Raíz del éxito 2ª parte

Delineado en la primera parte de este artículo como el cimiento que sustenta el optimo desempeño en campo, la reproducción de plántula, es un tema bastante extenso, por lo que se da seguimiento al desarrollo del contenido en esta la segunda entrega mediante el amable intercambio de experiencia vertido por el Ing. Jairo Iván Segovia Devora, productor y asesor técnico del Rancho La Alegría situado cerca de la localidad de Lázaro Cárdenas (Rancho Grande), perteneciente al municipio de Fresnillo, Zacatecas, el cual cuenta con una infraestructura en semilleros de poco más de un cuarto de hectárea, con 3 túneles o invernaderos especializados, de 11 metros de ancho por 60 metros de largo, y una altura de 4.5 metros, donde en total se desarrollan alrededor de 9 mil charolas, 3 mil en cada semillero, principalmente de chile, producto estrella de la agrícola, contando así con materiales sobre todo criollos y algo de híbridos.

“Al momento de extender las charolas se manejan prácticamente las mismas condiciones que cuando la planta germina, tenemos que mantener el semillero cerrado, con una temperatura de 25 a 35° centígrados, para que acabe de emerger bien y se uniformice sin problemas”, así lo precisó el Ing. Segovia Devora.

“Para saber que la planta ya está lista para su trasplante, nos fijamos en ciertos indicadores, como su longitud, la cual más o menos nos debe de dar lo que es la palma de la mano, alrededor de unos 15 centímetros, otro parámetro importante, es que cuando la detenemos del tallo con el cepellón hacia arriba, no debe de doblarse, el tallo tiene que mantenerse firme, de lo contrario, si la planta se dobla es que aún no está buena para el trasplante, asimismo, de raíz tiene que estar bien lleno el cepellón, observándose la menor cantidad de sustrato y la mayor proporción de raíces, y en cuestión de hojas es variable, puede ser dese 4 a 6 hojas sin ningún problema, pero generalmente que no tenga hojas muy grandes o vigorosas porque el aire las daña con mayor facilidad, por lo que tiene que ser una hoja de tamaño medio, con una coloración verde uniforme equilibrado, ni muy intenso pero tampoco muy claro”.

“Si comparamos este tipo de planta de vivero en charolas, con la planta de almacigo o de raíz desnuda, es muy amplia la diferencia; la de almacigo pierde gran parte de su sistema radicular al momento que la sacan del suelo y la de charola sale con todo y cepellón sin faltarle ni dañar las raíces, lo que le da la gran ventaja de que se arraiga inmediatamente, por lo que si por ejemplo, plantamos una de almacigo y una de invernadero al mismo tiempo, la del semillero le va a ganar por unos 15 a 20 días de diferencia, ya que rápido se establece y despega, sin batallar para generar raíces, echando brotes nuevos, y la de almacigo primero tiene que comenzar a desarrollar su raíz y por allá a los 20 días ya vemos que la planta empieza a responder. La planta con cepellón se estresa menos y por lo mismo se incrementa la calidad y los rendimientos, pero también se abrevia más la producción, que es algo que ocupamos, que el cultivo sea lo más precoz posible, para gastar menos recursos, un pronto retorno de la inversión, y salir al mercado antes que los competidores para encontrar mejores ventanas de oportunidad comercial”.

Espera la 3ª parte de este interesante reportaje, en próximas ediciones…

“Criar planta es un procedimiento muy bonito e importante, dado que es en estas primeras etapas de vida donde se forja la base sobre la cual es posible cosechar del campo frutos de calidad”.

Salvador Juárez / El Despertar del Campo

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