Noble campo productor de carne

El objetivo principal de la porcicultura es proveer de proteína animal a las personas, por lo que sus bases se cimentan en la calidad de la carne y la eficiencia de su producción, más aun hoy en día donde el incremento en la demanda de este producto se da lógicamente por el aumento constante de la población y por la mejora en la nutrición humana, lo que ha generado una industria porcina integrada a gran escala, productora de grandes cantidades de carne, que está en una constante búsqueda de alternativas tecnológicas que permitan producir más alimentos, con menos recursos. En México, este subsector ganadero, representa una importante fuente de ingresos y de empleos, el cual produce más de un millón de toneladas de carne anualmente, dentro de granjas, algunas de ellas, con instalaciones especializadas que tratan de garantizar las mejores condiciones para los animales, donde la alimentación, sanidad e higiene, espacios confortables, ruido, temperatura y luz, entre otros componentes están rigurosamente establecidos por normativa.

“En nuestro caso comenzamos a desempeñarnos dentro de este ramo productivo hace alrededor de 18 años, dada la intención de experimentar los posibles resultados, directamente en puercos de engorda, de ciertos alimentos ofertados por la forrajera familiar que manejamos, y bendito Dios, de esa idea empezamos a comercializar cerdos finalizados, para ello, de inicio, comprábamos los lechones, pequeñas camadas para engordarlas, y afortunadamente vimos que era algo viable, un negocio rentable en su momento, y más que nada nos gusto mucho porque sin duda son animales muy bellos, apasionándonos así de esta noble labor, lo que nos motivo a engordar más y a ir creciendo poco a poco, de tal manera que con el tiempo difícilmente conseguía los lechones que necesitaba, siendo así que decidimos meter vientres e iniciar con nuestra propia crianza, naciendo de esta forma la granja que hoy llamamos Santa Elena, la cual actualmente trabaja todo el ciclo completo del cerdo, desde la inseminación hasta su finalización para su posterior comercialización, después de un largo proceso de enseñanza a través de los años, en base a lo cual hemos ido avanzando paulatinamente, pasando de un esquema tradicional a un sistema un poco más tecnificado, donde en términos generales traemos un promedio actual de 76 vientres, con la meta puesta en alcanzar los 250 si Dios lo permite en este año, buscando con ello cubrir la importante demanda que tenemos de carne de puerco, surgida de la calidad que producimos, los precios que manejamos, y sobre todo, gracias al buen servicio que brindamos al cliente, preferencia que definitivamente es lo que nos está haciendo fuertes en la región”; así lo compartió amablemente el Lic. Ángel Ibarra Almaraz, empresario porcicultor, dedicado a la crianza, engorda y venta de carne de puerco, líder de la Granja Porcina Santa Elena, unidad de producción pecuaria situada en el municipio de Río Grande, Zacatecas, a raíz de la cual también ha surgido su propia comercializadora, desde hace aproximadamente 7 años, llamada venta de cerdos El Rosario, la cual surte diferentes establecimientos y puntos comerciales en Río Grande y municipios vecinos, tales como Juan Aldama, Miguel Auza, Nieves, Sombrerete, Cañitas de Felipe Pescador, entre otras localidades.

“Actualmente nuestra granja cuenta con una infraestructura de 4 naves, 1 nave de gestación, 1 de maternidad con 16 jaulas, 1 para destete y engorda, y 1 caseta más utilizada también para la etapa de finalización y, para la mezcla y procesamiento de alimentos. Y a futuro tenemos planes de crecimiento, los cuales consisten a grandes rasgos en dejar esta granja como sitio número 1, enfocado nada más a la producción de lechones, y sacar a otro lugar el sitio 2 y 3 para el destete y lo que es la engorda, esto sobre todo por el tema de la sanidad”.

“La verdad es bastante la demanda de carne de puerco que tenemos, es un producto de origen animal que está abriendo un mercado impresionante, incluso desplazando un poco a la de res, por lo que nuestra participación es pequeña en comparación a los requerimientos de consumo que existen en la región, siendo así que también somos introductores, trayendo puercos de otros estados del país ya que sinceramente no alcanzamos a abastecer con la granja lo que actualmente estamos vendiendo, razón más por la que estamos deseando crecer, para tratar de cubrir dicha demanda, y porque no, más adelante seguirle dando valor agregado al producto, vendiendo lo que es chuleta ahumada, chorizo, tocino, en sí todo lo derivado del puerco, y meterlo en las mismas rutas que hoy manejamos con la entrega de carne, haciendo de este un negocio más completo y rentable, que aunque represente un proyecto costoso realmente vale la pena seguir emprendiendo”.

Para terminar, el Lic. Ibarra Almaraz señaló; “hoy en día todo tiene su precio, pero no hay inversión que no se recompense, sobre todo si se entrelaza con pasión y sacrificio, reconociendo que este sector es altamente demandante de tiempo, de esfuerzo y de una lucha constante, basados en el concepto de que los animales no saben de domingos, de días festivos, de vacaciones, aquí hay que estar al pie del cañón a diario para poder lograr lo que se busca, siendo nuestro principal reto el seguir avanzando llegando al objetivo que son 550 vientres, con lo que podríamos producir lo que hoy ocupamos según las ventas que manejamos”.

