Raíz del florecimiento

Desde su domesticación el maíz se ha constituido como base de la alimentación mundial, tornándose paulatinamente en un producto estratégico de desarrollo, concepto que a su vez lo ha llevado a mayores niveles de perfeccionamiento y especialización dentro del ámbito agronómico, con significativos avances genéticos e importantes mejoras en las prácticas y sistemas de producción, transformado con ello al cultivo en uno más estable y productivo, con fuertes vínculos ancestrales.

Asimismo, en el ámbito nacional esta gramínea representa un bien agroalimentario primordial, con un alto valor nutricional, base para la elaboración de una extensa gama de comestibles, e indispensable en el desempeño de actividades pecuarias. Conforme a su uso es posible mencionar dos vertientes generales, maíz para la obtención de forraje o para la producción de grano; la importancia del primero radica en que provee un alto rendimiento de materia seca en comparación con cualquier otro cultivo en el mismo ciclo de producción, constituyendo así una valiosa fuente de nutrientes que mantiene la salud del ganado, además, el ensilaje proporciona fibra de alta digestibilidad y almidón lo cual es un considerable cúmulo de energía para la producción de leche y carne, como referencia cabe mencionar que hace un par de años en el país se sembraron alrededor de 591 mil hectáreas de maíz para forraje, de esa superficie, 189 mil hectáreas se establecieron en la modalidad de riego con un rendimiento promedio de 44.9 toneladas por hectárea; y por otra parte, la trascendencia del maíz destinado a la producción de grano estriba simplemente en ser la base alimenticia de la población, de esta forma México ocupa el séptimo lugar en el escalafón internacional con 27.4 millones de toneladas de grano, donde por ejemplo en 2017 la superficie sembrada para dicha finalidad fue de 7.54 millones de hectáreas, de las cuales 5.94 millones se establecieron en condiciones de temporal y 1.6 millones bajo la modalidad de riego, cuyos rendimientos resultaron de 2.5 y 8.4 toneladas de grano por hectárea respectivamente, en este mismo renglón se pueden distinguir 2 clases diferentes, el grano blanco y el amarillo, el primero representa el 92% de la superficie sembrada y se destina principalmente al consumo humano, y el segundo ocupa el 8% restante del terreno sembrado básicamente dirigido para uso pecuario, satisfaciendo con ello solamente el 24% del requerimiento nacional, por lo que el remanente es importado en su mayoría del país vecino del norte.

“Actualmente en el mercado nacional existe un amplio portafolio de híbridos de maíz cuyas propiedades genéticas sobresalen respecto a sanidad, vigor y potencial productivo, por ello un componente crítico a considerar dentro del sistema de cultivo, es la selección del mejor material para su siembra, lo que hasta cierto punto determina el rendimiento y la calidad del forraje o grano, por ello desde hace algunos años nos hemos dado a la tarea de valorar diferentes variedades comerciales establecidas dentro de un auténtico escaparte productivo, con el objetivo de precisar tanto fortalezas como debilidades y transferirlas al agricultor como base para el desarrollo y adopción de instrumentos tecnológicos eficientes, resultado de la investigación e innovación, labor que afortunadamente se continua realizando con la intención de promover una mejor genética con mayores capacidades y resistencias, lo que incremente la confianza del productor asegurándole una buena cosecha, aun a pesar de las condiciones cada vez más inestables y adversas del clima, sustentados sobre una estrecha ilación entre la experiencia y la tecnología, lo que a final de cuentas nos permita ser más resilientes frente a situaciones de estrés ocasionado por los inauditos cambios que hoy la agricultura moderna y el planeta imponen”; así lo determinó la Dra. Dolores Briones Reyes, investigadora del Inifap en el Programa de Maíz del Campo Experimental Pabellón de Arteaga, Aguascalientes, encargada de las evaluaciones del cultivo y manejo de la vitrina tecnológica, útil plataforma de estudio dentro de la cual se estableció en el ciclo primavera-verano 2019 un versátil catálogo de 24 híbridos comerciales con características sobresalientes en la producción de grano y forraje, los que estarán siendo valuados con la intención de definir el rendimiento y la calidad nutricional en el caso del forraje, así como la sanidad y el potencial de producción de grano, precisando que dichos materiales sembrados fueron los mejor calificados en el ensayo de investigación realizado en el ciclo p-v 2018, en el que ha grandes rasgos se ponderaron 64 híbridos de maíz para forraje de diferentes compañías, y 36 híbridos de maíz para grano, bajo condiciones de manejo y ambientales análogas, caracterizadas por un clima semiseco templado, con una altitud de 1,920 metros sobre el nivel del mar, destacando variedades como P3026W, ALS-888, SAMURAI, P3265W, XM7624, TGX8960W, B3732 Y B3706, las cuales presentaron rendimientos superiores a las 29.7 toneladas de forraje seco por hectárea, que corresponden a cerca de las 85 toneladas por hectárea en peso fresco, en su mayoría definidos por una gran sanidad y un excelente aspecto de planta y elote, siendo el más precoz el P3026W con 72 días a floración, y el más tardío el ALS-888  con 82 días, asimismo, con respecto a la calidad del forraje sobresalieron por su mayor cantidad de leche por tonelada de materia seca, el P3026W, P3265W, SAMURAI, B3732, B3706, XR60, TGX8960W, XR49, P3260W, VALA87, RS7011, COBRE y NB21, la mayoría de estos también con un alto contenido de carbohidratos no fibrosos y almidón, y una alta digestibilidad de la fibra detergente neutro, además en el parámetro de producción de leche por hectárea despuntaron los híbridos P3260W, P3265W, SAMURAI, B3732, B3706, XR60, TGX8960W y ALS-888, con rendimientos estimados superiores a las 31.4 toneladas por hectárea.

