Con el sabor del campo
Agrícola La Ponderosa es una empresa dedicada principalmente a la producción y comercialización de ajo bajo diferentes presentaciones como son el ajo pelado, ajo negro, ajos japones, así como el ajo entero blanco y morado en diferentes calibres, entre otros, situada en uno de los puntos de producción estratégicos del país, como son los suelos fértiles del municipio de Irapuato, Guanajuato.
“Manejamos lo que es el ajo pelado en botes de plástico de 280 gramos y 2.267 kilos, y en bolsa plástica de 5 libras, así como en arpillas de 20 kilogramos, especial para restauranteros, comedores industriales y amas de casa, producto que tiene una vida de anaquel de hasta 60 días, procesado mediante una maquina peladora para posteriormente empacarlo al vacío, el ajo japones que realmente tenemos poco tratando de introducirlo al mercado local, y lo que es el ajo negro que no es que así sea el cultivo, sino que toma ese color después de un proceso de fermentación que nosotros le aplicamos, dándole así valor agregado al producto para una mejor comercialización, siendo esta una técnica muy innovadora y que le ha gustado bastante a la gente, su fermentado se lleva alrededor de 30 días bajo ciertas condiciones de calor y humedad, lo que le da un color y una textura diferente con un exquisito sabor, además de potenciar sus cualidades nutraceúticas naturales siendo un excelente antioxidante, energizante, incrementa las defensas, antibiótico y antiséptico, previene la diabetes, y reduce el colesterol, entre otras”; así lo compartió Juan Carlos Rea, agricultor y comercializador de ajo, líder deAgrícola La Ponderosa.
“Las variedades que producimos de ajo son, en morado Tacatzcuaro, y en blanco la semilla se llama Australiana. Sin duda el cultivo de ajo es unos de los más costoso y laboriosos, tanto su siembra como su cosecha todo es manual por lo que se requiere de contratar una alta cantidad de personal para poder trabajarlo, requiere además de la aplicación de herbicidas para el control de malezas, entre otros agroquímicos para prevenir hongos causantes de enfermedades así como insectos plaga, y algo muy importante que es la nutrición o fertilización, pero sobre todo donde se genera un mayor gasto es en la cosecha, que consiste en sacar el ajo de la tierra deshidratarlo en campo para posteriormente mocharlo, y así poder venderlo sino al consumidor final, si a un intermediario; nosotros de la producción que sacamos dejamos una parte como semilla para su siembra en próximas temporadas y lo demás se vende en fresco ya sea empacado en arpilla o en cajas de cartón, pero dejamos los tamaños 6 y 7 para realizar nuestro proceso de ajo pelado, siendo que por lo general los bulbos chicos son más difícil de comercializarse y lo compran más barato, por lo que nosotros mejor optamos en darle ese valor agregado, pelándolo y empacándolo en diferentes presentaciones”.
“La cosecha de ajo en Guanajuato comienza a finales de febrero, principios de marzo, lo que hasta cierto punto da un buen precio a nuestro producto, ya que después, de los últimos de abril a mayo comienzan las cosechas en Zacatecas, estado líder en la producción de esta hortaliza, lo que obviamente provoca que nuestros precios se bajen. La verdad es que cuando la cosecha de Zacatecas entra al mercado, el precio del ajo de las demás zonas productoras del país se cae, además de que su superficie y volumen son bastante grandes; en Guanajuato a lo mucho metemos 4 hilos de plantas y llegamos a rendimientos de 10 a 11 toneladas por hectárea, hablando de los productores más fuertes que son muy pocos, porque hay quienes traen de 5 a 6 toneladas sembrando en pequeñas superficies, mientras que en Zacatecas, hay productores que siembran más de 100 hectáreas y alcanzan rendimientos de alrededor de las 30 toneladas por hectárea, claro que esto se da gracias a las condiciones propicias con las que cuenta dicha entidad para la producción de ajo, como es un clima templado con horas frío en invierno y grados cálidos en primavera, así como buenas tierras y buena agua”.
Para finalizar, Juan Carlos agregó; “la mayoría de los productores guanajuatenses hacen la lucha por buscar buenos precios para su producto de campo y sino tratan de darle un valor agregado, por lo que como lo comenté, en nuestro caso cuando hay ajos pequeños, calibres del 4 al 7 más o menos, optamos por mejor desgranarlos y venderlo como ajo pelado, aunque hay agricultores que no tienen acceso a este proceso, por lo que se acercan a nosotros, les compramos su ajo y le damos ese valor extra, y así no se les queda su producto en el campo”.
www.productoslaponderosa.com