FEBRERO 2020

Cabe reconocer, que, a pesar de los grandes contrastes, el campo mexicano es opción de desarrollo económico y productivo para nuestro país. La variabilidad de climas, la tipología de productores y mejores técnicas de producción han contribuido al incremento de la productividad, el mejoramiento de la rentabilidad y la optimización de la sustentabilidad en la producción agropecuaria, factores esenciales para la mayor participación del sector agroalimentario en el mercado nacional e internacional.

Sin embargo, con una frontera agrícola cada vez más limitada, las innovaciones tecnológicas, realizadas por centros e institutos de investigación, y su aplicación y replicación por parte de los productores han sido determinantes para el auge que existe en la producción de alimentos.

La presencia de una gran diversidad de productos agroalimentarios mexicanos en el mercado internacional es evidencia del dinamismo del sector primario. El uso de mejores técnicas de producción y el establecimiento de sistemas productivos enfocados a las actividades agroalimentarias han sido de enorme importancia para la mayor capacidad exportadora que tienen la agricultura, la ganadería y la pesca.

La mayor productividad agropecuaria tiene como una de sus directrices básicas estar en concordancia con la naturaleza. El mantenimiento de los recursos naturales y el uso de técnicas que no degraden el medio ambiente y preserven la biodiversidad son imprescindibles; ante sequías, huracanes, inundaciones y otras adversidades de las que no se está exento, se requiere del uso de técnicas sostenibles que contribuyan a optimizar los recursos naturales, principalmente el agua y la fertilidad de la tierra, y a garantizar la seguridad alimentaria.

Un número muy elevado de personas carece todavía de los alimentos necesarios para disfrutar de una vida activa y saludable; las estimaciones más recientes de la FAO indican que unos 795 millones de personas de todo el mundo, es decir, una de cada nueve personas, están subalimentadas. Aunado a ello, se enfrenta un ritmo muy acelerado de crecimiento de la población mundial, pues aumentará de los casi 7 mil millones de habitantes actuales hasta los 8 mil millones antes de 2030; a esa fuerte demanda de alimentos se suman factores como la pobreza, la baja productividad, el impacto del cambio climático y la dificultad de producir con menores recursos naturales y poca disponibilidad de agua.

En ese sentido, se tiene que ser consciente de que la innovación es el motor que mueve al campo, de ahí la necesidad de un mayor énfasis en la cooperación científica, para el intercambio de conocimientos y experiencias, así como para mejorar la coordinación y complementariedad de acciones que permitan enfrentar los riesgos que ha traído aparejado el cambio climático, el crecimiento poblacional y las nuevas tendencias de consumo.

Una vez más agradecemos su atención, y lo invitamos para que nos comparta sus comentarios, tratando con ello de crear un vínculo dinámico, mediante el cual se promueva una mayor pasión por el campo.

El Despertar del Campo, La Nueva Visión Del Agro…

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