Legado con raíces de campo

A pesar de los grandes contrastes y desafíos que aquejan al campo cabe reconocer que es un entorno realmente auténtico y genuino donde por décadas se ha labrado el carácter y los valores siendo un valioso espacio depositario de prodigiosas raíces culturales y de las expresiones más entrañables de identidad nacional, del que se desprende un amplio y profundo cúmulo de capacidades y talentos que se han transmitido de generación en generación como un legado único e irremplazable creando así preciadas costumbres en torno a una labor que se proyecta como un legítimo incono de orgullo y satisfacción.

En ese sentido, es necesario, aunque la producción represente todo un reto, construir una nueva perspectiva mediante la que se fomente una mayor empatía y pasión por el trabajo de campo, con el fin de incentivar e integrar cada vez a más jóvenes dentro de este importante sector, tratando de evitar con ello su envejecimiento y decadencia, aportando o estimulando un relevo generacional capaz y decidido a través de jóvenes realmente interesados en tomar las riendas de la producción e incrementar o potenciar los resultados, forjando a los verdaderos agricultores con vocación que requiere la nación y el mundo entero, bajo la simple premisa de que sin su presencia no habría comida, siendo que gracias a ellos seguirán tomando vida y color los suelos de la región quienes como toda madre fecunda con cariño y cuidado ofrecerán sus mejores frutos.

“En realidad el campo es futuro, y estar en él es bastante gratificante y satisfactorio, no obstante, del gran rezago que sufre, y de los enormes riesgos sobre todo naturales y económicos que la agricultura conlleva, circunstancias que definitivamente nos obligan a ser cada día más eficientes produciendo más con menos, incorporando tecnología e innovación, abriendo nuestra percepción al cambio, lo que en general perfeccione la interpretación de la simbiosis generada entre las plantas y su entorno para en base a ello poder darles un mejor cuidado”; así lo compartió Jesús Eleazar Ortiz González, contador público de profesión y agricultor por vocación y tradición familiar, sucesor de generaciones dedicadas al campo, involucrado en tareas agrícolas desde niño, por lo que a su corta edad cuenta con una destacable experiencia y destreza dentro del ramo productivo, manejando el cultivo de forrajes y hortalizas, tales como alfalfa principalmente, chile puya y guajillo, cebolla morada y ajos de los cuales estableció en el reciente ciclo una superficie aproximada de 2 hectáreas en suelos del Pozo El Garabato situado en la localidad de Chaparrosa  del municipio de Villa de Cos, Zacatecas, unidad perteneciente a la empresa de producción familiar llamada AGSA, en honor a su abuela paterna, la señora Agustina Sifuentes Acuña.

“Tengo trabajando de lleno dentro de la agricultura alrededor de 2 años, anteriormente solo en vacaciones venia al campo a ayudarle a mi papa que es agricultor de la toda la vida, en aquellos años era casi pura alfalfa la que se manejaba y yo de cierta forma de niño lo apoyaba pero sin tanta noción de lo que significa esto, era más como venir a distraerme, me ponía ayudar en algo, pero yo me divertía en lo que hacía; y desde que termine la carrera fue que entre de tiempo completo con gran ánimo y entusiasmo ha esta bonita y dignificante labor de producir alimentos”.

“La superficie que manejamos de ajos es poca realmente, siendo que este apenas es mi segundo año sembrándolos y ocupamos poco a poco ir adquiriendo experiencia en el manejo de este cultivo. Son 2 las hectáreas que tenemos de la variedad de ajos morados llamados Prosur, una hectárea con precoces y otra del convencional o normal; están establecidos bajo un sistema de alta densidad de población, en camas de 2 metros a 12 hilos, con una separación entre plantas de 10 centímetros e igual distancia entre hileras, metiendo 3 cintillas por cama para el riego por goteo, una para 4 hilos, y con una longitud de la tabla de 100 metros, lo que nos da como resultado un aproximado de 600,000 plantas de ajo por hectárea”.

“El rendimiento esperado con base a lo obtenido el año pasado, donde después de que cosechamos, aclarando que, en fresco, llevamos todo el ajo a guardar en bodega, y se tomó una muestra, cierto número de cajas, se pesaron, se sacó un promedio, y con base a ese promedio se hizo una estimación de lo que había; entonces en fresco, con base en los datos que nos arrojó ese método se sacó arriba de 40 toneladas por hectárea, ya en seco, el ajo sin humedad y procesado, tenemos el registro de un promedio de aproximadamente 35 toneladas por hectárea”.

