Ramo deslumbrante

Placenteramente la fruticultura nos brinda panoramas alucinantes de gran belleza, sobre todo, en la temporada de floración, estación reluciente y fascinante en la que se puede gozar de un color y un aroma incomparable, el cual inunda satisfactoriamente los campos de producción, transformándolos en un extraordinario espectáculo natural colmado de paisajes radiantes, dignos de las más hermosas de las postales; además de dicho esplendor, este ramo detenta una importancia capital desde el punto de vista económico y social, tanto por la derrama de recursos que genera, así como por el tipo de alimento que proporciona, sabroso, saludable y altamente nutritivo.

“No obstante de que el periodo de floración es breve, limitándose a unas cuantas semanas, es decisivo, ya que en él ocurre la polinización, fecundación, formación de semillas y crecimiento inicial del fruto, por lo que es justo aquí donde se define el volumen y calidad de la cosecha, por ello debemos de estar atentos en el cuidado de los árboles, generando las condiciones apropiadas para un buen cuajado de la fruta”; así lo compartió la Sra. Arcelia Oralia Saldívar Saldívar, fruticultora, con más de 4 décadas de experiencia en el cultivo de árboles frutales, quien actualmente produce ciruela en una superficie aproximada de 3 hectáreas ubicadas en la zona de riego de San Antonio, perteneciente a la localidad de Los Haro, del municipio de Jerez, Zacatecas, suelos que son irrigados gracias al importante aporte que brinda la Presa Ramon López Velarde mejor conocida como Presa del Tesorero, destacando el alto valor sentimental que estas tierras tienen para la Familia Saldívar, al ser un preciado legado que se ha transmitido a través de generaciones.

“Hace más de 40 años que venía a estas huertas con mi esposo, las cuales antes eran de durazno, muy bonitas, él era maestro y los fines de semana se encargaba de trabajarlas, y a mi me correspondía la cosecha, por lo que buscaba mi cuadrilla de gente, nos ayudaban hombres y una que otra mujer, pero ahora son puras mujeres las que colaboran con nosotros en las diferentes labores de la huerta, y aunque aquel durazno con el paso del tiempo se acabó, hoy lo que tenemos es ciruela, con aproximadamente 7 años de haberla plantado”.

“Este tipo de árboles o ciruelos, se dice que a los 3 años de haber sido plantados empiezan a ensayar, es decir que comienzan a producir dándonos una que otra fruta, y a los 4 años se alcanza una producción más en forma, pero para nosotros este apenas es el tercer año y ya vamos a sacar algo de cosecha, y también el año pasado nos fue bien, sacamos de 600 a 700 rejas de fruta por hectárea, de la variedad Santa Rosa, y La de Octubre y La Negra, nos dio un poco más de rendimiento. Aquí tenemos diversas clases de ciruela, pero principalmente está la Santa Rosa, muy rica y se empieza a cosechar en junio, luego le sigue La Negra, La Diez, La Tuna, y La de Octubre que es más tardía en floración, y su cosecha sale para los últimos de septiembre y parte de octubre, pero en general todas sobresalen por su color, su tamaño, y su sabor bastante dulce”.

“El diseño de nuestra huerta de ciruela es simple, son 3 metros de distancia de un árbol a otro con callejones igualmente de 3 metros, es decir, es de 3 x 3 metros, esto con la intención de poder trabajar mejor el suelo permitiéndonos dar pasos con maquinaria e implementos de forma cruzada, ya que hay productores que tienen de 1.5 o hasta de 1 metro de espaciamiento entre árboles, pero nada más trabajan por un solo lado, e igualmente está bien, esto ya depende de que es lo que se busque y como se acomode mejor cada quien. Algo que tratamos de cuidar, son los riegos, ya que a ves nos los limitan, por ejemplo, este año nos han limitado bastante, porque la presa no capto mucha agua en el temporal pasado y sus niveles están bajos, por lo que algo que hacemos es agarrar los riegos de otros terrenos que por ahí están sin trabajarse, en lo que llegan las lluvias”.

“Llegada la época de cosecha, toda la recolección de la fruta la hacemos manualmente, trabajando con una cuadrilla casi exclusiva de puras mujeres, solamente en ocasiones 1 hombre o 2 nos apoyan para cargar las rejas, por lo que traemos de 6 hasta 8 mujeres cosechando la ciruela, y cabe señalar que son altamente eficientes en esta tarea, inclusive yo diría que mucho más que cualquier hombre”.

“Realmente si se han presentado ciertos avances en ese sector en comparación a décadas atrás, ya que podemos ver que hay un poco más de producción y esta se nos facilita gracias a los medios que hoy existen, como mejores caminos o vías de comunicación, mejor maquinaria y equipo, fertilizantes, agroquímicos y demás herramientas que con el paso de los años se han ido desarrollando, sin embargo, el problema principal que nosotros vemos es el tema de la comercialización, ya que no nos es muy favorable o justo, siendo que por lo general es el intermediario o comúnmente llamado coyote el que se lleva la mayor ganancia, al distribuir nuestra fruta en mercados como México, Monterrey, Guadalajara, Puebla, León, etc.”  

Para concluir, la Sra. Saldívar agregó; “definitivamente la fruticultura es un trabajo que se hace con amor, arraigando de este modo a las personas en su tierra, otorgándoles hasta cierto punto un aliciente económico, físico y moral, siendo una labor muy bonita, donde uno se olvida de todo, por ello nuestra intención mediante la fuerza que Dios nos dé, es legar a nuestros hijos el ejemplo y la pasión necesaria para que cuiden con cariño y tesón su huerta, tal como sus padres lo trataron de hacer”.

Espera la 2ª parte de este motivador e interesante reportaje, en próximas ediciones…

“La fruticultura es un trabajo que se hace con amor, arraigando de este modo a las personas en su tierra”.

Una respuesta to “Ramo deslumbrante

Escriba una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *