Nuevos triunfos, reflexiones y futuro de un matador 3ª parte

Algo que caracteriza a un hombre pleno es el ansia de seguir superándose en la vida. Cuando ha logrado alcanzar una meta, inmediatamente toma la bandera conquistada como estandarte de guerra y emprende el camino hacia una nueva cima. Arturo Macías “El Cejas”, ya ha tomado sobre sus manos el banderín que le enmarca como uno de los grandes de la tauromaquia; su lugar en el pasillo de la fama está asegurado y, en el Valhalla los guerreros de luces y capote le guardan un lugar en su mesa.

Así, como hombre de ambición y visión, no se detiene ahí. Ha logrado su sueño, pero sabe que el horizonte aún es amplio y las oportunidades esperan; es ahí donde florece, en medio del deseo y su imagen, su nueva inquietud empresarial. Su fascinación por la planta del olivo que le sedujera en tierras españolas y su promesa de sembrarlo en tierras mexicanas, le hacen aventurarse en la faena una vez que logra instalarse en su finca “Cuatro Caminos”.

Pero la aventura no llega caminando sobre una alfombra de aplausos. Son muchos los que intentan disuadirlo de su sueño por lo complicado que resulta mantener ese fruto en las tierras centrales del país; aun así, con todo y el temporal en contra, decide “llegar al toro por los cuernos” y se hace de un número elevado de ellos.

“Cualquiera hubiera comenzado con un poco, pero yo me lancé y llené todo el terreno” comenta con alegría por el temerario experimento. La batalla no es fácil, las condiciones para lograr con éxito su idea son especiales y complicadas, pero en este punto sabe que no puede fallar; la plantación ya está hecha y debe demostrar a sus detractores lo equivocados que estaban; y más importante aún, se lo debe a un joven Arturo quien, maravillado por su brillo en tierras españolas, se ha prometido aquello y el momento decisivo ha llegado.

“He aprendido mucho de esto… no fue fácil, hubo que invertir mucho en sistemas de riego y mantenimiento, pero ahora está funcionando la empresa al cien”, ¿el resultado?, la producción de un aceite de forma artesanal realizado con maquinaria española que no se consigue en México: “yo quería hacer las cosas más a la antigua”.

El hombre conoce sus logros y mejor aún, conoce el poder e impacto que su imagen puede tener ahora que se ha convertido en figura de altura. Siguiendo el tema de la producción artesanal y con el éxito del aceite en sus manos, da su siguiente paso: la producción de tequila y vino de su propia marca. Todo lo consigue por medio de productoras externas, pero mantiene en mente el conseguir la plantación de sus propias tierras.

A ello le sigue la generación de toda una parafernalia de productos decorativos y comestibles que van desde la miel y los licores, hasta las copas y demás coleccionables, llegando a establecerse no solo como torero y ahora empresario, sino como referente nacional del alcance que los sueños de un hombre fiel a sus principios pueden lograr.

Espera la 4ª y última parte de esta fascinante historia, en próximas ediciones…

Bryan Pichardo Gallegos / El Despertar del Campo

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