AGOSTO 2018

Los sistemas alimentarios y agrícolas satisfacen una amplia gama de funciones vitales para el bienestar de la humanidad. Como parte del corazón de la seguridad alimentaria, se espera que proporcionen la oferta adecuada y confiable de comida nutritiva, saludable y segura; también son indispensables para los medios de subsistencia de miles de millones de personas, inclusive de muchos de los más pobres, al proporcionar empleo e ingreso directos y contribuir a un desarrollo económico rural y general.

Por ello la agricultura en México es más que un sector productivo importante. Más allá de su participación en el PIB nacional, sus múltiples funciones en el desarrollo económico, social y ambiental determinan que su incidencia en el progreso es mucho mayor a lo que dicho indicador implicaría; prácticamente toda la producción de alimentos se origina en el campo, de manera que la oferta sectorial, tanto interna como externa, es fundamental para la seguridad alimentaria, e incide en el costo de vida y en el ingreso real del conjunto de la población.

La erradicación de la pobreza representa, sin duda, una prioridad nacional y en esa lucha el desarrollo agrícola y rural tiene un papel preponderante. Sin embargo, la estabilidad y confiabilidad de la oferta de alimentos están en riesgo en una amplia gama de regiones geográficas y zonas climáticas, debido sobre todo a los efectos del cambio climático; al reconocer tal vulnerabilidad de los sistemas de producción se tendrán que tomar medidas y acciones para adaptarse lo mejor posible a dichas condiciones adversas y contribuir de forma activa en los esfuerzos de mitigación.

Estas perspectivas también confirman el creciente papel del comercio en la seguridad alimentaria, pues la oferta y la demanda de alimentos cada vez se dispersa más geográficamente, por lo que revisten vital importancia las relaciones comerciales confiables entre países dependientes de importaciones y sus proveedores.

No obstante, en términos generales se espera una mejor disponibilidad de alimentos y su acceso a ellos, pero para que el campo satisfaga su creciente demanda, así como de forrajes y materias primas, se requiere un significativo crecimiento en la producción. Esta expansión tendrá que darse en condiciones de decreciente disponibilidad de tierras y agua en muchas regiones, por lo que es claro que la mayor parte del crecimiento tendrá que provenir de una aumentada eficiencia en la producción agrícola, pero también de mejoras en la cadena de valor.

Por ello la unidad entre productores, industria e instituciones es clave en el fortalecimiento de políticas públicas y programas integrales enfocados al impulso de esquemas de innovación, modernización, capacitación e inclusión de jóvenes, para lograr la construcción de un campo más productivo y competitivo.

Agradecemos su atención, y lo exhortamos para que nos comparta sus comentarios, tratando con ello de fomentar en conjunto, una mayor pasión por el campo.

El Despertar del Campo, La Nueva Visión Del Agro…

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