Desempeño con arraigo 5ª parte
“El chile Yahualica lo hemos plantado por temporadas, en algunas lo hemos dejado de manejar por cuestiones económicas y de una complicada e imparcial comercialización, no obstante estamos tratando de retomar de nueva cuenta su producción pero desafortunadamente seguimos viendo un panorama muy incierto e incosteable, dadas las inestables condiciones de los mercados y los frágiles rendimientos”; así lo señaló el Sr. Salvador Muñoz Mercado, productor de chile Yahualica, con más de 60 años de experiencia dentro del ramo agrícola y alrededor de 50 manejando chiles, originario del municipio de Nochistlán de Mejía, Zacatecas, quien planta en promedio entre 4 o 5 hectáreas de dicho cultivo, los últimos 10 años establecido en suelos pertenecientes a la unidad de producción denominada Rancho El Álamo de la misma demarcación.
“El ciclo pasado fue el primero que intentamos regar a través de la cintilla en una parte de la superficie, en otra seguimos regando con agua rodada, por lo que si podemos ver que con el sistema de goteo se ahorra tiempo, trabajo y por supuesto agua, además de que se batalla menos”.
“En cuestión de plagas y enfermedades, la verdad es que siempre están al día, por ello generalmente necesitamos prevenir con tiempo; tenemos el llamado barrenillo, también está el tizón, la cenicilla y la secadera principalmente, las cuales hemos visto que si no se combaten eficientemente se van los rendimientos para atrás, a razón de que muchas de las veces no sabemos que es lo que tenemos que aplicar sobre todo por falta de una buena asesoría”.
“La cosecha la iniciamos más o menos en los primeros de agosto, pero la siembra de los almácigos es desde diciembre para empezar a trasplantar a principios de marzo. Ya maduro el chile le podemos dar hasta 3 cortes por temporada, y dependiendo de las condiciones de la planta, de la calidad del suelo, y de la atención que se le ponga es lo que rinde, a veces ganamos pero muchas otras salimos perdiendo; lo máximo que hemos podido cosechar es una tonelada y media por hectárea de chile seco”.
Por otra parte, el Sr. Leandro Yáñez Legaspi, productor de chile Yahualica también originario de Nochistlán, Zacatecas, agregó; “el proceso de secado o deshidratado del fruto es totalmente natural, a través de su exposición directa al sol sobre un plástico o hule, cuidando siempre en no revolver la pizca de un día con la de otro, ya que el que se cortó más reciente lógicamente estará más verde o fresco, por lo que puede venir muy aguanoso y si lo mezclamos con otros cortes los puede dañar inclusive hasta se puede podrir, ese es uno de los muchos aspectos que tenemos que cuidar al recoger la cosecha”.
“Del campo el chile llega fresco en costales, de ahí se vacía en el área donde se secara, y dependiendo de lo grueso que sea extendido será el tiempo que tardara en deshidratarse, pero en promedio podemos hablar de 6 a 7 días para que llegue a un buen término, ya seco, de ahí pasamos al empaque”.
“En esos días que tarda en deshidratarse, se debe de estar tapando por la tarde, por lo que prácticamente los hacemos un bulto y al día siguiente los volvemos a extender, removiéndolos por si quedaron chiles abajo tratar de que ahora queden arriba para que el secado sea parejo. Tiempo atrás secábamos en azoteas, sin plástico, por lo que el chile no se movía para juntarse, por ello teníamos que usar un yelmo, que es un tubo con picos, con el cual a medio día volteábamos el producto para que se asoleara uniformemente; pero ahora con la técnica del plástico, al apilarlo y al extenderlo a diario prácticamente solos se van removiendo, de ahí es de donde creemos que vienen agarrando un buen color, evitando con ello que se hagan pintos lo que ya sería otra calidad, otro precio y para nosotros como productores representaría pérdidas”.
Cultivo que en su naturaleza de campo toman cuerpo y forma los rasgos y los valores que definen su entorno y que generan pasión y vocación en el productor.
Espera la 6ª parte de este reportaje, en próximas ediciones…