“Como lo comentaba, manejamos la variedad Prosur, pero dentro de ella tenemos 2 tipos de semilla, una que es más precoz que la otra, la cual obtuvieron después de años de estarla seleccionando, es decir, sembraban el ajo normal que sale para mediados o finales de mayo e iban observando cuales empezaban a sacar el chirrión primero y los marcaban, para posteriormente sacarlos y sembrarlos en un lugar específico para obtener ese tipo de semilla que su producción salía una semana o 15 días antes del normal, y así sucesivamente, fueron seleccionando los ajos que maduraban o completaban su ciclo más rápido y poco a poco fueron haciendo esa semilla más precoz, hasta al día de hoy donde hay quienes andan sacando los ajos de mediados a finales de marzo, cuando los normales se sacan para finales de mayo; el problema ahí es que al inicio esos precoces empezaban a salir con tamaños más chicos, pero se seguían sembrando y se iban igualando en tamaño a los normales, por lo que ahorita ya hay agricultores que producen ajos muy grandes que duran 5 meses en tierra”.

“Entonces la tirada con este tipo de ajos precoces, es encontrar una mejor ventana de comercialización, hallando la posibilidad de obtener un precio más justo por la cosecha, siendo que sale antes del volumen fuerte de producción, porque ya en ese tiempo hay demasiada oferta del producto y poca demanda. Aquí cabe señalar que, en el tema de la comercialización, en los dos años que llevamos en esto de los ajos nos han tocado precios bastante complicados, pero bueno, este año hay referencias de que el ajo trae buenos precios, ojalá y Dios quiera nos toque un buen año en ese sentido”.

“Este año apenas vamos a implementar nuestros propios lotes exclusivos para sacar semilla de ajo, ya que años anteriores si hemos estado comprando semilla; y como la verdad es que soy muy preguntón, entonces investigo mucho sobre los diferentes temas inherentes al cultivo, en base a lo cual hemos buscado y conseguido la mejor semilla posible, justamente preguntando aquí y haya a ver quien vende la mejor semilla, e intento asesorarme siempre con los mejores, por lo que creemos entonces que tenemos ya una buena base para sacar semilla, y esa misma es la que estaremos utilizando el año que entra, ya en caso de que veamos que se puede mejorar tendremos que comprar más semilla e ir a la par en cuestión de calidad y de trabajo, y así mantener una mejora continua año con año”.

“Dentro de la agricultura yo creo que el factor más importante sin duda alguna es el clima, y en los ajos teóricamente se dice que requiere de ciertas horas frío para que desarrolle adecuadamente, razón por la cual se siembran en época invernal, buscando que el ajo acumule ese frío que necesita para desarrollar adecuadamente, por eso estos ajos están sembrados el 9 de noviembre del 2023, aunque hemos visto que este ciclo falto un poco de frío ya que en anteriores si hizo más, aunque debemos de reconocer que las condiciones climáticas cada vez son más impredecibles y variables, ahorita pudiese estar marcando lluvias y en una hora cambia por completo y nos marca un día soleado con temperaturas bastante elevadas, por lo que desde ese punto de vista es demasiado complicado poder acertar, y por supuesto que cada año es completamente diferente, por lo que aquí la constante es que no hay nada seguro, siempre estamos aprendiendo cosas nuevas; asimismo otro de los factores es el manejo, afortunadamente ya hay personas expertas en este tema que nos ayudan o asesoran para poder sacar ajos de buena calidad”.

“Para el correcto manejo del agua y determinar cada riego más que nada nos basamos en la observación constante del entorno;  al principio del ciclo, cuando la planta es aún pequeña, son pocos los riegos necesarios, esto dada la escasa radiación y las bajas temperaturas las cuales detienen el crecimiento vegetativo de la planta, por lo que no se pueden aplicar riegos fuertes ya que además de estar desperdiciando o desaprovechando el agua estaríamos generando condiciones favorables para la propagación de enfermedades, ya con la llegada del calor y con una mayor radiación lo que a su vez aumenta la evapotranspiración, naturalmente la demanda de agua por parte del cultivo también se incrementa, por ello y según como vaya creciendo la planta, paulatinamente se va acortado el periodo de tiempo de un riego a otro. Es así que al igual que cualquier otra determinación, el riego debe ser definido en base a las necesidades reales de la planta y a las condiciones ambientales presentes, reconociendo que el cultivo del ajo es uno de los que mayor cantidad de agua demandan, siendo así verdad que no existe una receta exacta para el manejo del ajo, ya que como todo en la agricultura, depende de una gran cantidad de factores, sobre los cuales el productor debe de tener conocimiento, y estar constantemente observándolos y midiéndolos como fundamento de una mejor fertirrigación y protección del cultivo”.

“En nuestro caso, por ejemplo, regamos los ajos cada 4 días, a veces regamos el domingo y volvemos a regar hasta el miércoles o jueves, pero conforme va creciendo como lo mencione, también va necesitando más agua y más comida, entonces ya tenemos que regar cada tercer día y por más horas. Una de las ventajas que hemos observado con los 12 hilos de plantas es que se conserva un poco más la humedad al estar más cerrado y generar menos evaporación, lo que nos da un margen de un día o hasta dos para tener que volver a regar, lo que nos da algo de holgura si se llegase a presentar cualquier tipo de contratiempo, como que la bomba se averiara o hubiese demasiada demanda de agua en otras parcelas o cultivos”.