Asimismo, con la intención de reforzar el intercambio de experiencias e información, Braulio Juárez Recendez, coordinador operativo y encargado de producción de Granja Porcina Santa Elena, agregó, “en términos generales esta es una granja de ciclo completo, donde tenemos las etapas de gestación, maternidad y engorda, desde el destete hasta finalización; en la fase 1 (gestación) son alrededor de 105 días, después de ese tiempo pasamos las puercas a la segunda etapa que es maternidad, donde las dejamos 10 días para adaptación antes del parto para que no sufran tanto estrés al momento del nacimiento, llevando obviamente las bitácoras o controles necesarios para que ninguna cerda nos vaya a parir en gestación, siendo así el período que permanecen en maternidad 21 días más los 10 de adaptación, 31 días más o menos en total”.

“Entonces nosotros aquí a los 21 días después del parto destetamos los lechones, y traemos un promedio de 10 a 11 puercos destetados por marrana, a los cuales desde ahí en maternidad se les dan sus pre-inicios alimenticios, un puño en los cucharones para que vayan poco a poco agarrando los sólidos, así cuando salen los lechones ya van comiendo; posteriormente pasan a la tercera fase que es la engorda donde duran aproximadamente 160 días, con un consumo de 259 kilos de alimento por puerco producido hasta el finalizador, dando un peso total promedio por animal de 115 kilogramos para rastro”.

“Aquí tenemos razas de PIC F1, Landrace con York, son maternas; estamos produciendo nuestras propias hembras de remplazo, compramos el semen a casas productoras, y en base a ello sacamos nuestros propios vientres, esto con la idea de aminorar los costos. Para lo que es la engorda, metemos un cerdo terminal que puede ser Duroc con Pietrain y también estamos metiendo Yorkshire”.

“Como esta granja está en proceso de expansión, tenemos que tener un porcentaje de vientres para ir remplazando todas las puercas que se dañen por mastitis o que sean malas madres (20%), esto para no quedarnos vacíos; y como nuestra venta es para el mercado de abasto, tratamos de meter sementales terminales o magros (canal sin grasa), siendo así más rendidor tanto para el productor como para el carnicero”.

“Manejamos de 75 a 84 vientres con el 20% de reemplazos que estamos seleccionando nosotros mismos, en general estamos hablando de 80 puercas con 2.5 partos por año, lo que viene siendo alrededor de 200 partos anuales, y cada parto con un promedio de 10 lechones, resultando así en una producción estimada de 2,000 lechones destetados por año. Por mes nos están pariendo 15; trabajamos por bandas de 15 puercas cargadas, 15 puercas paridas y, 15 puercas destetadas, así lo vamos programando, y dejamos una semana para hacer limpieza y desinfectar”.

“Empleamos lo que es inseminación, pero también hacemos monta natural, ambos sistemas son buenos, pero a mi ver y al ver del productor lo mejor es la inseminación, porque el semental no maltrata la puerca, no la quiebra cuando el verraco esta muy pesado, y aunque sea muy bueno, cuando tiene demasiado peso las puercas no lo van a poder; en cambio si se ordeña y se procesa el semen, se diluye e inseminamos, el puerco nos puede durar hasta 3 años en la granja, y si es pura monta 2 años cuando mucho porque empieza a dar problemas y sale contraproducente”.

“El ciclo inicia pues con la inseminación de la puerca, su celo es de 21 días, por lo que si el animal a los 21 días no vuelve a repetir el celo automáticamente nos vamos con que está preñada, pero de todas formas a los 42 días damos otro chequeo, y ya cuando va estando todo preñado entonces si nos regresamos a seguir cargando. De esta forma, el lechón nace a los 110 días aproximadamente después de la última inseminada o de la última monta, y podemos programar el parto con medicamento para que la puerca esté pariendo en el día, lo que es más práctico y sencillo, sin tener problemas con el horario nocturno, o puede ser natural; a mi ver, sobre todo lo que son hembras primerizas y con las que se han tenido problemas, son las que programamos, porque las lechonas tienen el cuello uterino o cérvix más estrecho, ya que no han parido, y tienen que abrir para que empiecen a salir los lechones, para ello metemos carbetocina entre otras hormonas que inducen el parto, pero para lograr esto tenemos que llevar bien contabilizados los días y en base a ello saber que día inyectarla, un día con una cosa y otro día con otra, y si llevamos mal ese control automáticamente los lechones van a salir muertos”.