Dentro del segmento de maíz para la producción grano los híbridos XM7624, P3260W, SAMURAI, B3732 y TG957W, conformaron el grupo estadísticamente superior, con rendimientos que fluctuaron entre las 16.4 y las 17.7 toneladas por hectárea, los cuales adicionalmente fueron más tolerantes al acame de tallo, tuvieron menor incidencia de Fusarium y pudrición de mazorcas y mejor calificación de planta y fruto; además, se presentó otro grupo de materiales que aunque no estuvieron dentro del rango superior, también mostraron un alto potencial productivo, como el TGX8960W, NB722, B3706, P3026W, P3265W, B3650, XR60 y XR49. Todas estas variedades presentaron entre 74 y 77 días a floración y son considerados como intermedio precoces, de esa forma requieren de un menor consumo de agua de riego.

Dicho módulo de investigación se estableció bajo condiciones de riego por cintilla utilizando un diseño experimental en bloques completos al azar con cuatro repeticiones; las unidades de prueba fueron 4 surcos de 0.76 metros de ancho por 5.0 metros de largo, considerándose los 2 surcos centrales como parcela útil. La siembra ocurrió el 18 de mayo de 2018 y se realizó de forma mecanizada tirando 30% más de semillas para asegurar la población deseada, posteriormente a los 20 días después de la siembra se realizó un aclareo para obtener una densidad aproximada de 85,000 plantas por hectárea.

La fertilización fue 280-100-00 (N-P-K, respectivamente), más 20 kilogramos de una mezcla de elementos menores. Al momento de la siembra se aplicaron 100 unidades de nitrógeno, todo el fósforo y los elementos menores; el resto del nitrógeno se aplicó a través del sistema de riego distribuido de forma semanal. Después de la siembra, se aplicó herbicida postemergente Callixto® Xtra a razón de 3.0 litros por hectárea; para el control de plagas, se realizaron dos aplicaciones de insecticida, Palgus® y Coragen®, para el control del gusano cogollero, una aplicación de Muralla Max® para control del picudo, y una más de Abakrone® para control de araña roja.

Los riegos se aplicaron de forma semanal conforme a las necesidades hídricas del cultivo y se suministró un total de 475 milímetros de agua en el riego; adicionalmente, se registraron 459 milímetros de precipitación durante el ciclo del cultivo que se distribuyeron en 34, 207, 60, 105 y 53 milímetros en los meses de mayo, junio, julio, agosto y septiembre, respectivamente. Tales datos a grandes rasgos forman parte del procedimiento bajo el cual se realizó el experimento de evaluación de maíces dentro del ciclo 2018, a través del cual se seleccionaron los mejores 24 híbridos, entre ellos los anteriormente mencionados, tanto en la modalidad de forraje así como para grano con características superiores, para ser sembrados dentro de la vitrina tecnológica establecida en el reciente ciclo p-v 2019.

En ese sentido, la Dra. Dolores Briones prosiguió especificando que la dimensión de dicha parcela demostrativa de maíz 2019 contó con una superficie de 5 hectáreas, “irrigadas mediante 2 diferentes tipos de sistemas de riego, uno, el subsuperficial con una cintilla enterrada a 30 centímetros de profundidad, y el otro, el superficial o normal con la cintilla a ras de suelo, bajo un diseño de siembra en hilera sencilla, con surcos a 75 centímetros, para una densidad de población aproximada de 85 mil plantas por hectárea”.

“La siembra se realizó el día 30 de mayo de 2019, y las floraciones sucedieron entre los 65 y 70 días después de la siembra, aunque este año se nos adelantaron un poco por el calor, pero en general los materiales dispuestos son más intermedios que precoces. Entre los híbridos sembrados como ya se mencionó tenemos a los que mejores características expresaron en el 2018, que solo por reiterar algunos de los más sobresalientes está el P3260W el cual alcanzó un rendimiento de 94.2 toneladas de forraje verde por hectárea y 26.2 toneladas de forraje en seco, el P3026W que llegó a 90.9 toneladas de forraje verde y 34.1 en seco, ALS-888 con 93 toneladas de forraje verde y 31.5 de forraje en seco, y SAMURAI con 83.5 en verde y en forraje seco 31.2 toneladas, además de aquellos medidos para grano como el XM7624 que logró un rendimiento de 17.7 toneladas de grano por hectárea, el P3260W con 17.3 toneladas, así como las 16.9 toneladas de SAMURAI, y B3732 que obtuvo 16.6 toneladas de grano por hectárea, observando con esto que también existen excelentes materiales de doble propósito”.