“El agua con la que regamos proviene de un pozo profundo que ya casi tiene los 300 metros de profundidad, lo que nos eleva bastante el costo por concepto de energía eléctrica al tener que bombear desde ese punto. Y para hacer llegar el agua del pozo hasta la parcela del cultivo y hasta cada planta en específico, utilizamos lo que es el sistema de riego por goteo, empleando cintilla calibre 6 mil de medio flujo con goteros cada 20 centímetros; entonces hacemos el cálculo de cuánta agua tiene el pozo para en base a ello saber cuánta es la superficie que podemos regar de manera eficiente dependiendo de los requerimientos hídricos de cada cultivo, ya que siempre es mejor tener 1 o 2 hectáreas bien cuidadas, a tener 20 o 30 hectáreas medio o mal cuidadas que a final de cuentas no darán ni siquiera lo de esas 2 hectáreas bien cuidadas”.

“Dentro del aspecto sanitario, en los ajos algo muy común son los trips, los vemos desde que se siembran hasta que salen, prácticamente nunca se acaban, pero si estamos controlando que su umbral de población no se dispare a niveles donde puedan llegar a causar daños serios. Siempre intentamos hacer aplicaciones preventivas para evitar cualquier tipo de problema o alteración, ya que siempre sale más caro lo curativo; y aquí es donde esta una desventaja de los 12 hilos, que cuando realizamos alguna aplicación foliar con cierta formulación preventiva, es bastante difícil que llegue hasta las cabezas de ajo o a niveles bajos, por lo denso del follaje, por eso durante todo el ciclo se van dando diferentes aplicaciones preventivas de la mano del ingeniero que nos asesora en esos temas”.

“Ya que el ajo llega a su madurez fisiológica, empezamos con lo que es su proceso de cosecha, lo que es bastante laborioso y requiere de una gran cantidad de mano de obra; para esto lo primero que hacemos es orear la tierra, buscando que esté en su punto, ni tan mojada ni tan seca, para que pueda entrar con facilidad la maquina aflojadora o rotores, que son discos que se entierran y van girando gracias a que están conectados a la toma de fuerza del tractor, esta acción va aflojando los ajos desde abajo y los va votando o levantando, con esto quedan sueltos o prácticamente afuera, de ahí entra la gente a sacudirlo tratando con ello de quitar tierra a la raíz”.

“Aflojado el ajo se inicia con lo que se conoce como engavillado o enchufe, labor manual en la que se juntan varios surcos o camas en una sola línea, de tal forma que con los mismos tallos y hojas vayan quedando cubiertas las cabezas de ajo, logrando así una correcta deshidratación natural en campo, sin quedar totalmente expuesto al sol ya que esto ocasionaría la perdida de color, quemaduras o que las cabezas y dientes se cocieran, demeritando con ello gravemente su calidad”.

“Enchufados permanecen de una semana a 15 días para que sequen correctamente, según condiciones climáticas, de humedad, temperatura, viento, radiación, etc. Una vez que pasa ese período volvemos a traer gente para mochar, se corta lo que es el tallo y la raíz con una rozadera, y las cabezas se van depositando en rejas o cajas mediante las cuales serán transportadas a la bodega, tanto para prevenir inclemencias del tiempo, así como posibles pérdidas por robo; ya en la bodega tratamos de detallarlos, quitando tallo y raíz si trae mucho y una o dos capas de hojas envolventes del bulbo, pero esto ya dependiendo del trato que hagamos con el cliente y de que tan detallado lo quiera”.

Para concluir, el joven contador Ortiz González agregó; “cuando jugaba futbol me dieron un buen consejo que incluso sigo aplicando hasta hoy en día, y es el de que más vale una pregunta tonta a un tonto que no pregunta, siendo que cualquier duda que tengamos por más tonta que parezca hay que aclararla por completo, y no mantener ningún tipo de incertidumbre, por lo que soy muy preguntón, si quieren hasta por cuestiones un tanto inocentes para ingenieros o personas que ya tienen mas experiencia, pero que gracias a Dios han sido muy abiertos conmigo, sacándome siempre esa espinita por mínima que parezca, viendo sobre todo a los que son buenos produciendo ajos, quienes son los que sacan la mejor calidad, para entonces acercarme e intentar preguntar con el fin de ir mejorando año con año, adaptando lo bueno que ellos hacen a lo que nosotros hacemos, por lo que tenemos que perder la vergüenza y preguntar lo que sea, porque preguntando se llega a Roma”.

@despertardelcampo Campo joven #elcamponopara #elcampoesfuturo #innovacionagricola ♬ sonido original – El Despertar del Campo

Salvador Juárez / El Despertar del Campo

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