar el producto”; así lo señaló Fernando Sánchez.
“Para saber que la alfalfa ya esta lista para corte es mediante los días que tiene, que por lo regular es a los 28 días después del último corte, aunque también nos damos cuenta por la floración que va mostrando la planta, ya que cuando la flor se ve algo grande significa que la planta ya está fuerte. Hay quienes la cortan antes de que llegue a una buena maduración, pero eso para nosotros no es tan conveniente ya que no está bien maciza, sino que más bien se encuentra tierna, en ese estado se le podría dar más bien a las vacas, pero tierna para los caballos no es tan apropiado”.
“Para comenzar con la cosecha de la alfalfa lo primero es cortarla, después de que la cortamos o segamos, se deja unos cinco días en campo para que se deshidrate bien, esto obviamente dependiendo del clima, ya que si el sol esta fuerte se puede llegar a tardar menos y si esta nublado con poco sol se dilata un poco más; posteriormente, ya que está seca, la juntamos con un rastrillo realizando varias hileras, y ahora si de ahí metemos la empacadora que es la que la va recogiendo y compactando produciendo así lo que son las pacas de alrededor de los 25 kilogramos cada una, que es como nosotros las vendemos, aunque también se puede vender por kilos, pero a nosotros se nos ha facilitado más el venderlas por pacas. Ya de ahí las subimos al remolque y las llevamos al mercado, es por ello que decimos que mientras tengamos alfalfa cabe la posibilidad de que siempre vamos a traer dinero, cada mes vamos a poder estar vendiendo, y cuando son cultivos anuales como los chiles o los jitomates pues se cosecha y se vende solamente una vez al año”.
“Esta variedad de alfalfa que manejamos, la TG 1044 de Tech Ag, es de una hoja ancha muy buena, característica que es muy recomendable, ya que entre más hoja tenga es mucho mayor la calidad, además el palo es muy grueso lo cual también cuenta mucho”.
“La verdad es que en la alfalfa habitan miles de insectos, la prefieren a andar en otros cultivos, más aun en invierno que prácticamente no hay nada más verde, pero esto no es un problema que pueda llegar a ocasionar fuertes daños económicos, incluso nosotros no fumigamos contra plagas ni nada por el estilo, no metemos nada de químicos por arriba, pero si hay quienes aplican insecticidas, aunque en nuestro caso no lo vemos necesario porque los insectos que vemos que habitan en el cultivo conviven con él sin causar un daño que nos represente una seria perdida como productores”.
“Definitivamente si hablamos del campo en términos generales, podemos ver muchas necesidades, problemas y grandes limitantes, por ejemplo, uno de nuestros vecinos nos comentaba que el maíz anda muy barato, que lo están comprando a 5 pesos, y es ahí cuando nos preguntamos, qué podemos hacer con esos precios, por lo que sinceramente no hay precios justos para los productos del campo y los insumos externos cada día están más caros; mi papa siempre ha dicho que antes con un kilo de frijol compraba 2 o hasta 3 litros de diésel, y ahorita ya hay tiempos en los que no ajustamos ni uno. Otro problema que ha sido hasta cierto punto histórico es el claro abandono por parte del gobierno, donde desgraciadamente no hay ningún tipo de apoyo para el agricultor; quizá nosotros nos encontremos en una zona donde la situación productiva anda más o menos y sale por lo menos para seguir trabajando, pero hay partes donde deveras no tienen ni para mover el tractor, sin dinero ni recursos para sembrar”.
“Aunque cabe aclarar, que nosotros como agricultores no queremos que nos regalen, sino más bien que generen las condiciones propicias para poder trabajar en paz y dignamente, que nos faciliten el camino, que nos lo pavimenten y no que nos estén poniendo piedras cada vez más grandes sobre él”.
Para terminar, el Señor Fernando Sánchez agregó; “como anécdota, hace un tiempo planté jitomate el cual vendí o más bien distribuí a través de un intermediario, quien se lo llevo y aun es hora que no nos lo paga, pero ese mismo año sobre el hule de ese mismo jitomate que sacamos, un 4 de septiembre, decidí sembrar frijol, por lo cual muchos me tachaban de loco, pero un vecino me animo y me dijo que lo sembrara que él me prestaba la sembradora para hacerlo, y para no hacer el cuento largo, para el día 12 de diciembre de aquel año andábamos cortando ese frijol, que fue el que gracias a Dios me dio para poder darle a mis hijas su Navidad, porque del jitomate no nos quedo nada más que los gastos hechos”.
“Está experiencia, nos dejo en claro, que ha veces tiene uno que hacer cosas no tan comunes, tenemos que salirnos un poco de lo escrito y arriesgarnos si queremos ganar, explorar nuevos caminos para aprender y seguir creciendo, porque por ejemplo, también el año pasado, para el 5 de agosto me dio por sembrar maíz, y mi mismo papa me dijo que porque lo sembraba si ya no era temporada, pero para esas fechas llovió mucho y nuevamente gracias a Dios se nos alcanzaron a dar los elotes y estuvimos comiendo en el mes de diciembre, incluso venían los vecinos y me pedían permiso para agarrar elotes. Por eso a veces uno tiene que hacer cosas que ya no van, que incluso la misma desesperación es la que nos empuja a realizarlas, pero que con mucha fe al final de cuentas nos terminan sorprendiendo y dándonos los buenos resultados que buscábamos, encontrando así mejores técnicas, por lo que para nosotros es bastante bueno el tratar de experimentar, probar una cosa y otra, quizá no en toda la superficie pero si en un cachito, porque no sabemos si resulte y, como lo dije, terminemos sorprendidos para bien”.