“En base a dicha referencia, para el presente ciclo en términos generales esperamos rendimientos sobresalientes en forraje, los cuales se estiman arriba de las 80 toneladas en verde por hectárea, de muy buena calidad, lo que se traduce en bajo porcentaje de fibras y alta digestibilidad, además de una mayor energía, lo que permite la posibilidad de lograr mayores niveles productivos tanto de leche como de carne. Y en producción de grano seco ronda de las 15 a las 17 toneladas por hectárea, sin distinguir entre blancos y amarillos”.

“Para sembrar estos materiales dentro de la reciente vitrina tecnológica, lo primero fue preparar bien el suelo, tratando de que la cama de siembra presente las condiciones óptimas, por lo que en el caso donde lleva la cintilla subsuperficial solo se realizaron 2 pasos con rastra para no dañar la cinta, y en el caso de la superficial se puede trabajar un poco más el terreno, efectuando así un subsuelo, volteo y sus respectivos pasos con rastra. De ahí la fertilización fue básicamente la misma que en 2018, bajo una dosis general de 280-100-00, más una mezcla de elementos menores, 2 aplicaciones vía foliar, con la precisión que de fondo se suministraron 100 unidades de nitrógeno y las 100 de fósforo, ya en el transcurso del ciclo se introdujeron las 180 unidades restantes de nitrógeno”.

“Dentro del tema del manejo eficiente del agua, contamos con un programa que nos determina o nos indica la lámina de riego que debemos aplicar de acuerdo a la temperatura, las probabilidades de precipitación y los requerimientos propios del cultivo respecto de la etapa fenológica en la que se encuentra; cabe señalar que desafortunadamente en el ciclo no llovió lo que esperábamos, sin embargo, como todo está en la modalidad de riego, necesariamente se optó por aplicar una mayor cantidad de agua mediante el sistema de goteo tratando de compensar con ello la falta de lluvia. De esa forma, a grandes rasgos regamos casi cada tercer día por un lapso de 3 horas, lógicamente conforme a cómo va avanzando el cultivo, ya que si vemos que éste requiere más, le incrementamos a 4 o 5 horas, hasta 6 a 7 horas de riego por tabla”.

“Otro componente esencial, es la protección correcta del cultivo ante posibles agentes fitopatógenos; en ese sentido para el control de la plaga más predominante que es el gusano cogollero realizamos 2 aplicaciones de insecticida especifico, además tuvimos la presencia de araña roja por lo que también fue necesaria la aplicación de otro insecticida, afortunadamente esos fueron todos los problemas en cuestión de plagas que se presentaron, asimismo, en el renglón de enfermedades, la pudrición de tallo por Fusarium, es una preocupación recurrente, aunque en esta vitrina afortunadamente no se observó dicha alteración, dado que solo han pasado hasta aquí los materiales más tolerantes o resistentes, quedando fuera los maíces más propensos o que en la evaluación previa del año pasado se enfermaron”.

“Sin duda la maleza compite con el cultivo por nutrientes, agua y espacio, lo que define el gran interés por controlarla evitando daños que demeriten el rendimiento y la calidad del producto, por ello el uso de algún herbicida preemergente el cual suprima la maleza protegiendo así al cultivo aproximadamente durante los primeros 30 días, de ahí es necesario aplicar en postemergencia de acuerdo a la cantidad de maleza presente, y si hay alguna especie en específico con mayor predominancia tenemos que buscar un herbicida selectivo capaz de controlarla efectivamente”.

Por último, la Dra. Briones Reyes añadió; “los riesgos en la agricultura cada día son mayores, por ello la necesidad de apoyarnos en una correcta asistencia técnica que nos empuje a afrontar con fortaleza las limitantes que se van presentando a lo largo del cultivo, soportados por herramientas y componentes de probada eficiencia, como materiales genéticos avanzados, reconociendo que aunque actualmente en el mercado existen muchos, no todos ofrecen lo que necesitamos, de ahí la importancia en una mayor atención para la elección del mejor híbrido, el cual se adecue acertadamente a nuestras condiciones particulares, expresando así un rendimiento y una calidad sobresaliente, siempre teniendo presente el factor de resistencia a enfermedades, ya que si éste no es bueno se puede poner en peligro a toda la producción”.

Definitivamente, hoy en día, para la obtención de altos rendimientos en maíz, es importante la utilización de genética superior y vanguardista, la cual posee genes y cualidades únicas que liberan la expresión de máximos resultados conforme a una conducción agronómica apropiada, bajo la integración de paquetes tecnológicos eficientes, con esquemas de siembra precisos, nutrición y riego focalizado, así como un control integral de plagas y enfermedades.

Los grandes retos que la modernidad impone apremian a una permanente búsqueda de oportunidades y alternativas sustentables basadas en una cordial ilación entre la experiencia y la tecnología, lo que permita mantener, fortalecer y potenciar la productividad y la competitividad.
FÉRTIL VITRINA TECNOLÓGICA

 

Salvador Juárez / El Despertar del Campo

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