Establecimiento en campo 3ª parte

Definida como la línea de partida para un exitoso ciclo productivo, en la edición previa, dado que la plantación representa el inicio de temporada de cultivo de muchos de los sistemas hortícolas intensivos y es uno de los pasos más críticos en la producción por el grado de estrés que sufre la planta como resultado de su paso al campo definitivo; es en base a tal relevancia que se da continuidad con el desarrollo del tema, en esta su tercera y última entrega, mediante el valioso intercambio de experiencias vertido por técnicos y productores expertos en la materia, como lo es el Ing. Juan Carlos Acuña Veyna, horticultor, el cual maneja una superficie actual cercana a las 70 hectáreas de chile en su mayoría para secado, quien señaló entre otras cosas que el sistema productivo que están implementando es en acolchado para trasplante en campo a doble hilo, con sistema de riego por goteo de una cinta por cama, hule 30-30 ya que deja una distancia entre plantas de 30 centímetros y también entre hileras, un espacio entre camas de 1.60 metros de centro a centro, con lo que resulta una densidad de poco más de 35 mil plantas por hectárea.

“Para iniciar con labores de trasplante, debemos de conjuntar condiciones idóneas tanto del material vegetativo, del suelo, así como del clima. La fertilización de fondo se aplica cuando se acolcha, al momento preciso de la plantación no se ingresa nada más que agua para evitar el estrés de la planta, y a los 8 o 10 días de realizado el trasplante empezamos con el suministro de arrancadores y componentes de control como insecticidas específicos para organismos patógenos del suelo, por ejemplo, usamos Carbofuran para el manejo de la gallina ciega o el gusano trozador, pero hasta que se encuentra establecido el cultivo”.

“Más o menos la plántula se introduce unos 4 centímetros de profundidad en el suelo; se debe de cuidar principalmente que quede perfectamente vertical, ya que si queda acostada, el mismo hule la puede quemar o atrofiar. En este proceso los principales problemas o atrasos que se presentan son los ocasionados por el factor gente, es decir, que el personal encargado de ir plantando no haga bien su trabajo, pero en general es gente que conoce y cuenta con la práctica suficiente, por lo que es mínima cualquier deficiencia”.

“Calculamos que más o menos para plantar y tapar se ocupan 12 personas por hectárea, y hay ocasiones en las que plantamos al mismo tiempo alrededor de 5 hectáreas, por lo que estamos hablando de una mano de obra requerida de 60 personas, aunque hay veces que traemos más, por lo que sin duda alguna representa una tarea generadora de una considerable ocupación o fuente de empleo”.

“Duramos alrededor de 20 días trasplantando, aunque cabe señalar que esto es relativo, ya que dependemos de la cantidad de agua disponible para poder ir avanzando en las tablas, además de que no podemos irnos de corrido o sin parar, dado que en algunas circunstancias tenemos que detenernos un poco para establecer bien alguna etapa, asegurarla, regresarnos y darle sus riegos de asiento, y después de eso continuar trasplantando”.

“Una de las principales diferencias entre los híbridos y los criollos, es la precocidad, con los primeros llegamos a cosecha a los 110 días, ahí empiezan los primeros cortes para mandarlos a secar a la deshidratadora; los segundos, se tardan un poco más, como de 140 a 145 días para dar los primeros cortes para la secadora. Con los híbridos más o menos traemos un rendimiento de alrededor de las 4.5 hasta las 5.5 toneladas por hectárea dependiendo de todas las condiciones del entorno, en los criollos andamos de las 3 a las 4 toneladas de secos; rendimientos que son generados no solo por la semilla, sino también por el acolchado, el riego por goteo y demás componentes que hacen más precoz y eficiente al cultivo”.

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