Cadenas de valor 3ª parte

“Si quiero vender a otro país, me tengo que adecuar a las características que este me pide, y Canadá lo que pide son certificaciones al mismo nivel del producto que allá se consume, el cual debe de ser lo más sano posible, con adecuados parámetros de rastreabilidad para saber de qué campo viene y que ahí realmente se cuide al suelo y al agua, ya que a final de cuentas lo que menos se desea es consumir algo que pueda llagar a ocasionar algún daño, por ello el valor del certificado, el cual da la garantía de que se están cuidando todos los puntos para un consumo nutritivo y sano”; así lo señaló el Lic. José Manuel Castellón, gerente de MarketPort Canadá, en la pasada Expo Chile.
“Cuando vamos a un supermercado canadiense podemos ver que los productos especifican de que país provienen. Otro aspecto importante es cumplir a cabalidad, ya que como canadienses se batalla mucho cuando se dice que ahorita te lo mando, pero no se especifica cuando, por lo que hay que ser muy claros al hablar y no dar falsas expectativas; además, es importante tener mucho cuidado al mandar muestras o cuando ya se mande el producto, porque muchas veces caemos en conformismos y decimos así está bien que se vaya, cuando aún faltan aspectos por asegurar, lo que no nada más daña el contenedor o ese envió que se está realizando, sino que también perjudica la imagen de todos los demás que se están esforzando en hacer bien las cosas para exportar”.
Por su parte, el M.C. Antonio Calzada Rovirosa, asesor de Estrategias Empresariales de Calton, LLC, dentro del mismo panel de intercambio denominado “cadenas de valor” llevado a cabo en dicho foro especializado en chile, señaló que tal concepto deriva de la definición del Profesor Michael Porter, de la Escuela de Negocios Harvard, quien categorizó a la cadena de valor como un modelo que permite describir el desarrollo de las actividades de una organización empresarial generando valor al cliente final, idea establecida originalmente desde un punto de vista nacional, para su mercado doméstico, donde la empresa recibe materias primas, les agrega valor a través de varios procesos y finalmente poder generar un producto terminado.
“La empresa realiza el análisis completo de la cadena de valor, en el que observa detenidamente cada paso de producción, identificando con ello formas de mejorar la eficiencia, esto con el objetivo real de conceder el mayor valor al producto con el menor costo posible, creando con ello valiosas ventajas competitivas”.
“Al examinar una cadena de valor, es importante no verla como una cadena de suministro ya que por lo general así lo hacemos (lo hago, lo consigo y lo entregó), mejor veámoslo como una cadena de mercado, iniciando desde ese punto, ya que si hacemos ese ejercicio nos podremos dar cuenta cómo es que la gente consume nuestro producto, cómo lo utiliza, qué necesita hacer para prepararlo o para tenerlo listo para comerlo, y de ahí nos regresamos a lo que nosotros tenemos, siguiendo cada uno de los pasos que surgieron para su adecuado consumo. Por ello no es válido decir que mi producto aquí me lo pagan a 10 pesos, y veo que en Chicago se vende a 5 dólares en supermercados; claramente existe una diferencia de precio, pero también existe una diferencia de costos o de inversión extra para poder poner al producto con las características que se requieren en aquellos centros de consumo”.
Espera la cuarta y última parte de este artículo, en próximas ediciones…

 

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