Crisis de la leche

Estos tiempos se han vuelto críticos para el sector de productores lácteos en Aguascalientes, quienes, además de la baja en ventas que anualmente atraviesan en la temporada de semana santa, en este año la situación se agrava con la suma de complicaciones que han derivado de las acciones del gobierno federal y que han acarreado en la protesta radical con el fin de encontrar soluciones.

Pero este problema no es contemporáneo, sino el resultado y culmen de una serie de situaciones e inconformidad que llevan años gestándose en el campo, y que hoy, por fin, explotan ante la insostenibilidad de una situación que parece no tener fin.

Antecedentes. Hablar del tema de los lácteos es hablar de un producto delicado en el que el productor entra en una suerte de ruleta rusa y cuya producción, resguardo y venta son siempre un negocio a contra reloj. Las pérdidas suelen ser variables y con suerte y buena gestión se puede lograr vender buena cantidad del volumen producido.

Pero desde hace años el mismo gremio vive una paradoja donde un producto tan básico como la leche ha parecido no tener compradores, a pesar de que el volumen en los estantes de distribución se mantiene igual.

A este panorama suma la presión de sacar un producto perecedero y al regateo de los grandes compradores en una tarifa que, en años pasados, parecían soportables; ahora se han vuelto irrisorios y casi rayando en el regalo.

El problema. En 2019, México se convirtió en el principal importador de leche en polvo durante la nueva administración federal, esto con el fin de solventar la demanda del producto en varios programas y bajo la promesa que con ello bajaría el precio de la leche al público. Esto permitió que este producto entrara al país de forma descomunal y sin una regulación clara, importando poco la calidad y los temas de control sanitario.

Aguascalientes, al ser parte de la segunda región nacional en producción de leche, recibe el duro golpe que esto ha significado. En palabras del presidente de la Unión Ganadera Regional de Aguascalientes (UGRA), Juan Pablo Franco Díaz, expone como la promesa del Ejecutivo de la República de hacer llegar los productos lácteos a un menor precio ha quedado solo en palabras; que lo que en realidad bajó fue el precio para el productor al momento de ofertar su producto, pues al público, el precio de la leche en los comercios sigue siendo el mismo.

Coincidiendo con el ingreso de la leche en polvo, las empresas que antaño compraran leche a productores de la región han comenzado a realizar movimientos arbitrarios respecto a la adquisición de esta; “de un día para otra te dicen, ya no te voy a recibir la leche, a lo mejor mañana ya no te la recibo” … “te voy a poner un cupo, si me entregas 10 mil litros al día, ya nada más te voy a recibir 6 mil”, asevera el presidente de la UGRA.

Eso sin contar que las mismas empresas plantean los pagos a su propia tarifa, sin dar oportunidad de réplica al productor. Anteriormente, el litro de leche se podía posicionar en 10$, ahora, las empresas ofrecen cifras de entre 7.50$ hasta 3.5$, siendo una baja de hasta 63% menos en la ganancia que perciben los lecheros.

Además del tema económico, el presidente de la UGRA, en representación del gremio, comenta la preocupación en el tema sanitario, ya que la leche en polvo suele contar con añadido de almidón y el suero lácteo en su etapa seca termina teniendo propiedades derivadas del plástico. Algunos agregados con grasa vegetal. “¿Qué le estamos dando a nuestros hijos? … No hay ningún arancel, ningún certificado de calidad en el cual la leche pueda ser verificada de que es 100% leche pura. Y aparte de ser leche pura, que no venga contaminada”.

La protesta. El pasado 10 de marzo, productores de leche, en clara protesta por este tema, derramaron cientos de litros de leche en un río local de El Llano, a manera de crear conciencia de la crisis que vive el sector. Siendo el desperdicio de esta un ejemplo vivo de la falta de compradores que quieran adquirir sus productos, teniendo bajas de entre 10 y 20% en sus ingresos.

La incapacidad de almacenar la leche en los establos ha orillado a los desesperados productores a regalarla a la población o a comunidades de bajos recursos para evitar su deshecho.

Hoy día, la unión y los productores del gremio se muestran abiertos a entablar una mesa de diálogo para hacer frente al tema. En respuesta inmediata al tema, el gobierno del estado acordó la creación de programas sociales para evitar el desperdicio.

Entre los primeros frutos, se anunció la compra de 50 mil litros de leche adicionales por parte de Liconsa, así como la creación de un programa de venta subsidiada en colonias populares. Y de forma más importante, el freno de importación de leche en polvo para lo que resta del año.

La respuesta parece satisfactoria a corto plazo, mientras tanto, los productores y demás involucrados permanecen atentos para lograr una estabilidad duradera a un problema que viene rezagado desde hace varios años.

Bryan Pichardo Gallegos / El Despertar del Campo

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