“El parto natural se da cuando son puercas muy maternales, que nunca han tenido problemas al parir, y con facilidad dan a luz a sus crías; se detectan cuando están a punto de parir conforme a su comportamiento, ya que ese día no comen, se acuestan y se paran constantemente, empiezan a secretar líquido por la vulva, las ubres empiezan a drenar lo que son los calostros, la primer leche de la puerca, y automáticamente cuando le salen los primeros calostros, más tardar a las 12 horas después la cerda ya está pariendo, y es cuando hay que estar al pendiente recibiendo los lechones, cortamos su ombligo o el cordón umbilical, muesqueamos que es el proceso por medio del cual identificamos al lechón, nosotros los tatuamos con una tatuadora, y como la puerca es muy maternal, ella hace todo el trabajo subsecuente sin medicamentos y sin intermediarios, nosotros nada más recibimos, cortamos el cordón para que no se le haga una hernia inguinal al lechón y lo identificamos”.

“Al momento del parto la puerca nos arroja los lechones a una temperatura de 38° centígrados, por lo que hay que mantener esa condición cálida dentro de nuestro medio ambiente, a partir de unos 26° centígrados, tampoco sin ser demasiado elevado ya que mucho calor hace que las puercas tengan problemas en la lactancia, se nos secan, mantener un rango medio estable, ni muy caliente, ni muy frío, dado que también una temperatura baja causa problemas incluso la muerte de las crías; los lechones tienen que establecer su temperatura corporal en unos 26° más o menos en promedio, sobre todo en tiempo de frío tenerlos calientitos, por lo que tenemos que estar muy al pendiente de la temperatura con un termómetro por nave. Ahora en meses pasados, tuvimos problemas con las bajas temperaturas, siendo que cayeron heladas fuertes de hasta -4° centígrados, lo que contrarrestamos con el uso de varios calentones especiales; pero, aunque tenemos condiciones desfavorables como esa, no nos podemos quejar ya que también en el estado contamos con importantes ventajas, como el estar libres de enfermedades de importancia económica dentro de esta especie, dado que en otros estados tienen que invertir fuertes cantidades de dinero en medicamentos para curar y controlar alteraciones dañinas, sin decir con ello que nosotros no gastamos en este concepto, pero lo hacemos únicamente como medida para prevenir enfermedades como el aborto en puercas o el síndrome reproductivo y respiratorio porcino (PRRS por sus siglas en inglés), pero solo como un criterio precautorio o de seguridad”.

“A los 3 día de nacido el lechón, le ponemos hierro y para realizar un solo manejo también descolamos y les ponemos el tatuaje aquí de la empresa para tener todos nuestros animales tatuados. Hay granjas que manejan 28 días para destetar, pero nosotros, como lo mencionaba anteriormente, destetamos a los 21 días, tratando con ello de proteger a las puercas y no cargarles demasiado la mano para que su recuperación sea un poco más rápida; al momento del destete ya traemos puercos por lo regular con un promedio de 10 kilos, y como son camadas muy grandes empiezan a pelear la chichi, pero como la puerca ya no tiene la suficiente leche, los lechones comienzan a dañar los pezones, motivo por el que destetamos lo antes posible, pero sin descuidar el hecho de que el lechón ya sepa comer bien y tomar agua en los bebederos, es decir, que ya tenga la capacidad plena de sustentarse por sí mismo”.

Por último, el médico Juárez Recendez, añadió; “después de esos 21 días el lechón pasa al área de destete y engorda, nave donde se tiene una área de pisos elevados donde llegan los animales recién destetados y ahí siguen comiendo su fase 1, para posteriormente pasar a fase 2 y fase 3, que son pre-iniciadores, siendo así que en la fase 1 estamos dando 1.5 kilos de alimento por lechón, en la fase 2, 2.5 kilogramos, y 5 kilos en la fase 3, de ahí los bajamos a corral en piso donde se da el inicio etapa en la que se llegan a comer 28 kilogramos diarios, y una vez que se acaban esos 28 kilos de comida por cerdo, automáticamente cambiamos a crecimiento donde damos 55 kilogramos de comida, de ahí pasamos a desarrollo con 80 kilos de alimento para cada puerco, y terminamos con el finalizador dando 82 kilogramos de comida, dieta que lleva mineral el cual contiene ractopamina, fármaco permitido que es usado como aditivo alimenticio para promover el crecimiento, especialmente de la masa muscular, esto hace que toda la grasa que lleva el puerco la convierta en puro musculo, que es lo que pide el carnicero, por lo que nos da muy buenos rendimientos, hablando que un puerco finalizado nos da de 105 a 117 kilogramos de peso en vivo con un porcentaje en canal del 60 al 62%, y en tiempo desde que se desteta hasta finalizado teníamos un promedio de 164 días, pero con la aplicación de dicho aditivo y con el buen manejo, logramos acortar el periodo 4 días, siendo actualmente necesarios 160 días para la engorda a partir del destete, poco más de 5 meses para tener puercos de 105 kilogramos como mínimo, pero como en todo, hay animales que se van quedando y hay otros que se van más rápido, por lo que es ahí donde intervenimos con el manejo, puerco que se queda atrás lo cambiamos de camada y el que se ve más acelerado, ya cuando está finalizando, lo mandamos al rastro”.

Espera la 2ª parte de este interesante reportaje productivo, en próximas ediciones…

Salvador Juárez / El Despertar del Campo

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