Chile diferenciado con significativo valor 4ª parte

Descrito como un fruto emblemático que se proyecta como un legítimo icono de orgullo, el Chile Yahualica es un cultivo con un extenso abanico de información, condición por la cual se da seguimiento al tema en esta su tercera entrega a través del intercambio de experiencias generado por productores con un amplio trayecto dentro del sector.

“El problema más grave siempre ha sido la comercialización, siendo que vendemos prácticamente en la parcela, aún no hemos logrado organizarnos como productores para nosotros mismos poder incursionar en los demás eslabones de la cadena de valor, la venta es local, vienen compradores de Yahualica, de Aguascalientes, de Guadalajara, incluso los propios intermediarios de la zona se encargan de desplazar el producto en los diferentes mercados, por lo que desgraciadamente como agricultores siempre nos hemos quedado a vender localmente al mejor postor, sin buscar ese plus de dar valor agregado o colocar de forma más directa nuestra oferta con la demanda de los consumidores”; así lo precisó el Ing. José Francisco Solís Saldívar, productor de Chile Yahualica y líder de la Sociedad de Producción Rural denominada Chile de Árbol de Nochistlán.

“Tenemos que tener en cuenta la gran inestabilidad del mercado con altibajos constantes, lo que ha originado que tengamos buenos años pero también muy malos, como por ejemplo en 2016 ciclo en el que no sacamos ni siquiera los costos de producción, con precios del chile de entre los 50 y los 60 pesos, sumado a ello un temporal errático con presencia de plagas y enfermedades que demeritaron el rendimiento, lo que finalmente nos resultó en grandes pérdidas. Definitivamente para que el cultivo sea rentable tenemos que incrementar nuestros rendimientos, producir más con menos, y se tiene que continuar buscando precios justos, el valor comercial del Chile de Árbol Yahualica debe estar por arriba de los 100 pesos por kilogramo, realmente no podemos estarlo vendiendo a menos de $100, cuando nuestros costos rondan los 70 a 80 pesos por kilo, perfilándolo así como un negocio rentable, de otra forma no es conveniente para ningún productor más aun con el incesante incremento en todos los insumos necesarios”.

Asimismo, el Sr. Leandro Yáñez Legaspi, productor de Chile Yahualica originario de Nochistlán, Zacatecas, agregó; “una vez que la gente corta o cosecha, sigue el secado, proceso que nosotros realizamos de igual forma manualmente, en la azotea o en el campo pero sobre un plástico para un deshidratado natural por acción de los rayos directos del sol, de ahí más que nada son intermediarios los que vienen y nos compran el producto, empacado en costales de 7 a 10 kilos”.

“Al recoger la cosecha, se tiene que tener cuidado de no piscar el chile en un estado muy aguanoso o muy verde, porque se puede llegar a podrir ya en el secado. El chile para su deshidratación llega fresco en costales, los cuales se van vaciando y extendido uniformemente sobre el hule, y dependiendo del grosor en que sea dispersado será el tiempo en que tarde en secarse, pero por lo general es de 6 a7 días con condiciones de clima soleado”.

“Por las tardes, antes de anochecer, se tapa con el mismo plástico de tal forma que prácticamente hacemos un bulto, al día siguiente se vuelve a extender y se remueven por si quedaron algunos abajo tratar de que ahora queden arriba para que el secado sea parejo, esta labor se realiza a diario, se apilan y se extienden hasta que su deshidratado es el conveniente, si llueve para que no se mojen, y sino de cualquier forma están expulsando la humedad en forma de vapor por lo que se tienen que estar removiendo; es precisamente este sistema o método el que creemos que les viene dando un buen color, porque si no se pintean o merman sus características organolépticas”.

“Aquí usamos nada más dos calidades, primera y segunda; los primeras son chiles bien rojos y secos, y en los segundas ya entran los manchados o descoloridos, que vienen siendo de un tono entre anaranjado y blanco, obviamente cada uno tiene un valor comercial bastante diferente”.

Para finalizar, el Sr. Yáñez Legaspi señaló; “la etapa de selección, es donde apartamos el chile de primera y el de segunda, para poder empacar lo que es el bueno sin importar si va con cabo o sin él, y lo que es pinto, para una mejor y fácil comercialización, en el empaque se usan costales de plástico, sin más nada en especial, ya que el comprador así lo requiere y es así como lo recoge, y son precisamente ellos mismos quienes por lo general nos están buscando para comprarnos el producto o si alguien tiene ya el contacto con algún comerciante se lo lleva directamente, y por último el pago al productor comúnmente se realiza en efectivo al momento del intercambio de la mercancía”.

Símbolo representativo de laboriosidad, consolidado como un elemento básico plasmado en infinidad de artículos y platillos de la gastronomía mexicana, lo que permite difundir su procedencia y lo diferencia como una especie endémica de la región.

Espera la 5ª parte de este reportaje, en próximas ediciones…

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